miércoles, 24 de abril de 2024

La suma de las voluntades (+Infografía)

La reforma constitucional cubana es un proceso que tiene sus bases en los debates que se suceden en el país desde hace más de una década y el actor principal ha sido el pueblo cubano...

Salam Ahmad Mousa Reyes en Exclusivo 23/07/2018
3 comentarios
Reforma Hacia el socialismo
La nueva constitución será la expresión de lo que queremos que sea nuestra sociedad. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Mucho se ha especulado en algunos medios internacionales, y en otros que no son públicos, sobre la próxima transformación de la Constitución cubana. Pese a que cada cual le inserta su propia visión a este tema, lo cierto es que confluyen en hacer ver este proceso como un hecho aislado, descontextualizado, antidemocrático y que no va a resolver ningún problema para la sociedad cubana actual. Incluso, algunos llegan a cuestionar la legitimidad del proceso por estar encabezado por el General de Ejército Raúl Castro, ya que actualmente no es el jefe del gobierno cubano.

Tales razonamientos reflejan una visión superficial de los cambios que están sucediendo en Cuba desde hace más de una década. Igualmente, es poco serio el intento por descalificar a la persona que ha liderado e impulsado estas transformaciones, desde la responsabilidad histórica de dar continuidad al proceso iniciado por la Revolución en el año 1959.

La Reforma Constitucional cubana, vista en el contexto de los cambios y debates que han ocurrido en Cuba en los últimos diez años, es la conclusión de un ciclo hacia la construcción de un proyecto de país mucho más eficiente, organizado, democrático y participativo. Su aparición en la vida nacional no significa la terminación de la modernización de nuestro Estado, todo lo contrario. Es el pie forzado para rediseñar el ordenamiento legal del país, atemperándolo a los nuevos escenarios que tenemos y tendremos por delante.

Con aciertos, tropiezos y mucha dialéctica, nuestro país ha avanzado en la última década en diferentes esferas de la vida económica, política, social y cultural; aspectos que hoy requieren la legitimación constitucional. Porque sí, las leyes envejecen, pero no lo hacen por los años que tengan de redactadas, sino por los cambios que impone el desarrollo de las sociedad. Por ello la actualización de nuestra Carta Magna es la condición sine qua non para avanzar en la construcción de la sociedad que quieren los cubanos.

Tal vez hay quien se cuestione cómo es posible que la comisión creada para reformar la Constitución cubana tenga elaborada una propuesta en tan corto período de tiempo. Los debates para esta Reforma no se pueden ver solo a la luz del llamamiento de la Asamblea Nacional y la creación de la Comisión de la Reforma.

Desde el año 2007, Cuba inició un proceso de debates, a raíz del discurso pronunciado el 26 de julio de ese año en la ciudad de Camagüey por el General de Ejército Raúl Castro, donde el dirigente hacía un llamamiento debatir “a camisa quitada” las cuestiones medulares que estaban afectando la vida de los cubanos en ese momento.

De ese debate se desprendieron decisiones y políticas que finalmente derivaron en la socialización y discusión por casi 9 millones de cubanos del Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Estado y la Revolución. Desde el mes de noviembre del 2010 hasta febrero de 2011 todos los interesados tuvieron oportunidad de analizar los documentos que fueron aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en abril de 2011.

Este fue un magnífico ejemplo de ejercicio democrático, el pueblo manifestó libremente sus opiniones, esclareció sus dudas, propuso modificaciones y expresó sus discrepancias, insatisfacciones e incomodidades. Creo necesario hacer referencia a este aspecto, pues, tal como se ha planteado por los organizadores del proyecto, un proceso similar se llevará a cabo con la nueva propuesta de Constitución, dando espacio de esta forma a la participación de todos los ciudadanos cubanos.

Los buenos resultados de este ejercicio realizado con los Lineamientos avalan esta práctica, que refleja el camino a seguir en aras de que cada cubano se sienta parte y participante en el proyecto de país que estamos construyendo. Porque además de una acción legislativa, a diferencia de otras leyes, la Constitución de un país, y particularmente la de Cuba, tiene que reunir ese requisito indispensable para la supervivencia de nuestra nación: unir y crear consenso.

El VI Congreso del PCC redefinió el escenario económico cubano. En su espíritu ya estaba implícito el cambio de mentalidad, y junto con este, una actualización de las normas principales, fundamentalmente en materia económica. De su letra se derivaron varios proyectos que hoy rinden sus primeros frutos, como la Zona de Inversión del Mariel, la nueva Ley de Inversión Extranjera, la actualización de la Ley General de la Vivienda, así como el reordenamiento y centralización de facultades de los Organismos de la Administración Central del Estado, por solo citar algunos ejemplos.

Pero el VI Congreso del Partido no fue el único espacio para el debate. La discusión de los intereses nacionales y de las complejidades de nuestra sociedad también estuvieron presentes en otros eventos gremiales. No puedo dejar de citar las discusiones efectuadas en los pasados congresos de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba (UNEAC), de la Unión de Periodistas (UPEC), de la Asociación de Historiadores de Cuba, la joven Unión de Informáticos de Cuba y de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Estos eventos mencionados y otros que se realizaron en el período en las diferentes esferas del saber y la vida social de la nación reunieron a la vanguardia artística, intelectual y científica del pueblo cubano. A la vez aportaron razonamientos, ideas, inquietudes y soluciones que seguramente fueron tenidas en cuenta para redactar el proyecto de Constitución.

Muchos temas se reiteraron, otros tantos fueron descubiertos o recordados de períodos pasados. Ningún debate se realizó en vano, desde la fábrica, el hospital, el artículo comprometido, el verso encendido, el performance o el comentario picante; todos contribuyeron a reafirmar un reclamo común, esa fue la voz del pueblo de Cuba. La acción del legislador, en este caso la Asamblea Nacional, complementa este debate que, tal como antes expuse, a lo largo de diez años ha formado parte de nuestra vida.

Tal vez por eso lo vemos como cotidiano, pero lo cierto es que ha sido el ejercicio democrático más intenso de los últimos años en nuestra región caribeña. Por eso, los legisladores electos por el pueblo conocen cual es el sentir de nuestra nación.

El máximo órgano legislativo cubano merece un punto y aparte. A lo largo de todo este proceso sus plenarias han sido campo de batalla de las ideas, que de diferentes sectores de nuestra sociedad defienden el interés común: el bienestar del pueblo.

Aunque existen estos elementos de fondo, el proyecto de constitución cubana será sometido al máximo escrutinio. Los 11 millones de cubanos tendrán ocasión para opinar sobre su nueva constitución. Y con sus criterios, ideas e inconformidades se elaborará la versión final de nuestra máxima ley.

La nueva constitución será la expresión de lo que queremos que sea nuestra sociedad. En su letra, el legislador dejará plasmadas las aspiraciones de nuestro pueblo, abriendo espacios para la recolocación de nuestros sueños. Esa es justamente una de las principales virtudes de la Revolución cubana: situar al ser humano (y no al capital) en el centro de las transformaciones que se realizan en el país.

Una vez aprobada la nueva Carta Magna comenzará un arduo proceso de actualización de todas las leyes del país que serán afectadas por las modificaciones. Ocasión oportuna también para dejar claro, de una vez, lo que en materia legal deberá conocerse en determinados espacios, como la comunicación social, hasta hoy carente de una legislación que concilie todos los ámbitos y documentos que la rigen.

Pero por muy progresista, moderna y atemperada a nuestra realidad que esté nuestra Constitución, su éxito está en el respeto que cada ciudadano deberá profesarle. Hay que cumplir con la Ley, más aún, si se trata de la Ley de leyes. Hacerlo no es solo obligación de las instituciones, también es deber de cada ciudadano cubano.

Y se pueden esperar muchas cosas de la nueva Constitución, que sin dudas tendrá el valor trascendente de estar avalada por uno de los debates más profundos hechos en la sociedad cubana; aunque de antemano me atrevo a filtrar, es que no le van a faltar: igualdad, soberanía, justicia y, en resumen…, más Revolución.


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Salam Ahmad Mousa Reyes

Máster en Ciencias. Analista de temas políticos.

Se han publicado 3 comentarios


rd
 15/8/18 10:54

Aquí voy a hacer mis planteamientos

-       Revisar artículo 31 y 76

ARTÍCULO 31. El trabajo es un valor primordial de nuestra sociedad. Constituye un deber, un derecho y un motivo de honor de todas las personas en condiciones de trabajar. Es, además, la fuente principal de ingresos que sustenta la realización de los proyectos individuales, colectivos y sociales. La distribución de la riqueza con arreglo al trabajo aportado, se complementa con la satisfacción equitativa de los servicios sociales universales y otros beneficios.

ARTÍCULO 76. El trabajo se remunera en función de la cantidad, complejidad, calidad y resultados obtenidos, expresión del principio de distribución socialista “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”. Todas las personas reciben el mismo salario por trabajo de igual valor.

Esto no garantiza nada, el pueblo va a seguir sufriendo por causa de los bajos salarios lo que causa desmotivación y desesperación que conlleva al desvío de recursos, la corrupción y la emigración. Por tanto:

Propuesta: ARTÍCULO 31. El trabajo es un valor primordial de nuestra sociedad. Constituye un deber, un derecho y un motivo de honor de todas las personas en condiciones de trabajar. Es, además, la fuente principal de ingresos de cada individuo. La distribución de la riqueza con arreglo al trabajo aportado, tiene que garantizar el bienestar y la satisfacción personal y de la familia.

Propuesta: ARTÍCULO 76. El trabajo se remunera en función de la cantidad, complejidad, calidad y resultados obtenidos, expresión del principio de distribución socialista “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”. Todas las personas reciben un salario justo por su trabajo que le garantice llevar una calidad de vida plena.

-       Revisar artículo 22

ARTÍCULO 22. El Estado regula que no exista concentración de la propiedad en personas naturales o jurídicas no estatales, a fin de preservar los límites compatibles con los valores socialistas de equidad y justicia social. La ley establece las regulaciones que garantizan su efectivo cumplimiento.

Hay que dejar que las personas crezcan económicamente y hagan lo que entiendan con las riquezas producto del esfuerzo de su trabajo. Por tanto:

Propuesta: Eliminar el artículo 22

-       Revisar artículo 104 inciso a) y artículo 121

ARTÍCULO 104. La Asamblea Nacional del Poder Popular, en ejercicio de sus atribuciones:

a)    elige al Presidente y Vicepresidente de la República.

ARTÍCULO 121. El Presidente de la República es elegido por la Asamblea Nacional del Poder Popular de entre sus diputados, por un período de cinco años, y le rinde cuenta a esta de su gestión.

Esto funcionó muy bien durante un largo período de la Revolución, pero en la actualidad la realidad práctica demuestra que el pueblo solo puede elegir directamente a los delegados de la circunscripción, los cuales son personas que no resuelven nada en la vida del ciudadano común. Por tanto:

Propuesta: ARTÍCULO 104. La Asamblea Nacional del Poder Popular, en ejercicio de sus atribuciones:

a)    somete a votación directa del pueblo la elección del Presidente y Vicepresidente de la República.

Propuesta: ARTÍCULO 121. El Presidente de la República es elegido por el voto directo del pueblo, por un período de cinco años, y le rinde cuenta a este de su gestión, mediante la Asamblea Nacional.

-       Revisar artículo 5 y 98.

ARTÍCULO 5. El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado.

ARTÍCULO 98. La Asamblea Nacional del Poder Popular es el único órgano con potestad constituyente y legislativa en la República.

Hay una contradicción, no se determina quien tiene el poder, si se aplica el concepto de democracia el partido no debería ser la fuerza dirigente superior porque los dirigentes del partido no son elegidos por el pueblo. Por tanto:

Propuesta: Eliminar el ARTÍCULO 5.

msurd
 2/8/18 21:30

MOUSA REYES  y CUBAHORA , YA TENEMOS EL PROYECTO DEL PCC así que ya podemos exponer nuestras preguntas a UDS los periodistas y si fuese posible a los electos que se atrevan a debatir con sus electores por estas vía o plataformas pues el ARTÍCULO 82. dice Se reconoce el derecho de las personas a una vivienda digna. … lo cual podría significar que, ningún ciudadano debe ser privado del derecho a obtener o construir una vivienda digna, nadie puede quedar en la calle, sin techo!! ello sin duas pudiese ser positivo si es eso lo que significa  pero (si porque siempre esta el pero) ahora bien,  cómo vamos hacer para facilitar o  propiciar el alcance de tan justo y humanista  objetivo si nuestro sistema económico no es lo necesariamente eficiente? es decir si aún tenemos trabas burocráticas que limitan el desarrollo socioeconómico y por demás en el actual proyecto de reforma se sostiene en el ARTÍCULO 76. que; "…Todas las personas reciben el mismo salario por trabajo de igual valor" Como vamos hacer realidad o cómo vamos a cumplir con la Ley primera??  Lo propuesto a sostener en este ARTÍCULO podría ser al menos debatible si atendemos las diversas realidades socioeconómicas que a simple vista y diariamente percibimos todos y como las mismas en cada contesto imponen diferentes % de utilidades por solo mencionar un argumento etc!  En fin, si para apostar o coincidir con el socialismo podríamos coincidir en la necesidad de democratizar nuestra economía y llevarla a niveles de mayor justicia, debemos iniciar por promover un salario o sistema salarial justo en lugar de defender un sistema que no está lo necesariamente cercano  la justicia cuando de hablar precisamente de socialismo real y profundo se trata entonces no pocos podríamos coincidir en que el     ARTÍCULO 76. Deba decir “… Todas las personas tienen derecho a recibir un salario justo por el trabajo que desempeñan...”

msurd
 29/7/18 12:02

...urgente ha de ser que entre todos construyamos la constitución para todos!! Es por ello que necesitamos facilitar la NO repetición de actos o expresiones de odio entre cubanos  y para lo cual podríamos agregar al  ARTÍCULO 3  lo siguiente…así como a cumplir con el deber de no usar el odio como herramienta política. Para el sistema político y social revolucionario establecido en esta Constitución…la obligación constitucional de facilitar la evolución permanente hacia una realidad social, económica y política enteramente nueva y justa, es irrevocable. ARTÍCULO 13. Y la posibilidad de que este exprese lo siguiente; La república de Cuba condena todo ejercicio de persecución política, incluyendo dentro de territorio nacional y concede asilo a…  pues bien podríamos coincidir en la necesidad de cumplir con una regla elementar o sea no podemos condenar la persecución y dejar espacios para que alguien lo pueda hacer dentro y ante la mirada de todos... 

  ARTÍCULO 43. –perciben salario justo…                                                                                                                                              ARTÍCULO 53. Se reconoce a los ciudadanos la plena libertad de palabra y prensa así como del acceso a Internet e Intranet conforme al respeto y la construcción de una sociedad humanista, democrática, prospera y justa.                                                     ARTÍCULO 137. Esta constitución puede ser reformada por la Asamblea Nacional del Poder Popular a solicitud y/o aprobación directa de la mayoría popular…

la pregunta es por qué una representación de nuestros representantes o personas "capacitadas" no dispone parte de su tiempo en responder o participar en el debate que ya existe en .cu? 

 

 

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