Si quiere mantener el terreno conquistado en los últimos 17 años en América Latina y El Caribe, a la izquierda mundial, y no solo a la de esas regiones, cabe el compromiso del análisis sincero y la búsqueda urgente de métodos que neutralicen las pretensiones de Estados Unidos de revertir los procesos revolucionarios reiniciados en la Venezuela de Hugo Chávez.
Un análisis documentado sobre la base de las experiencias adquiridas en más de 15 años de un pulseo entre fuerzas revolucionarias y de derecha —con victorias y reveses de las dos partes— acaparó la atención de los delegados de 103 partidos de izquierda y fuerzas progresistas reunidos en el XXII Encuentro del Foro de Sao Paulo, con sede en El Salvador, la nación más pequeña de Centroamérica, gobernada por el revolucionario presidente Salvador Sánchez Cerén.
Entre los días 25 y 27 de este mes, la capital salvadoreña fue escenario de intercambios, en los que estrategas y pensadores analizaron la actual situación política internacional, con énfasis especial en América Latina y El Caribe, donde tiene lugar una lucha frontal entre gobiernos progresistas y fuerzas hegemónicas manejadas por las Embajadas de Estados Unidos, país que pretende el retorno triunfalista de la derecha mediante una planificada hoja de ruta contrarrevolucionaria.
En contraposición a los planes imperialistas que significarían un retroceso de décadas para el Sur americano, hasta San Salvador llegaron representantes de la izquierda y de organizaciones y movimientos políticos y sociales hacedores de resistencia interna contra la reconversión política.
Fueron tres días de análisis y reconocimiento de experiencias y de ideas que quedaron recogidas en una Declaración final de 23 puntos, la cual marca una línea colectiva y unitaria de enfrentamiento al capitalismo, con programas sustentados en las premisas políticas de esta época en que las batallas se ganan en las urnas y con el apoyo de las grandes poblaciones.
Cuba, impulsora de la creación del Foro, espacio de discusión para encontrar caminos, envió a la capital salvadoreña una delegación de expertos y políticos encabezada por José Ramón Balaguer, jefe del departamento de Relaciones Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), quienes expresaron sus valoraciones sobre los sucesos actuales en América Latina y la necesidad de la integración para contrarrestar los ataques de la derecha hegemónica.
En opinión de Balaguer, en entrevista con Prensa Latina, “el proceso de discusión y análisis ha tenido mucha fortaleza. Ha habido unanimidad para analizar los problemas que tenemos en estos momentos”.
La Declaración final del foro —clausurado por Sánchez Cerén— resume las conquistas de la izquierda y la necesidad de defenderlas en momentos en que Estados Unidos y sus aliados intentan destruir el proceso revolucionario en la región.
Ante más de cinco mil personas reunidas en el anfiteatro del Centro Internacional de Ferias y Convenciones de San Salvador, sede del evento, el jefe del gobierno exhortó a los participantes a mantener el optimismo que siempre ha caracterizado a los pueblos de América Latina.
“Hoy más que nunca tenemos condiciones para eso. Le hemos demostrado al mundo lo que pueden construir los pueblos de izquierda, lo que pueden llevar adelante por la justicia social”, en alusión a las conquistas de distinta índole alcanzadas mediante mecanismos de integración solidaria, alejada de los conceptos del capitalismo.
El presidente salvadoreño destacó que “es importante dimensionar las históricas conquistas alcanzadas con las luchas de nuestros pueblos” que permiten ahora a América Latina y El Caribe ser una región más integrada, zona de paz, fraterna y con voz propia.
Durante el evento, en el que los asistentes reclamaron el fin del bloqueo de Estados Unidos a Cuba y la devolución del territorio que ocupa la ilegal base de Guantánamo, también se celebró el próximo 90 cumpleaños de Fidel Castro, el paradigmático líder de una Revolución que cambió el destino de latinoamericanos y caribeños.
El Foro de Sao Paulo fue fundado en 1990 en Brasil, durante el gobierno del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva. Desde entonces deviene tribuna de la izquierda mundial.
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