viernes, 19 de abril de 2024

Vía libre para Eduardo Alonso

El máximo ganador de las Vueltas Ciclísticas a Cuba es todavía un símbolo del ciclismo cubano. Sencillo, pinareño y conversador, su historia es poco conocida, pero maravillosa...

Joel García León en Exclusivo 06/09/2013
6 comentarios
Eduardo Alonso
Eduardo Alonso, único hombre que ha ganado seis vueltas ciclísticas a Cuba.

Si usted nunca ha recorrido nuestra isla de un extremo a otro, le será difícil comprender la gran proeza de este atleta cubano. Si usted nunca ha montado bicicleta para trasladarse largas distancias, podría parecerle exagerado tantos kilómetros y años de pedaleo. Sin embargo, la ficción está fuera de esta historia. Eduardo Alonso, único hombre que ha ganado seis vueltas ciclísticas a Cuba, prefirió conversar ahora de su vida con la misma condición que hizo indetenible su carrera deportiva: vía libre en las carreteras.

Es sábado, día preferido para ir a jugar con sus hijos Eduardito y Gabriel en el parque. Pelota, bate y bicicleta no faltan. Otro padre en similar faena se le acerca. ¿Usted es Eduardo Alonso? La sonrisa de aprobación llegó sincera y el diálogo posterior no hace falta transcribirlo. El otrora dueño de las carreteras cubanas gana así, todos los días, la más extensa vuelta ciclista de su vida. Y el pueblo no engaña. Si de reconocimiento y gratitud está diseñada la meta, Alonso sigue saliendo airoso.

“A los seis años lloré por vez primera por una bicicleta. La había traído un primo y como yo era el menor de los cuatro hermanos varones tuve que conformarme con montarla una sola vez. A punto de cumplir 43 años puedo asegurarte que jamás venderé mi bicicleta, como escribió el escritor Enrique Núñez Rodríguez.

”Por ella he vuelto a llorar varias veces, pero de alegría y felicidad. Aún hoy, cuando veo algo mal entre los ciclistas que entrenan, me dan ganas de volver a montarme en una y competir como lo hacía antes. Llevo el ciclismo en la sangre”.

LOS INICIOS, LA PRIMERA VUELTA, MILES DE KILÓMETROS

“Desde 1978 corría casi todos los fines de semana en carreras juveniles y populares. Sabía que por mis condiciones físicas no daría en el ciclismo de pista, de ahí la mudanza rápida para la ruta, para las carreteras. En un año, fácilmente recorría 30 mil kilómetros o más. En 1981 concluí tercero en mi primera Vuelta a Cuba e impuse nueva marca para novatos.

”Este deporte tiene un riesgo constante, pero uno llega a no pensar en el peligro. Recuerdo que bajaba las lomas y las carreteras mojadas a 100 km/h. Mi motivación deportiva estaba altísima y no aceptaba la derrota hasta que no concluyera el sprint final”.

LA ERA DE ALONSO, SEIS CORONAS

“En 1984 gané mi primera Vuelta a Cuba y en realidad pude haber obtenido siete coronas si no pierdo al año siguiente, en 1985. Era la que más fácil iba a ganar, pero en la etapa Camagüey-Ciego de Ávila los soviéticos hicieron una táctica de carrera muy inteligente, la cual no pudimos contrarrestar.

”Esa experiencia me enseñó que no podía ser modesto si quería vencer, y que en la confianza estaba el peligro. Los cinco títulos consecutivos (1986-1990) estuvieron muy peleados. Siempre venía lo mejor del ciclismo europeo: Alemania, Checoslovaquia, Polonia y la Unión Soviética; y también de América, México, Colombia y Venezuela.

”La Vuelta es una fiesta inolvidable para todos los que participan en ella. Lo que pasaba en mi pueblo, Bahía Honda, cuando ganaba era increíble: fiesta, orquesta, celebraciones por una semana, la gente disfrutaba tanto como yo”.

AMBICIOSO, EL RETIRO

“No sabía que la Vuelta de 1990 iba a ser mi último giro. Podría haber corrido una más, pero el período especial impidió la celebración de ellas hasta que se recuperó en el 2000. Nunca dije públicamente que ganaría una Vuelta —solo se lo decía a mi mamá antes de salir de la casa—, aunque siempre fui ambicioso. Si no tenía la camiseta de líder no dormía bien. Mi lema es que hay que pensar siempre en la victoria para conquistarla.

”El retiro lo medité mucho y fue una decisión propia. Acababa de cumplir 29 años, pero habían disminuido mucho las competencias y con eso también habían bajado las motivaciones deportivas. Ahora, cada vez que siento deseo —tres o cuatro veces por semana—, cojo la bicicleta y salgo a rodar un rato. Lo más malo de esta etapa es que aún sueñas con triunfos, aunque sabes que tu tiempo ya acabó”.

LA PRENSA, EL TOUR DE FRANCIA, LA VUELTA AL TÁCHIRA

“La prensa fue justa conmigo, pero podía haber estado entre los 100 mejores atletas del siglo en Cuba en aquella encuesta famosa del año 2000. Lo más difícil de mi carrera fue correr en Europa con frío, lluvia, nieve; donde incluso llegué a tener camisetas de líder en Italia. De esas cosas no se escribe mucho en la prensa, pero son terribles.

”Sí, después de haber estado en Carreras de la Paz y muchos torneos en Europa me hubiera gustado competir en el Tour de Francia, como lo hicieron otros latinoamericanos en esa época, Raúl Alcalá (México) y Leonardo Sierra (Venezuela), a quienes vencí varias veces en giros continentales. Sin embargo, el dolor más grande, deportivamente, es haber quedado dos veces cuarto en el único campeonato mundial de ciclismo que asistí.

”La victoria en la Vuelta al Táchira de 1986 fue gracias a todo mi equipo. Es la segunda más importante de América y la conocía bien porque en 1982 estuve allí y terminé onceno. Pensé entonces que si con 19 años había podido lograr ese puesto, cuatro años más tarde podía ganarla. Y con esa mentalidad la enfrenté y vencí. Solo un ruso y yo hemos podido ganarle a colombianos y venezolanos en ese giro, diseñado casi para ellos”.

ENTRENADOR, LA FAMILIA, LA VIDA

“Como entrenador alcancé resultados relevantes. Mi mejor discípulo fue Pedro Pablo Pérez, a quien dirigí en sus dos primeros triunfos en las Vuelta a Cuba. Reunía todas las condiciones para llegar hasta donde él quisiera. Fue durante casi diez años nuestro mejor ciclista.

”Mis padres, mi esposa y mis hijos son imprescindibles en los éxitos. Prefiero compartir los ratos libres con ellos, oír música e ir al cine. No le impondré a ninguno de mis hijos —Emili, Xavier, Eduardo y Gabriel— que sean ciclistas, pero no puedo negar que me encantaría que sueñen con bicicletas, como soñé y sueño todavía”.

DEFINICIÓN FINAL

“Este deporte no tiene comparación. Estás arriba de un asiento por años, y si sumas los kilómetros recorridos casi le das varias veces la vuelta al mundo. Sin embargo, lo practiqué con el amor y la entrega más grande. Luego, cuando presté ayuda técnica en República Dominicana, me percaté de la importante formación y las grandes enseñanzas que recibí de entrenadores como Fiador Jarakanov (ruso), Alfredo López y Roberto Menéndez.

”Y sobre mis alumnos solo tengo una ventaja. Fui el único que pude rodar vía libre por las carreteras cubanas durante casi una década. Y eso es lindo, porque siento muchas veces muestras de cariño, incluso, en niños que no habían nacido cuando montaba. Y sigo… ponlo bien grande: Eduardo Alonso sigue rodando...”.

El padre del niño no paró de hablar ese sábado con Eduardo Alonso. En la despedida volvió a recordar la alegría de 1986, cuando el cubano venció en la Vuelta al Táchira, todo un acontecimiento. Suerte, y ojalá pronto volvamos a conversar, dijeron ambos montados ya en sus respectivas bicicletas.


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Joel García León

Se han publicado 6 comentarios


Eduardo N/A Rodriguez
 9/8/19 11:54

Quiero saber del ciclista feliz lopez

José
 12/7/19 6:34

Con el mayor respeto a las demás glorias del ciclismo cubano, considero a Eduardo Alonso al más grande de todos los tiempos, como le llamaron los narradores colombianos en la descripción de una de las Etapas de aquella Vuelta al Táchira en 1986, Alcon de la Montaña, Gacela en el Llano, además´no era sólo en la Ruta, paralelamente en la Pista llegó a ser el mejor en la Persecución Individual 4000 mts, y cuando lo corría por equipos, pasaba trabajo para poder hacer el trabajo con el resto de los integrantes porque era muy superior al resto  de la cuarteta, creo que no ha recibido la atención y la divulgación necesaria por parte de los medios, para que aquellas figuras jóvenes vean en él un Paradigma a seguir.

Lisbe Martínez
 8/6/16 23:28

Un gran campeón que resume en su gloria al mejor ciclismo que nació en Pinar del Río: Mongui León, el Papo Falcón, Silva, Cordero, Jorge A. Pérez, Robe Santalla, Osmany y Javier Alvarez, el Chanti, el Pipe y Eliecer Padrón, el Cra, Oriol y Chito Alonso, Hiram Flores, los hermanos Carriedo, Rudy Melgarejo, Peña, Pedro Pablo Pérez, Dominguito Díaz, Félix López y muchos más, algunos que ya no están físicamente pero son inolvidables. Son la familia del ciclismo pinareño , en la que no puede faltar mi padre, Eduardo Martinez.

Jhosniel Castillo exciclista
 17/12/13 10:45

El entrenador ruso no se equivoco tremendo ciclista ese muchacho y asi lo demostro

juna
 5/11/13 19:58

tuve la dicha de verlo correr y ganar la vuelta al tachira en venezuela excelente

juna
 5/11/13 19:52

excelente ciclista

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