sábado, 27 de julio de 2024

Una Cumbre de las Américas desastrosa (+Audio)

Estados Unidos no imaginó que al excluir de la cita a tres naciones soberanas volvería a hacer el ridículo en sus planes de dominación de América Latina y El Caribe...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 11/06/2022
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Cumbre de las Américas-EE.UU
Pensaron que la mal llamada IX Cumbre de las Américas sería un éxito, los resultados demuestran que, una vez más, la diplomacia norteña es retrógrada. (Tomada de Nodal)

Estados Unidos (EE.UU.), una vez más, hizo el ridículo hemisférico. A bombo y platillo anunció, como anfitrión, la celebración de la IX Cumbre de las Américas, ocasión para demostrar, en el desarrollo de la cita del 6 al 10 de este mes, sus planes –los suyos, sin consultas previas- sobre los temas que supuestamente serían de interés de América Latina y El Caribe. Cometió varios errores. Sus asesores, que todavía actúan como en la etapa de la Guerra Fría, obviaron que en la riquísima región de más de 600 millones de habitantes, una desigualdad social profunda y donde la hermandad está enlazada con pueblos y hechos, la diversidad es plataforma política de los gobiernos; que solo unos cuantos presidentes son sus aliados incondicionales; y que la desvergüenza de Washington encuentra valladares en los recintos donde los debates giran en torno a la unidad, la solidaridad, la colaboración, y el respeto.

Por eso, desde antes de que cursara las invitaciones de la IX Cumbre, la administración de Joseph Biden determinó que Cuba, Venezuela y Nicaragua, (tres naciones soberanas que por sus experiencias en diversos campos pudieron contribuir a un mejor desempeño de la cita) no estuvieran presentes en California, en el estado de Los Ángeles. Una ciudad vitrina donde viven millones de emigrados latinoamericanos –y allí se hablaría de la migración forzosa-  en una demostración simplista y hasta vergonzosa de supuestas oportunidades para los extranjeros. No mencionan claro, que la pobreza alcanza a casi el 18% de los habitantes de la cuna del cine, de la alta tecnología y otras muestras del rocambolesco capitalismo.

Si Biden y su ahora fracasado equipo de asesores –que se refieren a los países excluidos como dictaduras en su estrechísima y confusa determinación de lo que es para el capitalismo la democracia, en especial la del imperio norteño- pensaron que la mal llamada IX Cumbre de las Américas sería un éxito, los resultados demuestran que, una vez más, la diplomacia norteña es retrógrada, repetitiva, y desconocedora de lo que significa multilateralismo, diálogo y entendimiento, más allá de las ideologías.  

La reacción en cadena de gobiernos de la región latinoamericana y caribeña fue inmediata. Varios líderes del área, entre ellos los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; Bolivia, Luis Arce; Honduras, Xiomara Castro, y el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, se negaron a participar debido a la selectividad y las exclusiones del anfitrión. En la cita de Los Ángeles apenas había una veintena de jefes de Estado y de Gobierno, de los 35 que debían asistir, en medio de una ola de rechazo a la postura de la Casa Blanca y su incapacidad de diálogo con naciones que no se ajustan a los estándares que trata de imponer los neofascistas de Washington.

La contradicción entre lo que hace y lo que dice Biden quedó de relieve en su discurso de apertura, cuando planteó que su propósito era ¨unir¨ para trabajar en problemas apremiantes en esta región del planeta. Otro disparate.

Para tratar de minimizar el desastre de la exclusión, el anciano mandatario afirmó que ¨Nuestra región es grande y diversa. No siempre estamos de acuerdo en todo. Pero como somos democracias, resolvemos nuestros desacuerdos con respeto mutuo y diálogo¨. Palabras desconectadas de la realidad que hoy vive lo que antes EE.UU. consideraba su patio trasero.

Las críticas de la mayoría de los jefes de Estado y de Gobiernos presentes a los anfitriones –y también a la desprestigiada Organización de Estados Americanos (OEA)- demostró el fin del unilateralismo estadounidense en América Latina, ahora muy complicado por su intervención en el conflicto entre Rusia y Ucrania y sus tanteos contra China, a la que quisiera introducir en sus guerras, y debilitar su presencia económica en la región latinoamericana.

México fue el primer país en el continente en negarse a aceptar las reglas de juego de la IX Cumbre. En lugar de López Obrador asistió su canciller Marcelo Ebrard, quien en su intervención afirmó: “Consideramos que es un grave error y que nadie tiene derecho a excluir a otro. No aceptamos el principio de intervención para definir unilateralmente quién viene y quién no viene”, además de pronunciarse, en nombre de su gobierno, contra el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. a Cuba durante más de 60 años. Como otros oradores después, también se refirió a la OEA, cuya forma de actuar, dijo, están agotados ante esa realidad”, dijo y añadió que la propuesta mexicana es conformar un grupo de trabajo que presente “el proyecto de refundación del orden interamericano”.

Respecto al futuro de la OEA, el presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien no viajó a California por sus diferencias con la Casa Blanca en un tuit consideró a la OEA como el “Ministerio de Colonias” de EE.UU. e indicó que esa organización, no tiene ninguna “razón de ser”.

Otra crítica intervención fue la del jefe del gobierno argentino Alberto Fernández, quien habló, dijo, en nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) –sin participación de EE.UU. y Canadá- que su país preside pro tempore. La Celac es un espacio de conciliación política que declaró la región como zona de paz en 2016.

En su discurso, Fernández, quien invitó a Biden a una reunión de la Cumbre de la Celac en diciembre próximo, afirmó que ¨Definitivamente hubiésemos querido otra Cumbre de las Américas. El silencio de los ausentes nos interpela. Para que esto no vuelva a suceder, quisiera dejar sentado para el futuro que el hecho de ser país anfitrión de la Cumbre no otorga la capacidad de imponer un ¨derecho de admisión¨ sobre los países miembros del continente".

En otro tramo de su intervención, el mandatario refirió que "Desde la periferia en la que nos colocan, la América Latina y el Caribe miran con dolor el padecimiento que sobrellevan pueblos hermanos".

Recordó que "Cuba soporta un bloqueo de más de seis décadas impuesto en los años de la Guerra Fría y Venezuela tolera otro, mientras que una pandemia que asola a la humanidad arrastra consigo millones de vidas". Además de denunciar el rol de OEA en Bolivia, criticó puntualmente, dirigiéndose a Biden: "Se han apropiado de la conducción del Banco Interamericano de Desarrollo que históricamente estuvo en manos latinoamericanas. Fueron desbaratadas las acciones de acercamiento a Cuba, en las que el Papa Francisco medió, que habían significado avances logrados por la administración de Barack Obama, mientras usted era vicepresidente". 

La voz de la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom) resonó en la IX Cumbre, la cual, por boca de sus jefes de gobierno y expusieron pensamientos y visiones contrarias a la intención de EE.UU. de excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua y la falta de fundamentos para justificarla.

El primer ministro de Belice y presidente pro tempore de Caricom, John Briceño, calificó de imperdonable que los referidos países no fueran invitados, sobre todo por su importancia en la dinámica y el sistema de relaciones de la región y el resto del continente.

¨Es incomprensible, apuntó, que aislemos a países de las Américas que han brindado un fuerte liderazgo y aportado al hemisferio en los temas críticos de nuestro tiempo¨.

Con similares criterios habló también, entre otros, el jefe de Gobierno de Dominica, Roosvelt Skerrit, quien llamó al destacar el diálogo como vía para mediar las diferencias y enrutar al continente hacia la necesaria integración que demanda el contexto global actual y se ..también se expresó a favor del cese del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba desde hace más de 60 años, política que consideró injusta e irrespetuosa de los derechos de los ciudadanos de ese país.

El gobierno Biden, en su afán de evitar que la voz de Cuba se escuchara en Los Ángeles, negó la visa a 23 integrantes de la sociedad civil que tomarían parte en esa sección de la IX Cumbre y en su lugar designó a siete connotados enemigos de la Revolución Cubana.

Pero a menos de un kilómetro de la cita oficial, durante tres días, con la presencia de más de mil delegados llegados de diversos lugares del planeta, tuvo lugar la Cumbre de los Pueblos, organizada por más de 250 organizaciones y movimientos sociales de EE.UU. y otros países.

Resultaron tres jornadas (del 8 al 10 de este mes) en la que la voz de Cuba se escuchó en las intervenciones de los delegados oficiales de ese país, los cuales intercambiaron criterios, expusieron experiencias, hablaron de logros, de desafíos, de planes de futuro.

También los miembros de grupos estadounidenses en defensa de la Revolución Cubana se pronunciaron contra el bloqueo que su país impuso a la pequeña isla caribeña, los planes de solidaridad, las conferencias magistrales, la defensa de la libertad en el hemisferio, la nueva geopolítica, la política progresista.

Una marcha legal, festiva, con sabor a corazón y a esperanza desfiló por las calles de California, una de las mecas del capitalismo en EE.UU., donde junto a las banderas, la música y las consignas quedó el ejemplo de que contra los pueblos poco o nada puede la retorcida imagen de un sistema que o se adapta a los nuevos tiempos o se quedará, como ahora, en la IX Cumbre, solo y fracasado.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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