jueves, 25 de abril de 2024

Sobre las demandas y los demandantes al amparo del Título III (II) (+Video)

Las reclamaciones de propiedades nacionalizadas en Cuba son parte de las artimañas de la mal trama de la comedia de Trump...

Dunia Torres González en Exclusivo 06/06/2019
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Terminal portuaria-Guillermón Moncada
García-Bengochea un médico que emigró a Estados Unidos hace 59 años está reclamando la terminal portuaria Guillermón Moncada de Santiago de Cuba.

Mucho tendrá que batallar Trump en su empeño de doblegar a los cubanos. Su redoblada versión de hostilidad política, económica y social contra Cuba, bajo la ignominia de la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton, queda absolutamente sin sentido ante la resistencia del pueblo.

Los procesos para reclamar propiedades confiscadas o nacionalizadas en Cuba y las recientes restricciones de viajes a la isla para los ciudadanos estadounidenses solo son parte de una gran lista... Estas artimañas de la Casa Blanca únicamente sirven para ofrecer falsas esperanzas a la mafia cubano-americana que persigue el sueño de un cambio político en Cuba y ven en estas agresiones la posibilidad de engordar sus bolsillos.

Frente al ya evidente fracaso del Título III, Trump continúa con su empeño de socavar a la economía cubana y ahora arremete contra los “viajes educativos grupales”, forma más común en que los estadounidenses visitan la isla.

Esta medida responde a su ya anunciado interés de restringir los viajes de cruceros a la Mayor de las Antillas, que eran los que principalmente organizaban los tours que las nuevas restricciones ahora prohíben. No es casual, entonces, que las primeras demandas bajo el amparo del Título III de la Helms-Burton estén relacionadas con las terminales de cruceros de los puertos de La Habana y Santiago de Cuba, dos reclamaciones desprovistas de cualquier sustento legal y que se caracterizan por la lógica del absurdo, tan común en la actual administración.

En reciente entrevista a Jesús Arboleya, el investigador y especialista en relaciones Cuba-EE. UU. explicó cuán ilegal es este proceso: “Es violatorio de las propias leyes norteamericanas, pues está confiriendo una ciudadanía retroactiva a personas que no eran estadounidenses en el momento en que se produjeron las nacionalizaciones en Cuba y les está dando derecho de reclamación igual que los que sí eran norteamericanos”.

Por su parte, William LeoGrande, analista político de la American University de Washington, ha explicado la finalidad de las demandas: “En gran medida es un gesto simbólico”. Más adelante concluye: “Es muy difícil reunir la documentación necesaria para probar su caso y muy pocas probabilidades de cobrar una indemnización. (…) No hay forma de que la sentencia impuesta por tribunales norteamericanos tenga algún efecto en la isla, se trata de una estrategia para cercar la economía cubana y desligarla de sus principales socios comerciales”.

Si los demandantes no se han dado cuenta de que están siendo instrumentos en las manos de Trump, al menos deben estar conscientes de que son parte de su objetivo de arreciar las políticas hostiles contra Cuba. Después de casi 60 años de bloqueo y resistencia, el pueblo cubano ha dejado claro su respaldo al proceso de nacionalización y confiscación de propiedades, llevado a cabo en el país, que para nada fue arbitrario, sino que estuvo amparado por la legalidad.

¿LA TERMINAL PORTUARIA GUILLERMÓN MONCADA EN LITIGIO?

Como parte de uno de los shows mediáticos de estos días, impulsados por corrientes trumpistas, Javier García-Bengochea, un médico que emigró a Estados Unidos hace 59 años, expresó: “Las voy a demandar a todas”, refiriéndose a las compañías de cruceros que usan en su circuito turístico por el Caribe las instalaciones del puerto de Santiago de Cuba, del que asegura que es el verdadero y legítimo dueño.

En su alegato se atreve a valorar dos opciones en su muy ilógico proceso judicial: una compensación o la suspensión de los viajes. Con anterioridad, en 2017, llegó a demandar a la empresa china que se encarga del proyecto de modernización del puerto de Santiago de Cuba.

García-Bengochea está reclamando la terminal portuaria de esta oriental provincia cubana, que desde 1919 pertenecía a la entonces compañía La Marítima Parreño, hasta el proceso de nacionalización de 1960, que pasó a ser la Guillermón Moncada. Alega que esta fue una herencia de su primo Desiderio Parreño y Hechevarría, y que su familia tenía una participación significativa en este importante puerto de embarque comercial y almacenes.

En su defensa, donde abundan las contradicciones, inicialmente plantea que La Marítima y su presidente habían apoyado a la Revolución en sus difíciles comienzos; sin embargo, él mismo llega a declarar que Desiderio Parreño, temiendo ser arrestado si desafiaba lo que para él se había convertido en una “dictadura”, abandonó Cuba al día siguiente por el temor a una guerra civil. Días después, el presidente Eisenhower comenzó su politica de hostilidades, que se recrudecieron luego con la imposicion del bloqueo en 1962 por su sucesor John Kennedy y que aún perdura.

García-Bengochea confunde, como muchos otros, los términos legales de su caso, pues lo denomina como un caso de “confiscación”, mientras que lo que ocurrió fue que su primo no aceptó ninguna indemnización, dado el hecho de que no reconocía la legitimidad del Gobierno naciente luego del triunfo de 1959 y abandonó sus propiedades. La familia Parreño estaba convencida de que la agresiva política del gobierno estadounidense le pondría su propiedad en las manos, y no fue la única en guardar esta esperanza que alimentaría a los sucesivos actos terroristas e invasiones organizados por la CIA.

Más tarde, Alberto Parreño, hermano de Desiderio y en aquel momento abogado neoyorkino, recibiría la certificación de propiedad del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Ante esta acción arbitraria (por supuesto, no para él), Desiderio alegaría: “Pasó, de ser ‘progresista’, a un ‘conservador’ de la noche a la mañana”.

Y como si fuera poco, en el ilegal alegato de García-Bengochea, este expresa: “Las empresas extranjeras Fred Olsen Cruise Lines y China Harbor Engineering Company hacen negocios en Estados Unidos, mientras usan mi puerto robado”. En estos casos cabe preguntarse si estamos en presencia de un proceso judicial real o si es el ensayo de alguna comedia norteamericana.

EL PUERTO DE SANTIAGO DE CUBA EN MODERNIZACIÓN

Mediante una alianza entre Cuba y China, en Santiago de Cuba se trabaja para que el país pueda potenciar una terminal multipropósito con avanzado desarrollo tecnológico; la Guillermón Moncada se convertirá en el primer puerto de descarga y el segundo del país en cuanto a nivel de desarrollo, automatización, construcción y equipamiento, únicamente superado por la terminal de contenedores del Mariel.

En el plan de inversión se encuentra la construcción de “un nuevo muelle de hormigón armado de 231 metros y 18 objetos de obra, entre los que se incluyen dos almacenes con capacidad para 10 000 toneladas cada uno”.

“La inversión asciende a 120 millones de dólares con crédito de la República Popular China, y cinco millones de pesos por crédito cubano”, según declaraciones de José Antonio Olivares Díaz, director general de la Empresa de Servicios Portuarios del Oriente.

Esta modernización permitirá mover 565 000 toneladas al año (mercancías, contenedores y productos a granel) y “se podrán recibir en la rada buques de hasta 40 000 toneladas, lo cual ratificará al puerto santiaguero como el segundo en importancia del país. Los regímenes de descarga diarios de 2500 toneladas para saquería y 1500 toneladas de productos o mercancías a granel, se elevarán con la nueva terminal a 5000 y 3000 toneladas, respectivamente”.

Además, se lleva a cabo por una compañía holandesa el dragado de la bahía a 11,65 metros en una primera etapa. Esto facilitará el canal de acceso de barcos de hasta 10,80 metros de calado, la dársena de maniobra y el cajón de atraque.

La terminal Guillermón Moncada, sin duda, es un punto estratégico para la economía cubana, y, a los ojos de Trump, una diana apreciable a la cual lanzar sus dardos en su objetivo de socavar los puntos clave de desarrollo en Cuba. A ese interés responden las demandas contra las compañías de cruceros que atracan en la isla y las nuevas restricciones lanzadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos contra los “viajes educativos grupales”.


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Dunia Torres González

Periodista


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