viernes, 26 de abril de 2024

Con Los Cinco, en la Patria de Bolívar y Chávez

Cientos de colaboradores cubanos, el cuerpo diplomático acreditado en Venezuela y amigos de la solidaridad se agruparon como un solo pueblo para recibir a Tony, Gerardo, Ramón, Fernando y René...

Bertha Caridad Mojena Milián en Exclusivo 05/05/2015
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Visita de los Cinco a Venezuela 02
Antonio Guerrero (C.izq.), y René González (D), dos de Los Cinco Héroes antiterroristas cubanos, luego de rendir tributo al prócer venezolano Simón Bolívar, en la Plaza que lleva su nombre, en Caracas, el 4 de mayo de 2015.

La noticia se esparcía desde hace días entre colegas y amigos que andamos por estas tierras. “Claro, era de esperarse ya”, me decía alguien cuando se confirmó. Los Cinco cubanos que por más de 16 años estuvieron presos en Estados Unidos por combatir el terrorismo y que el pasado 17 de diciembre lograron regresar definitivamente a su Patria, vendrían a Venezuela.

Recordé entonces la emoción de aquel día en el que este equipo de prensa compartió con colaboradores cubanos, amigos de la solidaridad y el Cuerpo Diplomático acreditado en Caracas, la emoción de verlos llegar libres a Cuba, junto a sus familiares, a sus amigos, a su pueblo. Aun así, nos pesaba entonces no haber  compartido aquel momento de júbilo con los nuestros, en nuestra hermosa Isla, aunque sabíamos que de cualquier forma esta era una victoria de todos.

Por eso cuando este 4 de mayo, los Cinco cubanos que tanto admiramos y respetamos arribaron al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, en el Estado venezolano de Vargas, sentimos como si fuera otro regreso, como si llegaran nuevamente a su Patria y aquí, junto a niños venezolanos y colaboradores cubanos de las diferentes misiones sociales los recibimos con flores, con alegría, con el abrazo profundo que tanto habíamos deseado.

Gema: la imagen de la vida, de la felicidad

Apenas faltaban instantes para que se abrieran las puertas del avión que traía a los antiterroristas cubanos a tierras bolivarianas y ya la emoción era inevitable. Tal como se esperaba, a las 10.00 horas de este lunes aterrizaron en Maiquetía y cual no sería la sorpresa de muchos - convertida minutos después en una enorme alegría- que ver la imagen de Gema, sonriente, activa, en los brazos de su papá Gerardo.

La pequeña parece ya mucho mayor, aunque su mamá Adriana me reafirma horas después que apenas cumple 4 meses en unos días y precisamente será por acá. Es una nena alegre, carismática, tranquila y llega a estas tierras a remover las cimientos de la felicidad, la misma que desprenden sus padres en cada mirada, cada gesto, cada expresión entre ellos y hacia ella.

Gema representa el fruto del amor verdadero, de la lucha por la vida, quizás por eso sus ojos saltones que pretenden escudriñarlo todo, descubrir el mundo de un vistazo y se ve feliz junto a su papá, ese hombre que la soñó, la ideó, la disfrutó durante muchos años y que parece no querer desprenderse de ella ni por un instante.

En los primeros momentos de su estancia en Venezuela, ellos centrarían la atención de quienes les rodeábamos, siempre sonrientes, altivos, pero sencillos, erguidos en su estirpe esencialmente humana, esa que sin dudas, le inculcarán a su Gema, quien un día podrá contar que su primer largo viaje, con apenas tres meses de nacida, fue a la Patria de Bolívar y Chávez.

Honores a quienes mucho merecen

La plaza Bolívar de Caracas parecía al mediodía de este lunes más pequeña de lo habitual. Cientos de colaboradores cubanos, el cuerpo diplomático acreditado en Venezuela, amigos de la solidaridad, miembros de la Asociación de Cubanos Residentes en el país, se agruparon como un solo pueblo para recibir a Tony, Gerardo, Ramón, Fernando y René. Y es que sin quitarse el polvo del camino, como el Maestro, llegaron allí y depositaron una ofrenda floral ante la Estatua del Libertador de América, conversaron con muchos de los presentes y fueron recibidos por el Alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, quien les entregó las llaves de la Ciudad.

A René González le fue otorgada también la Orden Eliezer Otaiza. No pudo entonces evitar hablar en nombre de sus hermanos, agradecer la acogida de este pueblo de quien dijo sentirse parte desde siempre, sentimiento que se ratifica desde el mismo momento en que habían tocado tierra.

Recordó René que cuando fueron hechos prisioneros en 1998, sobre la América se extendía el manto oscuro del neoliberalismo, de los gobiernos corruptos de derecha que solo respondían a intereses imperiales por encima de cualquier sentimiento humano. “Y entonces surgió Chávez, ese centro de luz que cambiaría los destinos de la humanidad toda y de nuestra América, que nunca volverá a ser la misma”, dijo.

Allí se rindió tributo a nuestros pueblos, a la hermandad que nos une, a la dignidad del pueblo cubano en la lucha por su soberanía, sus derechos más elementales, el camino que eligió hace más de 50 años y a las mujeres, esposas, hijas, madres, hermanas de los Cinco que durante su injusta prisión no bajaron su cabeza ni un instante, los acompañaron, siguieron firmes a su lado y encabezaron la lucha por su liberación en muchas partes del mundo.

Hoy ellas los acompañan de nuevo en su visita a este pedazo de tierra. Por eso encontramos a Olguita, siempre alegre, a Elizabeth, con su sencillez y tímidez habitual, a Maruchi, del brazo de su hermano y a Adriana, ratificando que el amor y la familia, que la lucha por un mundo mejor solo es posible cuando todos se dan  la mano con optimismo, sin cansarse y por eso también recibieron el homenaje de los que llegaron a la Plaza Bolívar de Caracas.

Junto al mejor amigo, al incansable luchador Hugo Chávez

Al encuentro con el Comandante Supremo en el lugar donde quedó sembrado para siempre, en el Cuartel de la Montaña, llegaron Los Cinco en horas de la tarde. Allí los recibió el Vicepresidente Ejecutivo Jorge Arreaza y su esposa Rosa Virginia Chávez, hija del líder eterno de Venezuela, Hugo Chávez Frías.

Luego de recorrer la fortaleza y explicar a Los Cinco su significación en la historia del país y especialmente, durante el proceso revolucionario de los últimos 20 años, los antiterroristas cubanos disfrutaron durante unos minutos la hermosa vista caraqueña que se aprecia desde esa altura de la geografía venezolana, desde la cual se resguarda y se vigila la capital.

Junto a la Flor de los Cuatro elementos llegaron también y extendieron su mano ante la tumba de nuestro Chávez, el Chávez de todos, a quienes dijeron conocer, admirar y seguir desde la cárcel, como una luz de esperanza que se levantaba para bien de esta humanidad nuestra y de la hermandad entre Cuba y Venezuela.

No faltaron allí las lágrimas de Olguita y Adriana, el saludo impetuoso de respeto de Fernando y Ramón, como quienes piden a su Comandante nuevas tareas y misiones, o el rostro impetuoso de Tony, pocas veces tan serio y rígido como esos instantes que tuvieron junto al gran hombre que luchó por ellos en todos los ámbitos nacionales e internacionales.

El cambio de la guardia de honor y el Cañonazo que cada día a las 4.25 de la tarde, hora de la muerte física del líder bolivariano se realiza para homenajearlo, completó el simbolismo de una tarde que, como diría Ramón, solo acentuaba más la entrega y el compromiso de los luchadores cubanos por las causas justas de la humanidad, por la felicidad de nuestros pueblos, por la justicia y la libertad en cualquier parte del mundo donde sea necesario.

Una encuentro inesperado pero alegre

Casi a la salida del Cuartel de la Montaña, en la propia Parroquia 23 de enero de la capital venezolana, los héroes cubanos se detuvieron en un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) conocido como “Sierra Maestra”, donde compartieron con varias decenas de colaboradores cubanos de las Misiones de Salud, Barrio Adentro Deportivo y Cultura Corazón Adentro que laboran allí.

Entre abrazos, besos, gritos y consignas patrióticas, Los Cinco fueron recibidos con una enorme alegría y aunque apenas estuvieron allí unos minutos, conocieron del impacto de la labor de nuestros misioneros por estas tierras hermanas, sobre todo en los cerros caraqueños y zonas de extrema pobreza.

A cada instante preguntaban a los colaboradores de qué provincia de Cuba eran, qué tiempo llevaban aquí, cómo se sentían y recibían también el cariño de pobladores de esa zona de Caracas, a la cual Fidel comparó en 1959 con una parte de nuestra Sierra Maestra por sus lomas, su altura y su parecido natural con nuestra geografía oriental.

No se necesitaba mucho tiempo para que entre Los Cinco y los hijos de Cuba que hoy laboran en estas tierras se entremezcle una especie de conspiración, de lazo común que los une por siempre: el orgullo de ser cubanos y servir a otros, que es como servir a la Patria de todos. Y es que muchos de los que hoy vimos acercárseles, hablarles, sonreírles y sobre todo agradecerles, se acercan así más  a nuestra Cuba, a los hombres de carne y hueso, a los millones héroes anónimos que todos los días luchan por ser mejores, por ellos mismos y sobre todo, por nuestros hijos, por el futuro.

Este martes Los Cinco continuarán su recorrido por la tierra del mejor amigo de los cubanos. Mientras, nuestro equipo de prensa y en especial, esta reportera, seguirá acompañándolos, para compartir con ustedes – como bien lo definiría un colega- estos días de gloria.


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Bertha Caridad Mojena Milián

Joven periodista. Pinareña hasta la médula. Amante de la paz y de la risa.

Se han publicado 1 comentarios


margarita flores
 5/5/15 16:43

Los cinco en la patria grade, todos los honores merecido.

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