viernes, 19 de abril de 2024

El mayor y más doloroso honor

El hombre de ceremonias que trasladó las cenizas del Comandante en Jefe hasta el Cementario de Santa Ifigenia...

Aileen Infante Vigil-Escalera en Exclusivo 23/12/2016
5 comentarios

Ni los 25 años de experiencia del teniente coronel José Luis Peraza López como hombre de ceremonia lo prepararon para la más importante misión de su vida: trasladar las cenizas del Comandante en Jefe hasta su última morada en el Cementerio de Santa Ifigenia.

Con anterioridad, también fueron sus manos las encargadas de conducir los restos del Guerrillero Heroico hasta el monumento que lleva su nombre en Santa Clara, y las cenizas de la heroína Vilma Espín Guillois hasta su sepulcro final en el Mausoleo del II Frente Oriental Frank País García.

Pero ni estos, ni la conmoción durante los honores militares al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque y al ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) Julio Casas Regueiro –a los cuales identifica entre los más difíciles retos de su carrera militar–, se le comparan al cortejo fúnebre de Fidel. “Desde el inicio del recorrido supimos que sería bien difícil, pero no tanto. No estábamos preparados para esa multitud de pueblo, para tantas emociones”, explicó.

Justo a la salida de la caravana del Minfar ocurrió un suceso que puso a prueba su entereza emocional. “En medio del silencio de los congregados, una mujer exclamó a viva voz, emocionada: “Fidel llegaste victorioso en la Caravana de la Victoria a La Habana y hoy te vas victorioso para Oriente, con todos tus sueños cumplidos”. Fue difícil aguantar eso”, narró.

Otras expresiones signaron el resto del camino, sorprendiendo a los combatientes, exigiéndoles una mayor concentración y entrega. El “¡Ahí viene Fidel, carajo!”, que retumbó a la entrada de uno de los pueblos visitados, todavía impacta al experimentado oficial.

Según explicó el además segundo jefe del Departamento de Preparación de Infantería Física y Ceremonia del Ministerio de las FAR, la capacitación que reciben a diario los hombres y mujeres de ceremonia es muy fuerte y se basa fundamentalmente en estar listos para estos momentos. Son ocho horas diarias, no siempre en el polígono marchando, sino combinadas con la preparación física, política e ideológica.

“Esta unidad cumple ceremonias militares dentro de las FAR y todas las ceremonias protocolares que se hacen en el país, dígase recibimientos a Jefes de Estado, entrega de cartas credenciales, condecoraciones y medallas, recibimiento a buques de la marina internacional, altos jefes y delegaciones militares que nos visitan, honras fúnebres y todo lo concerniente a la parte militar del protocolo en el país.

Pero las más duras, y las que más preparación demandan son las ceremonias de honras fúnebres porque no hay manera de estar listos para ellas. “En este caso en particular, por ejemplo, cuando llegábamos a un lugar era que nos enterábamos hacia dónde debíamos conducir la urna, y actuar sobre la marcha”, puntualizó.

Mucho ayudó en estos momentos la preparación psicológica de cada uno de los combatiente que le acompañaron. En su caso en particular, refiere, se debe en gran medida a los cerca de 15 años vinculado a la Escuela Cubana de Wu Shu y la práctica de Tai Shi.

“Nosotros tenemos un principio –precisamente de las artes marciales–: para ser un hombre o mujer de ceremonia hay que tener siempre la cabeza fría y el corazón ardiente. Para poder pensar en lo que vas a hacer, en lo que corresponde o dar la voz de mando en un momento determinado, no puedes estar pensando en el suceso, hay que estar claro de nuestro papel, de la misión que cumplimos, eso garantiza el éxito del trabajo”, argumentó.

A once días de concluir la mayor de sus misiones, la emoción aun se divisa en su rostro –para algunos como tallado en piedra–. Decididamente esta constituye la más honrosa y dolorosa tarea que me ha tocado asumir en mi trayectoria militar, asegura enérgico.

“Pero es un honor compartido, no solo con el resto de los combatientes que me acompañaron durante todo el cortejo fúnebre, sino con todo el pueblo que nos apoyaba y alentaba con su presencia. Cada acción realizada en materia de ceremonia fue sintiendo el dolor del pueblo, su amor por ese gran hombre que es Fidel, por ese gran padre de todos los cubanos.

“Y fue ese mismo cariño, ese mismo sentir popular el que nos ayudó a superar el gran dolor que entrañaba la responsabilidad de rendirle honores al hombre más grande que ha tenido nuestro país, América y el mundo”, concluyó.

Puede ver imágenes de la guardia de honor en alta resolución en nuestra página en FLICKR.


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Aileen Infante Vigil-Escalera

Se han publicado 5 comentarios


martha i
 24/12/16 8:55

Mis respeto al coronel, como el dice se preparan , se educan para esas responsabilidades, pero como el dice el corazón siempre arde y en algún momento llora aunque nadie lo vea, lo admiro, gracias por todo el respeto de usted y sus compañeros para nosotros los cubanos que no pudimos ir a las carreteras a decirles el último a dios pero que si estuvimos atentos a la TV y prensa para saber todo lo acontecido y de forma muy callada que nadie nos vió poder llorar a ese comandante que es El gran Hombre del mundo, gracias, muchas gracias

Miguel Nápoles
 23/12/16 12:58

Reconocimento para ti Peraza, eres estirpe de los hombres como Martí, Maceo, Gómez y todos los que ha sabido cumplir con el deber asignado.

Agustín
 23/12/16 11:19

Mi respeto por esos hombres de la Revolución.

LU LU
 23/12/16 10:10

El teniente coronel José Luis Peraza López sabía que tenía una gran resposabilidad, lo digo por mi, sabes ayer fui a la escuela de mis niñas para la actividad del educador y pusieron la canción, cabalgando con FIDEL y mirando el acto sin darme cuenta en un momento comencé a llorar solo de pensar en la grandesa de nuestro comandante, imagino a pesar del dolor que sentía, el orgullo a la vez de saber que esa multitud lo esperaba con tanto amor y cariño y vivir todo eso debió ser frustrante, MI MÁS GRANDE ADMIRACIÓN PARA EL CORONEL.

rebeca
 23/12/16 9:39

tremendo honor le correspondió al teniente coronel José Luis Peraza López, el que desempeñó con una dignidad y profesionalidad gigantescas, a pesar del dolor que estoy segura que sentía, porque el perder físicamente a Fidel, saber que estaba allí, pero en cenizas, es algo que llega hasta lo más infinito de cualquier ser humano que respete y valore en su magnitud la grandeza de ese hombre que cargó con destreza mediante su urna, el teniente coronel..... mi reconocimiento para él.....

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