No perder el vínculo con el pueblo

Lisett Conde Sánchez tiene sobre sí no solo la responsabilidad de representar a más de once millones de cubanos, sino también de defender sus preocupaciones, inquietudes y sugerencias acerca del desarrollo económico y social del país. Para ella, la diputada más joven de nuestra Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), es un gran reto el que asume, pues sus electores son el propio pueblo.

Así lo dijo a este reportero mientras intercambiamos en el Palacio de Convenciones de La Habana, donde sesiona este viernes el VII Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la ANPP. “Tenemos que lograr que nuestra población se sienta representada con la labor que desarrollamos y que esta a la vez pueda ser creíble. Ello lo logramos si tenemos un trabajo más cohesionado, articulado y profundo con la base”.

La joven representa al municipio capitalino de Diez de Octubre, y asegura que este encargo le ha dado la oportunidad de conocer los problemas, las situaciones por las que atraviesan los vecinos y cómo solucionarlas entre todos. Esa ha sido una gran escuela y un aporte personal, pues el contacto y el intercambio con las masas es la esencia del trabajo del diputado.

El parlamentario no puede perder el vínculo con sus electores, dijo Conde Sánchez, quien añadió que siempre trata que sus planteamientos tengan espacio en los debates de las comisiones permanentes de trabajo del Parlamento, como sucedió esta semana, donde fueron discutidos asuntos que no solo influyen en el futuro de nuestra nación sino también en sus principales habitantes.

“Temas como la protección a la trabajadora y a los jóvenes de 15 a 18 años, según se estableció en el Código de Trabajo, la enseñanza de la Historia de Cuba y el modo de cautivar con ella a niños, adolescentes y jóvenes; las indisciplinas sociales en las comunidades, la labor que realizan los centros de protección a menores víctimas, fueron debatidos profundamente en la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer, a la cual pertenezco.

”En el tema de la enseñanza de la historia, por ejemplo, fuimos a lo profundo, con el propósito de lograr que no se asuma como un ejercicio de aprender de memoria, sino que nuestros estudiantes comprendan, analicen y se identifiquen con sus contenidos. Igualmente que se amplíe la producción de audiovisuales, videojuegos y otros soportes de las nuevas tecnologías, de modo que ello contribuya a la enseñanza de la historia de una forma amena, creativa. Pueden auxiliarse además de las visitas a museos, tarjas, bibliotecas y sitios históricos de cada lugar como elementos complementarios a la clase de Historia”, dijo.

La diputada reconoció que es bueno escuchar lo que dice nuestra gente sobre esos asuntos, que tengan espacios de atención en la Asamblea Nacional. “Hay que velar porque se cumplan los derechos y deberes ciudadanos, porque tengamos una mejor sociedad. “La Comisión a la cual me vinculo trabaja mucho por el rescate de los valores y la educación formal de niños, adolescentes y jóvenes”.

“Durante este tiempo he compartido en el Parlamento las inquietudes de los jóvenes, cómo quieren que trabajemos para un futuro mejor, para que puedan ser más protagonistas del proyecto que está construyendo el país, y que sean más conscientes de lo que hacen en la vida cotidiana”, señaló la joven, quien agregó que el actual escenario que vive el país demanda más participación, compromiso y aporte de todos.

Lisett, quien estudia la carrera de Medicina, reconoce que este empeño exige sacrificio y entrega personal, por lo que tiene que lograr armonía y constancia entre sus quehaceres estudiantiles y las tareas que como parlamentaria le son asignadas. Para ella no hay nada como“mantener un contacto directo, cercano y constante con el pueblo, ofrecerle explicación a sus inquietudes y aportar en ese empeño de levantar el país”.