viernes, 17 de mayo de 2024

¿Cómo se explica el apoyo “incondicional” de EE.UU. a Israel?

Mientras se agrava la crisis humanitaria en Gaza y los sionistas se preparan para una incursión a gran escala, queda por ver la magnitud de la ayuda estadounidense a Netanyahu cuando ya de por sí gastaban miles de millones de dólares en apoyo militar cada año...

Haroldo Miguel Luis Castro en Exclusivo 27/10/2023
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ISrael- Estados Unidos
Hasta la fecha se sabe que desde la nación norteamericana se le ha suministrado a Israel municiones para su sistema antimisiles y todo tipo de parque de guerra, incluido el envío de dos de los portaviones más avanzados (ONU).

A punto de cumplirse el primer mes de la escalada armada entre Israel y Palestina en la Franja de Gaza en lo que se supone un nuevo capítulo en un conflicto histórico, marcado por décadas de ocupación ilegal, el auge del sionismo y la apatía de la comunidad internacional, Estados Unidos (EE.UU.) continúa posicionándose como el principal aliado de Benjamín Netanyahu.

Desde el comunicado lanzado por la Casa Blanca en fecha tan temprana como el 9 de octubre en nombre también de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido quedó claro que la gestión de Joseph R. Biden apoyaría de manera incondicional al gobierno israelí. Así, la administración demócrata continuó con su política de “internacionalismo liberal”, presente en conflictos como el de Rusia y Ucrania o el de Taiwán y China, y una vez más apeló al Congreso— a pesar de su inoperatividad— para solicitar fondos.

Hasta la fecha se sabe que desde la nación norteamericana se le ha suministrado a Israel municiones para su sistema antimisiles y todo tipo de parque de guerra, incluido el envío de dos de los portaviones más avanzados—el USS Gerald R Ford y el USS Eisenhower—al mediterráneo, el despliegue de aviones cazas F-15 y F-16 y aviones de ataque A-10 a la región.

Además, EE.UU. ha ofrecido sus fuerzas y recursos para la planificación de operaciones especiales y apoyo de inteligencia, los cuales incluiría la ayuda del Mando Central y del Mando de Operaciones Especiales, aunque de momento se descarta la idea de desplegar tropas sobre el terreno de Israel.

Mientras se agrava la crisis humanitaria en Gaza y los sionistas se preparan para una incursión a gran escala, queda por ver la magnitud de la “ayuda” estadounidense, ya de por sí valorada cada año en miles de millones de dólares en apoyo militar.

Pero, ¿cómo se explica este vínculo entre ambas naciones? Quizá habría que remontarse a 1967 cuando comienza a consolidarse la relación a partir de la Guerra de los Seis Días y la victoria israelí sobre una coalición de estados árabes, que le valió para ocupar Gaza y Cisjordania.En plena Guerra Fría y en disputa constante con la Unión Soviética por la hegemonía global posguerra, EE.UU. entendió que Israel podría ocupar un rol decisivo en su lucha contra los intereses soviéticos en la región. Por lo que desde la presidencia de Lyndon Johnson el flujo diplomático, financiero y militar aumentó de manera exponencial.

En todo ello, no podemos descartar la importante posición estratégica del país en Medio Oriente. Hace 40 años, el secretario de Estado, Alexander M. Haig, designado por el entonces mandatario Ronald Reagan, dijo que Israel era “el mayor portaaviones estadounidense, es insumergible, no lleva soldados estadounidenses y está ubicado en una región crítica para la seguridad nacional de Estados Unidos”.

Desde rutas comerciales históricas e imprescindibles hasta territorios con recursos naturales estratégicos, para EE.UU. el control de la región de forma más o menos manifiesta se antoja un objetivo imprescindible, e Israel actúa como su punta de lanza.  

Por eso en la década de los 80 y 90, se afianzó la cooperación militar entre ambos estados. Tras los Acuerdos de Oslo para lograr la paz entre Israel y sus vecinos palestinos, Washington firmó el primero de los llamados Memorándum de Entendimiento, en el que se certificó el traspaso de armamento y munición.  

Hoy Israel aparece como uno de los principales aliados de EE.UU. fuera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y como uno de los principales compradores de equipo militar estadounidense. Asimismo, continúa involucrado en el desarrollo de tecnología militar y regularmente participa en los ejercicios militares conjuntos de las fuerzas de EE.UU. y otros países.  

En la ecuación también se debe incluir la influencia del lobby proisraelí en la política estadounidense. Aun cuando la población judía en esa nación supone el 2% (7,6 millones de personas) de la población total, organizaciones como el Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel tienen mucho peso, sobre todo, en temas de política exterior. Y Biden sabe que para nada puede darse el lujo de ignorar a los votantes proisraelíes antes de las elecciones presidenciales del próximo año.


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Haroldo Miguel Luis Castro

Periodista y podcaster

Se han publicado 1 comentarios


Victor
 13/11/23 1:54

Muy de acuerdo. Lo que no me convence es la posición de los gobiernos y la población árabe frente a este conflicto prolongado que tiene su climax en el genocidio en curso.

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