jueves, 28 de marzo de 2024

Y Santiago fue más rebelde…(+Video)

Dicen los santiagueros que no existen piedras en sus caminos, que no hay obstáculos que no puedan vencer. Las razones hay que buscarlas en fechas como la de hace 57 años atrás, cuando en Santiago de Cuba cayeron jóvenes humildes que peleaban por un ideal…

Bertha Caridad Mojena Milián en Exclusivo 30/11/2013
5 comentarios
Santiago de Cuba y Fran País
Aquel 30 de noviembre las calles de Santiago quedaron pequeñas. Frank lo había dispuesto todo.

Nada parecía ser diferente en el ajetreo diario de una ciudad dinámica y activa por esencia propia, poblada de hombres y mujeres de estirpe luchadora y valiente. El ir y venir de los carros y transeúntes, de los vendedores, de los obreros y de los guardias policiales era evidente cada mañana.

Este sería, sin embargo, un amanecer trascendental. Eran las primeras horas del día  y el calor colmaba los cuerpos a pesar de la época del año. Las revueltas en las calles, las protestas, los arrestos policiales y hasta algún que otro tiro eran casi como el pan nuestro de cada día en aquel Santiago hirviente de Revolución.

Pero aquel día fue diferente. Un grupo de jóvenes  salieron a las calles con las pocas armas que tenían a enaltecer el verde olivo, a mostrarlo a todos por primera vez y enseñar cuán grandes eran aquellos ideales por los que se peleaba, por los que se apoyaba a otro grupo de jóvenes soñadores que debían arribar muy pronto a Cuba para iniciar una nueva etapa de lucha por la libertad y la justicia.

Era el 30 de noviembre de 1956 y ese día las calles de Santiago quedaron pequeñas, no había espacio para miedos, ni renuncias, ni titubeos. Era hora de llamar la atención y desviar las fuerzas de la dictadura batistiana hacia esos rumbos, para permitir el desembarco de esa nave preparada para siete u ocho hombres, que había sido capaz de alojar a 82 personas que entregarían hasta sus vidas por ser libres o mártires.

Frank lo había dispuesto todo. En su afán aglutinador y como máximo líder del movimiento en la región, había coordinado días antes desde México todas las acciones que podían apoyar el desembarco, causar confusión en las fuerzas enemigas, fraccionarlas.

El Directorio Revolucionario y la FEU hacían también lo suyo desde mucho antes en varias regiones del país. Todos tenían ya un mismo objetivo, una misma idea, una inspiración y un solo guía: Fidel Castro.

Pero la naturaleza y otros inconvenientes inevitables se ensañaron contra el arribo a tiempo de los expedicionarios y ni siquiera el lugar pactado sería el destino final en tierras cubanas. Por eso la inquietud y el desafuero de los que venían en aquel barco, al escuchar las noticias del alzamiento en Santiago.

Allí cayeron hombres humildes, del pueblo, jóvenes que apenas comenzaban a vivir y que solo querían encender una llamarada mucho más fuerte que la que ya vibraba en los corazones de aquella ciudad, que después de ese día, nunca más fue la misma.

La sangre se mezcló con el verde olivo de los uniformes, los tiros resonarían una y otra vez. La gente del pueblo que hacía algún tiempo esperaban un nuevo impulso, retomaron el camino de la lucha, desempolvaron sus armas, acogieron a heridos, ofrecieron sus casas, enterraron a sus muertos con indignación y orgullo.

Aquel alzamiento fue una gran victoria, no importa que digan lo contrario. El Yate Granma surcó las aguas y sus hombres, enardecidos aún más por la muerte de aquellos hermanos en esta tierra heroica, cantaron de nuevo el Himno de la Patria, atravesaron pantanos, subieron a la Sierra y después tomaron campos, ciudades, hicieron Revolución, construyen un país, un futuro.

Dicen hoy los santiagueros que no hay piedras en sus caminos, que no hay obstáculos que no puedan vencer. Y lo han demostrado. Santiago de Cuba, nuestro Santiago, desde aquel 30 de noviembre es aún más rebelde.


Telegrama procedente de México cuyo texto: Obra pedida agotada, anunciaba la salida del yate Granma hacia suelo cubano para reiniciar la lucha armada.


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Bertha Caridad Mojena Milián

Joven periodista. Pinareña hasta la médula. Amante de la paz y de la risa.

Se han publicado 5 comentarios


Alexeis
 14/12/13 11:25

Muy buen artìculo, pero tengo algunas dudas. ¿El alzamiento fue para apoyar el desembarco, o el desembarco debía apoyar el alzamiento? En escritos del Comandante Fidel expresa que pensó que había convencido a todos de levantar Santiago luego del desembarco, pero, no fue así.

Lupe Soriano desde Fb
 1/12/13 9:28

Confirmación de lo ya tantas veces manifestado, la lucha y poder de un pueblo pobre pero digno.

Angela Lafuente Hermosa desde Fb.
 1/12/13 9:27

La rebelde, heroica y hospitalaria SANTIAGO!!!!

Reyna Martinez Bueno desde Fb
 1/12/13 9:25

Ellos forman parte de nuestra historia y en ella se habla de todos hasta de Furgencio Batista eso se llama cultura y los cubanos guste o no a la revolucion le debemos eso

Equipo Cubahora
 1/12/13 9:24

Este trabajo ha recibido 397 Me Gusta en Facebook, ha sido compartido 103 veces. Gracias a todos.

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