sábado, 27 de julio de 2024

Verdades sobre la presencia cubana en Panamá

Representantes de la delegación cubana a la Cumbre de las Américas dialogaron con usuarios cubanos sobre lo ocurrido en los Foros paralelos…

Cubahora en Exclusivo 18/04/2015
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Sobre la histórica participación de la delegación cubana en la Cumbre de las Américas luego de varios años de exclusión, no pocos medios han sembrado manipulación, así lo han denunciado blogueros, representantes cubanos que estuvieron en Panamá como el historiador Elier Ramírez, el periodista Yoerky Sánchez y el presidente de la UNEAC Miguel Barnet, así como algunos de los múltiples usuarios que este jueves participaron en un foro online convocado por el sitio Web Cubadebate.

Al leer algunos de los comentarios emitidos por usuarios en este foro, prevalece entre líneas un apoyo mayoritario al papel de la representación cubana en Panamá.

La negativa de la delegación cubana de compartir espacio y debatir con mercenarios pagados durante años por los Estados Unidos para subvertir el orden interno en Cuba, como Guillermo Fariñas, Antúnez, Berta Soler y Rosa María Payá, así como Félix Rodríguez, el asesino del Che, fue utilizada por no pocos medios afínes a la política de Estados Unidos como una muestra de intolerancia, sin tomar en cuenta las verdades a las que respondía la actuación de Cuba.

Años de historia imborrable, así como evidentes problemas organizativos, pesaban entre quienes, ante no pocas provocaciones, internaron mantener la calma en Panamá. Según explica el historiador cubano Elier Ramírez en un post publicado en el blog Dialogar, dialogar: “En Panamá insistí mucho en las entrevistas que me hicieron, casi todas censuradas, en que estos sujetos, esta versión impresentable de una supuesta sociedad civil cubana, no son una oposición o disidencia efectiva, ni siquiera una contrarrevolución auténtica. Desde su origen han sido una creación de los Estados Unidos para promover un “cambio de régimen” en la Isla”.

En el mismo texto, Ramírez insistía: “La noticia que quería fabricarse era obvia: “Panamá como sede histórica de la reconciliación entre el gobierno de los Estados Unidos y Cuba y -de paso- entre los partidarios del régimen y la oposición interna”. Ese era el cintillo noticioso que se esperara recorriera el mundo. El manejo fue muy burdo”.

Los representantes de la delegación de la sociedad civil cubana, así como intelectuales como Abel Prieto, Esteban Morales y Miguel Barnet, explicaron en varios momentos de la Cumbre las razones por las que no era pertinente dialogar con ellos.

Los comentarios emitidos por usuarios en Cubadebate, entre la denuncia a la presencia de mercenarios en el foro y el apoyo irrestricto a Cuba, también son una muestra de la diversidad de criterios en este sentido, pues aun sin coincidir en todo, mantienen la esencia de defender la causa cubana.

El usuario Amílcar escribió:“sigo sin entender la posición de no compartir espacio con los mercenarios que provocadoramente acudieron a tergiversar la realidad de Cuba en Panamá. De ninguna manera podíamos cederle ningún escenario posible, para que llevaran la supuesta voz de Cuba que dicen representar. Desde hacía mucho tiempo se conocía, que un grupo de anexionistas vendepatrias y mercenarios se estaban preparando con la complicidad de cuestionadas ONG para montar el show que todos vimos en panamá, eso era de conocimiento público. Cómo es posible que ese plan nos haya sorprendido, y el día del evento la verdadera Cuba estaba fuera, sometida en la trampa de la demora de la acreditación?”.

Sobre ello intervenía en otro momento Yayabero 100%: “Hay personas en sus comentarios que argumentan y creen que el diálogo era la respuesta, en este caso no era posible el diálogo, esas personas no merecían ni el más pequeño interés de nuestra delegación, simplemente por no representar a nadie o mejor dicho representar a esos terroristas que nos les importa para nada nuestro pueblo, con ese tipo de personas no puede haber diálogo y no lo digo porque se piense diferente sino porque simplemente no es posible dialogar con personas que se relacionen con terroristas como Posada Carriles, asesino de hombres como el Che”

También coincidía con esta idea Juan Carlos Núñez Etcheverry: “el problema radica en que esa “fabricada sociedad civil cubana”, va sin comillas porque es fabricada realmente. Esa FABRICADA SOCIEDAD CIVIL CUBANA, cobra por servir a un gobierno extranjero y por fomentar la inestabilidad e indisciplina social, apoyan tanto al Bloqueo como a una intervención norteamericana y sonríen junto a representantes de los fanáticos anti-castristas de Miami. Ellos no representan la sociedad civil cubana. La sociedad civil cubana la representa el pueblo trabajador (estatal o cuentapropista) aunque unos reciban más ingresos que otros (sin cuestionar ahora la legalidad o no de los mismos), esa es la sociedad civil cubana”.

“¿Para ti, qué es pensar diferente? ¿Estar en contra de todo lo que se ha logrado? Pues te digo que diferente pensamos casi todos, TODOS queremos un país mejor. Los que piensan diferente pero que no aceptan pago de EEUU votan por el perfeccionamiento del sistema que tenemos, todo es mejorable; ninguno quiere tumbar la revolución para llenar de miseria y dolor a este país a costa de llenarse sus bolsillos, a ese precio esto es y será PATRIA o MUERTE”, decía otro comentarista.

Por su parte, planteaba Moinelo: “Muy bien y felicidades a los revolucionarios que con argumentos y de manera categórica “reventaron” de manera pacífica un show disfrazado de “forum de sociedad civil” y que en realidad fue preparado por el gobierno de Estados Unidos para legitimar a la contrarrevolución apatrida. Las intervenciones y entrevistas de Abel Prieto, Fernando Martínez Heredia, Miguel Barnet, entre las que pude ver o leer fueron magistrales”.

En el texto de Elier Ramírez citado anteriormente, se develan cinco verdades sobre lo ocurrido en Panamá en relación con Cuba, silenciadas por los grandes medios, y que permiten comprender a fondo las posiciones de la delegación cubana.

El autor aclara que la delegación no estuvo en el altercado ocurrido en el parque frente a la embajada de Cuba, sino los grupos de solidaridad y algunos compañeros de la sede diplomática.

Ramírez asegura además que es falsa la idea de que la delegación cubana se retiró del debate. “De los únicos escenarios que la delegación acordó retirarse –luego de un análisis colectivo- fue de los protocolares, por respeto a los presidentes. Hubo una rigurosa y rica discusión en las mesas de salud, educación, seguridad, migración, energía y medio ambiente y en los foros de los jóvenes, empresarios y rectores. Las discusiones en todos estos escenarios fluyeron sin dificultad, a pesar de las notables diferencias ideológicas entre los participantes, y los aportes de los cubanos presentes fueron significativos para la elaboración de los documentos finales. Incluso, en las mesas de gobernabilidad democrática y participación ciudadana, donde se denunció la presencia de los mercenarios y hubo un ambiente más caldeado, no faltaron los argumentos y la serenidad. Los cubanos no nos retiramos, sino que permanecimos en el lugar trabajando con una gran parte de los integrantes de las delegaciones de otros países”.

En otro momento, Elier declara que, a pesar de las presiones a las que fueron sometidos desde su llegada a Panamá, “ningún miembro de la delegación cubana utilizó violencia física alguna contra quienes estuvieron provocándonos todo el tiempo con alusiones injuriosas a nuestros líderes y a nuestra patria. Lo primero que hicimos cuando pisamos tierra panameña fue denunciar en una conferencia de prensa la presencia de mercenarios, algunos de ellos vinculados a terroristas como Posada Carriles. Se trasladaron además todas las pruebas a los organizadores de los foros”.

Ramírez mencionó además que la delegación cubana sufrió un tratamiento discriminatorio por parte de los organizadores de los foros paralelos. “Veintiocho cubanos que habíamos cumplido todos los requisitos del largo proceso burocrático de inscripción y recibido el mensaje de confirmación, permanecimos sin credencial hasta el día de comienzo de las mesas de trabajo. Sin embargo, pudimos comprobar que a los mercenarios se les brindaron todas las facilidades. Sus nombres encabezaban la lista de Cuba para las acreditaciones y sobresalían en negritas, algo que verifiqué personalmente”.

Y por último, denunció que el día 10 de abril se orquestaron en el Hotel El Panamá fuertes provocaciones contra la delegación cubana. “Primero, los organizadores del foro de la sociedad civil, nos desinformaron y nos remitieron a los salones del noveno piso, mientras, abajo, se montaba un ofensivo performance contra un pequeño grupo de jóvenes de nuestra delegación que permanecía en el lobby, donde “casualmente” ya estaban convocados los medios anticubanos. La respuesta nuestra fue firme y enérgica. Con orgullo cantamos el Himno Nacional y la Marcha del 26 de julio y coreamos consignas, pero nunca una palabrota por muy merecida que esta fuera. Las imágenes de Fariñas junto a Posada Carriles y la de Antúnez con Félix Rodríguez, enarbolando la foto del Che cautivo y a punto de ser asesinado, decían más que mil palabras”.

Los comentarios aparecidos en foros como el que tuvo lugar en Cubadebate, el apoyo mayoritario en redes sociales bajo la etiqueta #VictoriaenPanamá, el amplio impacto en Twitter del discurso de Raúl Castro en la Cumbre y la alusión en los discursos de mandatarios latinomaericanos a la victoria que representaba la presencia de Cuba en la Cumbre de las Américas, son una prueba de que invitar a mercenarios al servicio del gobierno de Estados Unidos a la Cumbre fue un intento por deslucir una cita donde ya era sabido que brillaría Cuba. Por suerte, la voz de Cuba se escuchó alto e insistió en que no hay posibilidad de dialogar sobre la base del el irrespeto y el servilismo a otra potencia.


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