miércoles, 24 de abril de 2024

Tensión en Ecuador ante ataques derechistas y visita del Papa Francisco

El Papa Francisco inicia este domingo una visita pastoral de tres días a Ecuador, donde desde principios de junio la derecha interna y regional realizan acciones violentas para derrocar al presidente Rafael Correa y boicotear la presencia del Sumo Pontífice...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 05/07/2015
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El Papa Francisco, quien insiste en sus oraciones litúrgicas en la búsqueda de la paz mundial, la distribución de la riqueza y la defensa de los pobres, entre otros grandes problemas que afectan a la Humanidad, llega este domingo a Ecuador, en medio de un clima de tensión interna originada por las acciones violentas de la derecha local que intenta derrocar al presidente Rafael Correa y la Revolución Ciudadana bajo su liderazgo.

La oligarquía ha sido derrotada en su estrategia de crear un clima de inseguridad ante la llegada del Sumo Pontífice, pues el plan era impedir su llegada hasta la meridional nación por supuesta falta de seguridad personal debido a las protestas públicas de carácter agresivo.

Esta es la segunda intentona golpista contra el Mandatario, un economista y catedrático declarado antiimperialista, quien ha ganado las presidenciales celebradas desde el 2006. El objetivo oscuro de las acciones derechistas es impedir que se postule en el 2017 y de nuevo por amplia mayoría se mantenga al frente del gobierno.

En el 2010 Correa fue secuestrado por un grupo de policías con un pretexto poco creíble, pero en pocas horas fue rescatado por fuerzas leales y la población, que salió a las calles en reclamo de su retorno, en un episodio que recuerda lo ocurrido en Venezuela contra el fallecido presidente Hugo Chávez y el Socialismo del siglo XXI.

El Papa Francisco, de origen argentino, llega este día en medio de la movilización del orden público –seis mil 335 personas, entre policías y militares- , en el interés de que pueda celebrar en paz las dos misas al aire libre programadas en el Parque Bicentenario, de Quito, -uno de los escenarios de la presencia de los terroristas derechistas- y la plaza Samares, en Guayaquil, asiento tradicional de los elementos opositores al gobierno central, y ciudad dirigida por el alcalde conservador Jaime Nebot, uno de los cabecillas de la actual violencia. Se estima que unos tres millones 300 mil ciudadanos estarán presentes en los dos espacios.

La eucaristía del Dignatario católico será ofrecida con el canto de un coro integrado por 200 personas. El sermón del líder de la Iglesia Católica en Quito será traducido en español, inglés, italiano, portugués y alemán para la transmisión por televisión, informó la cadena TELESUR.

La visita de Francisco a Ecuador, donde comienza su primera gira por América Latina desde su asunción (después viajará a Bolivia y Paraguay), será cubierta por mil 600 periodistas nacionales y extranjeros, en su gran mayoría.

Tras su llegada a la capital ecuatoriana, los honores de rigor y actividades relativas a su cargo, mañana el Santo Padre saldrá hacia Guayaquil donde celebrará la Santa Misa ante el Santuario de la Divina Misericordia. Después de almorzar en el Colegio Javier con la comunidad de los jesuitas y el séquito papal, el Pontífice viajará a Quito para realizar una visita de cortesía al Presidente Correa y luego se trasladará a la Catedral, donde saludará a los fieles, indica el programa oficial  publicado en InfoVaticana.

En Guayaquil, asiento de la derecha ecuatoriana, cuatro mil 500 militares de las tres ramas protegerán a Su Santidad desde su llegada a la Base Aérea Simón Bolívar hasta que concluya su recorrido por las principales avenidas.  El dispositivo lo conforman, entre otras, unidades especializadas en seguridad como el Comando de Inteligencia Militar Conjunto y el Grupo Especial de Operaciones ‘GEO Ecuador’.

El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, anunció que el Mandatario asistirá a la misa en Quito, el martes 8, junto a otros millones de fieles, pero no ocupará un puesto en el templete instalado para el acto, ya que, dijo, no desea que se politice la presencia del jefe de la Iglesia Católica.

Setenta y dos horas antes de la visita Papal, los opositores de Correa y la Revolución Ciudadano intentaron penetrar en la Plaza Grande, donde millares de personas daban su apoyo pacífico al gobierno en medio de cánticos y bailes, pero fueron impedidos por fuerzas de la Policía Nacional que protegían el lugar. Videos demuestran cuando estos elementos fascistoides golpearon con barrotes de hierro a los uniformados por lugares donde no tenían protección de los escudos.

En la violenta acción, y ante la reacción de la policía que no los reprimió, resultaron heridos seis de los miembros del cuerpo armado, en lo fundamental en las piernas, brazos y codos. La cobardía de los manifestantes quedó demostrada  cuando observaron movimientos en las filas militares –en realidad era un cambio de guardia- y se lanzaron a correr, entre ellos sus dirigentes. Esa huida fue grabada en video y mostrada a la población por Correa este sábado.

Luego de una reunión ministerial el viernes último en el Palacio de Carondelet –uno de los objetivos de los conservadores era tomar la sede gubernamental  y apresar al Presidente y sus ministros-el canciller Patiño afirmó que “no cederemos en las calles” ante la embestida de la derecha, que en un principio usó como pretexto para las manifestaciones el envío de dos leyes –la de la herencia y la de la plusvalía- al Congreso Nacional, cuya discusión aplazó el Ejecutivo hasta después de la retirada del Papa Francisco para evitar un clima de violencia en tan solemne ocasión.

En varias ocasiones Correa ha llamado al dialogo y a la cordura a sus opositores, los que, por el contrario, hasta ahora responden con protestas públicas en varias ciudades y actos represivos (incluso atacaron varias sedes del partido oficialista Alianza País), lo cual demostró que la violencia busca el derrocamiento del gobierno popular, que ha tocado un sensible punto de la derecha: la erogación de altos impuestos proyectados en las dos eventuales legislaciones.

Los textos que serán discutidos en el Congreso Nacional solo afectarán a un dos por ciento de la población, entre ellos personajes como el Alcalde Nebot, el expresidenciale y multimillonario Guillermo Lazo, el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, y otras figuras de la oligarquía ecuatoriana.

La secretaria nacional de Alianza País, Doris Solís, repudió los incidentes ocurridos en la noche del día 2, pero advirtió que las fuerzas revolucionarias no caerán en la provocación y las manifestaciones de los afines al Gobierno seguirán de forma pacífica.

Respecto a la información del ministro del Interior, José Serrano, sobre un intento de golpe de Estado violento, Solís indicó las evidencias opositoras para “bajo cualquier pretexto mantener lo que llaman el calentamiento de calles, la desestabilización de las instituciones, crear el caos y no presentarse a las elecciones del 2017, donde democráticamente se debe ver por quién se inclina el pueblo".

Fuentes gubernamentales poseen pruebas de que Mauricio Rodas viajó a Guayaquil la pasada semana para recibir instrucciones de Nebot sobre la estrategia a seguir durante la visita del Papa Francisco y los días posteriores.

Las autoridades ecuatorianos brindan a los asistentes a las misas campales una serie de recomendaciones  –ahora hay entre 10 y 12 grados en Quito- para evitar situaciones embarazosas de salud, aunque están adoptadas las medidas de aseguramiento.

Sin embargo, desde la noche de este lunes, según se prevé, los fieles comenzarán a inundar la Plaza Bicentenario para escuchar las palabras del Papa en este país situado en el meridiano del Planeta, en el que la Revolución Ciudadana ha devuelto la dignidad a los pobres y alcanzado metas económicas y sociales sin antecedentes en su historia republicana.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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