sábado, 27 de abril de 2024

Obama en Cuba: rutas y contextos (Thinglink)

Los últimos días de marzo se encuentran entre los más largos del año...

José Armando Fernández Salazar en Exclusivo 18/03/2016
0 comentarios
Amanecer en Cuba
El presidente de los EEUU Barack Obama visitará la Isla del 20 al 22 de marzo en lo que muchos ya califican como el más importante suceso de la política internacional en 2016. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)

Se trata de un fenómeno astrológico que tiene que ver con el cambio de las estaciones climáticas y la distancia y posición de la Tierra con respecto al Sol. Sin embargo, este año, en Cuba, la sensación de que serán jornadas extremadamente prolongadas estará relacionada además con sucesos muy terrenales.

El presidente de los EEUU Barack Obama visitará la Isla del 20 al 22 de marzo en lo que muchos ya califican como el más importante suceso de la política internacional en 2016. Será el tercer encuentro al más alto nivel entre los mandatarios de ambos países, luego de hacerlo en Panamá, durante la Cumbre de las Américas, y en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, en el marco del 70 período ordinario de sesiones de la Asamblea General.

Se cumple así uno de los anhelos del jefe del ejecutivo norteamericano, quien ha declarado en varias oportunidades su deseo de visitar a la mayor de Las Antillas, incluso antes del 17 de diciembre de 2014, cuando se anunció el restablecimiento de relaciones entre ambos países. Pero el primer mandatario afroamericano tuvo que esperar a su último año en la presidencia y el soplo de vientos más favorables a su gestión hacia Cuba, para poder concretar su deseo.

La llegada del presidente número 44, en la historia de los Estados Unidos, ocurre cuando el tema del levantamiento del bloqueo suena con fuerza en los pasillos de la sede del Congreso norteamericano. Obama y su gabinete han mantenido una postura hacia el cambio y desde sus facultades ejecutivas adoptaron varias medidas que contribuyen a flexibilizar la aplicación del bloqueo, un elemento que resulta positivo pero tiene aún un alcance limitado porque no ha expandido todas sus facultades para dejar sin efecto otras restricciones.

El viaje de alto nivel se produce además en un complejo contexto electoral en la nación de Washington. Si bien en un principio los debates de los aspirantes de los partidos Demócrata y Republicano se habían circunscrito a temas domésticos, los anuncios del mandatario han tenido una profunda repercusión, posicionando la política hacia Cuba en la agenda de los pre-candidatos.  Los ganadores del recién Supermartes, Donald Trump e Hillary Clinton, ha asumido una actitud más pragmática con respecto a las recientes medidas y consideran levantar el bloqueo. Para algunos analistas los resultados de la contienda pudieran ser interpretados como un termómetro político que posteriormente influiría en los debates congresistas sobre el tema.

Más allá de ese contexto, el sector financiero, así como el agrícola y empresarial estadounidense presionan para que se levanten las injustas sanciones contra Cuba que obstaculizan sus negocios. Al mismo tiempo Gallup acaba de publicar una encuesta en la que el 54 por ciento de los ciudadanos norteamericanos que participaron en el instrumento estadístico manifestaron tener una visión positiva de Cuba, lo que supone un crecimiento de ocho puntos porcentuales con lo registrado el pasado año.

Desde que en 2009 Obama se mudó a la Casa Blanca la opinión desfavorable hacia el país caribeño ha caído en 20 puntos y en cuanto a la filiación política, hasta los que se declaran republicanos manifiestan una mejor opinión.

Obama llega a Cuba como parte de una gira por América Latina, una región en la que ha tratado de ganar la influencia perdida. Expertos en política internacional no han dejado de llamar la atención que los dos países que visitará el mandatario serán Cuba y Argentina, y tratan de buscar paralelismos entre los procesos y realidades de ambas naciones.

El caso de Argentina es quizás el ejemplo más evidente de la resaca de la derecha en el continente, donde aspira a retomar políticas neoliberales, endeudar la economía y retroceder en la inversión social. Sin embargo, la actualización del modelo económico, político y social cubano pone distancias con este panorama porque se trata de una profundización en el camino hacia un socialismo próspero y sostenible.

Aunque el mandatario estadounidense tiene previsto un encuentro con los mercenarios políticos cubanos aupados por su país, encontrará una llamada oposición dividida, atomizada de la sociedad, en contraste con el reconocimiento y prestigio de las instituciones gubernamentales cubanas. Luego de quedar aislado en la región, precisamente por su política hacia Cuba, los EEUU dan su espaldarazo al retorno al poder de las formaciones políticas conservadoras y mantienen su agresividad hacia gobiernos progresistas como son los casos de Venezuela, Bolivia y Ecuador.

El 20 de marzo, fecha en que el mandatario estadounidense llega a Cuba, pero del año 1896, los marines desembarcaron en Nicaragua violando la soberanía de ese país. Eran otros tiempos, en los que el continente se consideraba el patio trasero de los norteamericanos. En marzo del próximo año Obama no ocupará la silla del despacho oval de la Casa Blanca. Sin esa presión electoral, su cruzada de 2016 tiene el propósito de que su legado perdure, pero que ello ocurra dependerá no solo de los discursos y fotos oficiales, sino de la correspondencia entre el decir y el hacer.


Compartir

José Armando Fernández Salazar

Para mí no hay nada mejor que estar con los que quiero, riendo y escuchando a los Beatles


Deja tu comentario

Condición de protección de datos