miércoles, 24 de abril de 2024

Los tres pro: protección, propina y prosumidores

En la búsqueda de la protección al consumidor no debemos olvidar que quien está protegido en todos los sentidos es el que presta el servicio...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 20/04/2018
12 comentarios
Propina
La propina fue abruptamente interrumpida sin que los clientes tuvieran otra forma material de premiar un buen servicio. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Los debates en Protección al consumidor: ¿Qué hacemos? han incluido muchos puntos de vista que, al leerlos, hacen recordar días cercanos a 1967 y 1968 cuando se eliminó una forma de que el consumidor —o el llamado prosumidor porque produce y también consume— tenía de gratificar un buen servicio: la propina.

Se decía en aquellos años que si un trabajador del comercio o la gastronomía recibía un salario como los demás, no podía aceptar esa regalía por esmerarse en atender al prójimo, pues se trataba de una obligación y un deber que le pagaban.

Un colega ya fallecido, Guido de Armas, al que todos caracterizábamos como de los viejos tiempos, no dejó nunca de recibir el vuelto y dejar aunque fueran algunas moneditas, una práctica de la cual había amigos que se aprovechaban, pues esperaban a que se levantara del asiento para recoger la propina y con ella invitarlo a otro café después de almorzar o comer.

En una ocasión sorprendió a su acompañante René Rodrigo Ruano cuando este retiraba los centavitos para invertirlos en invitar al propio Guido, quien nos dijo: “Yo no entiendo eso de pedirle a los gastronómicos que no acepten propinas si no lo da el Estado, lo damos las personas que queremos agradecer y eso estimula, premia el buen trato”.

Por supuesto que recesamos el “robo”, no solo por respeto al colega, sino porque desde ese momento entregaba personalmente la propina y no la dejaba encima de la mesa. Y además de entregarla en sus manos, decía: “Y muchas gracias por todo, muy buena la comida”.

El cuentecito, al paso de casi 50 años, mueve a pensar: el movimiento de solicitar la renuncia a la propina tuvo un fundamento en no privilegiar a nadie a costa de otro trabajador por el solo hecho de cumplir la obligación de un buen servicio.

Y estos son otros tiempos en que ni dando una jugosa propina logramos la profesionalidad en el trabajo correcto que demanda el oficio, pues resulta evidente que se vuelven muy selectivos para tratar con exquisitez (a veces hasta llegar a ser molestos) a los que dan una regalía significativa, mientras que el resto del tiempo realizan su labor de forma chapucera.

Sin dudas, se ha perdido el hábito de tratar bien a nuestros semejantes, y no únicamente en lo formal de saludar y usar las llamadas palabras mágicas: Por favor, Gracias… que realmente son fáciles de decir, pero en la mayoría de las ocasiones, cuando las dicen, tal parece que piden disculpas como para tener patente de corso para propinar el mayor de los maltratos.

Este no puede ser el único problema que no tenga solución, pero no la encontraremos mientras nos limitemos a diagnosticar, quejarnos y no buscar cómo arreglarlo, crear una opinión pública favorable contra el mal trato en general, además de crear cuerpos legales, sin olvidar que existen reglamentaciones de carácter global o decisiones locales y a nivel de entidades que están directamente enfiladas contra el consumidor, o como se llame: cliente, usuario o prosumidor.

De esas normativas que están escritas y santifican el maltrato hablaremos en próximos viernes, pues quienes sí están respaldados son los que violan los derechos del consumidor.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 12 comentarios


Yoli
 14/6/18 17:04

Pues no se que le digo. Hace un año estuve en Alemania y en ninguno de los lugares que visite me aceptaron la propina, incluso parecia que se ofendian y es que alli esta prohibido y hay camaras de vigilancia y todo. Ah pero en todos los lugares fui muy bien atendida no se si sera que tienen menos problemas que nosotros o saben dejarlos en casa.

Tripulante
 24/4/18 11:00

La propina es algo que, como bien refiere artículo, nos llegó desde el capitalismo y su práctica debe ser tan remota como las formaciones económico sociales que describe el carácter materialista de la historia. Sin embargo, en el Socialismo es principio que “cada cual reciba según su trabajo”, y a pesar de que en el nuestro el salario ha dejado de ser para varias modalidades de empleo la principal fuente de ingresos, considero que el asunto de la propina debe analizarse desde dos vertientes, la primera radica precisamente en esto de que el ingreso para un sector amplio de nuestra sociedad no es suficiente, y entonces la propina vendría siendo una opción para el sector poblacional que cuenta con ingresos adecuados, llegando a extremos de manifestaciones bastante comunes como “yo prefiero que cobren pero que den un buen servicio, a recibir uno malo por muy gratuito que sea” refiriéndose ya a servicios de otra índole que son conquistas que definen la Revolución Cubana. La otra vertiente de este asunto es que, aunque mereciendo otra definición, la propina no se circunscribe solo a los servicios gastronómicos, no hay prácticamente servicio en el país que escape a la prerrogativa que ya están convencidos de poseer quienes lo prestan, de recibir remuneración o retribución, añadida, por cumplir con su deber y funciones. Coadyuvando esto con los niveles de corrupción que sin dudas, y por el bien de Cuba y los cubanos, se deben reducir por todas las vías posibles.

No tengo nada en contra de la propina que como reconocimiento al buen servicio y trato decida otorgar un cliente, pero nunca debe convertirse en leitmotiv ya que sin dudas desvirtuaría tanto a una como a los otros.  

Sara
 23/4/18 11:02

Como siempre, un comentario genial, Chang. Gracias por mandar el enlace!!

Tripulante
 23/4/18 9:52

La propina es algo que, como bien refiere artículo, nos llegó desde el capitalismo y su práctica debe ser tan remota como las formaciones económico sociales que describe el carácter materialista de la historia. Sin embargo, en el Socialismo es principio que “cada cual reciba según su trabajo”, y a pesar de que en el nuestro el salario ha dejado de ser para varias modalidades de empleo la principal fuente de ingresos, considero que el asunto de la propina debe analizarse desde dos vertientes, la primera radica precisamente en esto de que el ingreso para un sector amplio de nuestra sociedad no es suficiente, y entonces la propina vendría siendo una opción para el sector poblacional que cuenta con ingresos adecuados, llegando a extremos de manifestaciones bastante comunes como “yo prefiero que cobren pero que den un buen servicio, a recibir uno malo por muy gratuito que sea” refiriéndose ya a servicios de otra índole que son conquistas que definen la Revolución Cubana. La otra vertiente de este asunto es que, aunque mereciendo otra definición, la propina no se circunscribe solo a los servicios gastronómicos, no hay prácticamente servicio en el país que escape a la prerrogativa que ya están convencidos de poseer quienes lo prestan, de recibir remuneración o retribución, añadida, por cumplir con su deber y funciones. Coadyuvando esto con los niveles de corrupción que sin dudas, y por el bien de Cuba y los cubanos, se deben reducir por todas las vías posibles.

No tengo nada en contra de la propina que como reconocimiento al buen servicio y trato decida otorgar un cliente, pero nunca debe convertirse en leitmotiv ya que sin dudas desvirtuaría tanto a una como a los otros.   

Cuco
 23/4/18 9:31

Amigo chang saludos disculpe la demora . pero bueno le envie para aca a un persona muy interesante e inteligente  que ya la veo en accion lo que me llena de placer .

 la propina es una forma de explesar complacencia con el servicio referido .  cuando deja de ser eso se convierte en soborno .  no voy adecir mucho pues podria ser mal interpretado pero muchos  viven hoy dela propina ,  que a veces importa mas que el salario .

 Y es lamantable pues debia ser el salario la fuerza que mueve la tierra , pero no lo es .   recuerdo su articulo la piramide invertida ., muy interesante ,  pero hoy cualquier medio legal y honorable de ganarse la vida es valido . aunque mucha gente estira y estira esos conceptos alimites inadmisisbles .

 en resumen para no cantinflear demasido  creo que si queremos premiar por la exelencia del servicio y  nadie debe molestarse al final es un gesto de plena soberania , si no queremos es por que alguien no se lo gano , y eso es lo importante  ojala mi trabajo fuera premiable con propinas talvez seria millonario , chao

JRL
 22/4/18 8:31

Saludos a todos, cuando chamaquito, iba a la barbería y  dejaba veinte centavos de propina, el pelado costaba ochenta, la propina siempre ha existido, ayuda a recibir un buen servicio cuando te haces cliente fijo. Nunca se debe pedir. Gracias

tury
 22/4/18 6:45

considero que cuando se recibe un buen trato se puede dar propina pero es una falta de respeto y se debe eliminar el 10% obligatorio que imponen en algunos lugares. 

Malu
 20/4/18 16:21

Como dice Francisco, en nuestra niñez-juventud, la propina no existió, en estos años, en cada Unidad había un letrero MI TRABAJO ES USTED, es cierto que existia el valor de  5 centavos, 10,15, hasta 20 centavos, por eso muchas de estas debilidades se han de acabar cuando deje de existir la doble moneda que facilita la cadena de satisfacción de necesidades. En muchos lugares hasta se exige y ponen carita por la famosa propina, pero cada uno de nosotros la facilitamos por el buen servicio o por no traer menudos en carteras y bolsillos,  y viceversa no hay menudo para el vuelto. La producción de la calidad en lo que hacemos debe ser la primera de las pro.

 

francisco
 20/4/18 14:03

Tengo 50 años y no recuerdo que se haya prohibido la propina,siempre vi desde pequeño,que del resultado de haber recibido un servicio de excelencia ,se ha dejado la propina en epocas que 0.20  centavos o 5 pesos cubanos en los años 80 , centavos de cuc desde el 1993 ,pues siempre fue permitido.Donde se prohibió fue en los tiempos del penalizado dolar,cuando se prestaba servicio al turismo.

En peor condición observo ,el obligado 10 % aplicado al final de la cuenta y puede que el cliente se vaya insatisfecho del local y de sus trabajadores.

La propina se gana y se gana con modales,pulcridad y servicio de excelencia en la calidad de lo que se preste

Arturo Chang
 20/4/18 16:45

Nunca se prohibió la propina. No hubo una prohibición.

En 1967, alguien tuvo la iniciativa de que los trabajadores gastronómicos renunciaran a recibir propinas, y por esos días también se realizaron asambleas para renunciar al cobro de horas extra en todos los puestos laborales.

En las unidades que prestaban servicios gastronómicos, las secciones sindicales se encargaron de realizar esas reuniones para que los trabajadores del sector renunciaran a recibir propinas en el entendido de que era un deber atender bien, como lo era el de los demás trabajar bien en lo que les correspondiera.

Yo, en mis funciones periodísticas estuve en esos centros de trabajo haciendo indagaciones en la provincia de Matanzas, concretamente en Cárdenas y Colón.

Gracias por comentar

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Legna
 20/4/18 12:07

Hace unas semanas leo su columna. Nunca opino porque considero que uno no debe meter la cuchareta sobre lo que no conoce. Pero me gusta leerlo y conocer de cosas que no viví contadas por Ud y el resto de los que por acá opinan. Este artículo, (Además de polémico) los que dice que desarrollará los próximos viernes, está genial. Nada más acertado de la realidad que acontece y adolece la sociedad actual. Por eso me animé a escribir estas líneas. Felicidades.

Arturo Chang
 20/4/18 16:48

Legna, aunque no conozcas del tema, puedes hacer preguntas, plantear dudas o proponer alguna idea. Este espacio que se actualiza cada viernes se nutre de los mensajes que me hacen llegar las lectoras y lectores, tanto a través del correo electrónico como en estos comentarios, y tampoco faltan los que me abordan en la calle.

Gracias por estar entre quienes leen, y también por comentar.

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