En Cuba existen seis especies nativas de magnolias, aunque también se cultiva la mundialmente conocida Magnolia grandiflora —que puede llegar a medir más de 30 centímetros de diámetro—, y recientemente se ha reportado la invasión de una especie exótica de este grupo: la Magnolia champaca.
Tal variedad, unida a las características distintivas de las especies caribeñas, constituyen la prioridad de estudio del Tercer Simposio Internacional de la familia Magnoliaceae, a desarrollarse del 28 de noviembre al 2 de diciembre próximos en el Hotel Meliá Marina Varadero, con la presencia de más de media centena de importantes académicos, investigadores y amantes de las magnolias de once países.
“El interés que despiertan las especies cubanas es tal que el encuentro prevé avanzar en el conocimiento de las prioridades de investigación y conservación de este grupo de plantas, con ponencias dedicadas a la sistemática, biología molecular, fitogeografía y evolución de las magnolias, así como las especificidades de su cultivo, su ecología y métodos más viables de conservación”, aseguró el máster en ciencias Alejandro Palmarola Bejerano, presidente de la Sociedad Cubana de Botánica (SCB).
Durante esos días, y con el objetivo de resaltar la importancia de las especies cultivadas en el archipiélago, también se realizarán visitas dirigidas al Jardín Botánico Nacional, en La Habana, al Gran Parque Topes de Collantes, en Sancti Spíritus y a la Ciénaga de Majaguillar, en Matanzas, tres de los principales espacios donde pueden ser apreciadas las variedades cubanas.
Organizado por la SCB junto a la Sociedad Internacional de Magnolias y Plantlife Conservation Society, “resulta relevante destacar que esta constituye la primera edición del evento que se realiza fuera de China, país afamado por sus grandes colecciones de magnolias asiáticas y americanas”, acotó el especialista.
En todo el mundo las magnolias despiertan un particular interés, no solo en los horticultores, que la cultivaban en Europa desde finales del siglo XVII, sino también en los científicos evolucionistas, gracias a los cuales se conoce de su existencia hace más de 50 millones de años. Sus caracteres primitivos constituyen un eslabón importante para comprender la evolución de todas las plantas con flores del planeta.
La madera de esta especie, dura y de tonos verde-azulados, es altamente cotizada para la ebanistería y muchas especies son medicinales. Sin embargo, tienen otros usos menos conocidos: las flores de muchas magnolias son apreciadas para la confección de perfumes, sus hojas como follaje duradero para arreglos florales y los frutos como atrayentes de especies de animales a los jardines (por ejemplo, varias aves migratorias como el Cardenal o Tanagra y algunas ardillas se alimentan de sus semillas).
En el mundo existen unas 300 especies de magnolias, todas son árboles y arbustos siempreverdes o deciduos, que crecen fundamentalmente en el este y sur de Asia, el sur de Norteamérica, América Central y el Caribe. “Las especies caribeñas presentan características que las hacen diferentes, es por esto que las magnolias de Cuba, La Española y Puerto Rico han sido frecuentemente agrupadas en conjuntos de diversa índole, incluso géneros endémicos de la zona”, concluyó Palmarola Bejerano.
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