sábado, 20 de abril de 2024

Crónicas de los Juegos del Centenario (2)

La bomba que estremeció los Juegos Olímpicos en el Parque Centenario. Los efectos de la dinamita luego de las Olimpíadas. Furioso llanto de plata de atleta cubana...

Jesús Gonzalo González Bayolo en Exclusivo 13/08/2016
1 comentarios

Cerca de la bomba que recorrió el mundo

 

Cuando la bomba estalló en el Parque Centenario en la madrugada del sábado 27 de julio, yo estaba dándole vueltas a una crónica sentado frente a la computadora en mi habitación de la Universidad Emory.

Aquella explosión me hizo también estragos, porque estalló mi crónica en pedazos, y quién me discute que iba a ser la más lograda de todas. Pero no me acordé más. Busqué la mayor cantidad de detalles frente al televisor que una crónica puede esperar, pero no tamaña noticia.

Las imágenes que vi en la TV eran dramáticas: heridos, llantos, camillas, ataques de nervios, policías, sirenas, tristeza. Y pensar que estalló en una de las áreas del Parque Centenario, por donde pasaba cada día y a cualquier hora, solo o en compañía de algún colega.

El Parque Historia del Centenario Olímpico, que es su nombre oficial, constituye un gigantesco recinto al aire libre con múltiples atracciones a toda hora. Los bonitos ladrillos que forman el piso tienen nombres grabados para perpetuar a todos aquellos que hicieron donaciones a partir de un dólar para su construcción.

Fue inaugurado una semana antes del inicio de los Juegos y todos lo conocen como el Parque Centenario (Centenarial Olympic Park), que está situado en el corazón del anillo olímpico. Colinda con algunas canchas deportivas y con el centro principal de prensa.

El temor se apoderó de muchos en Atlanta. Para otros, la bomba fue un alerta para extremar medidas de precaución personal… hasta donde fuera posible, porque había que seguir yendo a los lugares y regresando a las horas del retorno, que nunca eran fijas.

Hubo una víctima fatal por el estallido y otra por un infarto a consecuencia de la bomba. A propósito, menos conocido es que un ciudadano polaco murió también de un infarto el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos.

Menos mal que estalló una sola bomba, porque eso de andar cerca de ellas, con las constantes amenazas en las instalaciones y otros sitos, no era nada agradable, y todavía recuerdo el último viernes de los Juegos, cuando hubo que desalojar urgente el Parque Centenario. ¿Por qué? Por otra amenaza de bomba en el mismo lugar, pero bueno, a fin de cuentas era un solo centenario y por ende no tenían por qué estallar dos bombas.

DETONACIONES… DESPUÉS DE LOS JUEGOS

El síndrome de la seguridad ha estado más presente que el signo de Leo —por el que transitamos, según el Zodíaco— durante la celebración de los Juegos Olímpicos del Centenario, que tendrán hoy sus últimas competencias en ocho deportes y en la noche la ceremonia de clausura en el Estadio Olímpico.

Parecía que todo iba a quedar en los sustos, cuando en la madrugada del sábado 27 estalló la bomba que estremeció los Juegos Olímpicos en el Parque Centenario, específicamente en un área que acogía un concierto de música pop.

Fue cerrado el parque, y reabierto a mediados de semana con numerosas precauciones. Atlanta y los Juegos se bañaron de sangre con esa bomba. En todas partes se incrementó el control, y hubo nuevas amenazas y más despojos de urgencia.

Ahora se anuncian bombas para dos estadios. Veamos:

El béisbol se disputó en el estadio del condado Fulton, con capacidad para 53 000 personas, que es la sede del equipo Bravos de Atlanta. A su lado fue construido el Estadio Olímpico, sede del atletismo y de las ceremonias de inauguración y clausura, con capacidad para 83 100 personas. Ambos sufrirán los efectos de la dinamita luego de las Olimpíadas.

¿Qué cómo así? Pues así mismo. Mientras más de la mitad de los países del globo terráqueo verían con júbilo contar con alguna de las dos obras y si es con las dos mejor, aquí se van a dar el lujo de hacerlas estallar.

Una vez reducidos a escombros, donde hoy se clausuran los Juegos será construido el nuevo parque beisbolero para los Bravos; y el Fulton, inaugurado en 1963 y sede de los Bravos de Atlanta desde 1966, cambiará totalmente su fisonomía: se convertirá en el parqueo del estadio de béisbol. Se ha anunciado que las nuevas obras estarán construidas en ocho meses.

FURIOSO LLANTO DE PLATA

Vi a la alemana Johana Hugn saltar loca de contenta, con su anatomía de más de 80 kilogramos, el espacio de no menos de un metro de altura que la separaba de la grada, para caer en brazos de un compatriota, celebrando su medalla de bronce. La otra, para la francesa Chicot.

Minutos más tarde vi a la cubana Estela Rodríguez llorar de rabia por ganar medalla de plata. Y es que Estela quería el oro. Se empleó a fondo por el oro y pudo haberlo obtenido. La china Fuming Sun le marcó un yuko discutiendo el cetro y la dejó con el subcampeonato.

Estela sabía que podía ganarle. La única vez que habían competido, en Japón, Estela le había ganado. Aquí nuestra fornida morena había impuesto su clase en todos los demás combates. Volvió a quedar con plata, como en Barcelona-92. Volvió a dar la primera medalla a nuestra delegación.

Quise buscar declaraciones de la protagonista, pero ella no podía hablar. Solo lloraba furiosa.


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Jesús Gonzalo González Bayolo

Se han publicado 1 comentarios


billjobs
 13/8/16 21:33

Con todo respeto Sr. Bayolo, la última olimpiada del siglo pasado fueron los juegos olímpicos de Sidney, Australia del 2000, último año del siglo XX. Solo son matemáticas, el deporte es pasión. Saludos cordiales desde México.

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