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sábado, 7 de diciembre de 2024

Menos trastos en el desván

Luego de las elecciones primarias en la costa este, Mitt Romney parece ser el futuro candidato republicano a la presidencia norteamericana...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 27/04/2012
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Mitt Romney canditato republicano
Mitt Romney, representante republicano aspirante a la presidencia gringa.

El pasado martes 24 de abril fue de fiesta entre los seguidores de Mitt Romney, el exgobernador de Massachussets que aspira a la primera magistratura gringa frente a las intenciones reeleccionistas del demócrata Barack Obama.

En efecto, ese día un Romney más seguro de sí mismo logró imponerse en los comicios primarios de su partido en Nueva York, Connecticut, Delaware, Rhode Island y Pennsylvania, lo que si bien todavía no le asegura la cantidad de sufragios para incluirse en la boleta definitiva, si le consolida como el favorito para lograrlo…a menos que la vida disponga otra cosa de aquí a agosto.

De hecho, el episodio electoral a que hacemos referencia puede haber elevado a unos ochocientos el número de delegados favorables a su candidatura, de los mil 144 que deben apoyarle para ser nominado como “el oponente republicano” durante la convención partidista del verano en la Florida.

Un aspecto adicional significativo fue el anuncio de que otro de los aspirantes, el ultraconservador Newt Gingrich, anunciará su retiro de la campaña el primer día de mayo, ante la imposibilidad de batirse con Romney a estas alturas de la carrera por la Casa Blanca.

Gingrich insistió de todas formas en que es mejor candidato que su oponente, pero es evidente que “el electorado no lo considera así”, precisó en declaraciones a la prensa.

El camino del exgobernador ya había quedado más expedito luego de que otro contrincante de mayor peso político, Rick Santorum, decidió abandonar la puja antes de la votación del 24 de abril.

En consecuencia, Romney comenzó a enderezar su barco propagandístico hacia el campo demócrata, y en especial contra la figura de Barack Obama, al afirmar que desde esta, su más reciente victoria en las primarias, “un Estados Unidos mejor ha comenzado”.

De hecho, el rotativo español ABC informó desde Washington que, luego de las elecciones del martes, Romney “dio por abierta su campaña presidencial”, y para ello aflojó amarras en torno a sus anteriores duros criterios en temas migratorios, para afirmar ahora que está considerando otras variantes más elásticas, incluido un programa que facilitaría que ciertos jóvenes inmigrantes ilegales puedan asentarse definitivamente en suelo norteamericano.

Eso, junto con su apoyo expreso a una reciente propuesta de Obama para rebajar las tasas a los préstamos a estudiantes que ven amenazada la posibilidad de seguir en las aulas por falta de fondos para el pago de la docencia.

Por demás, Romney y Santorum pactaron un encuentro, para el próximo 4 de mayo, donde el segundo podría dar su respaldo al primero, con la condición de que el “presidenciable” mantenga incólumes varios principios conservadores que se consideran básicos por una parte de los republicanos.

En pocas palabras, comienza una etapa de forcejeos y negociaciones en que el exgobernador de Massachussets deberá buscar el equilibrio entre las exigencias de los grupos más derechistas dentro del partido, y de la necesidad de ganarse a los votantes moderados, independientes, e indecisos, especialmente entre las mujeres, las comunidades étnicas y los jóvenes.

Y es que, como bien apuntó el sitio digital IB Times, con todas las ventajas de estar actualmente en la presidencia, “Obama goza aún de aceptación entre un buen número de estadounidenses, aunque hay profundas dudas en torno a su gestión en la economía”.

En ese aspecto, reza la propia fuente, “el mandatario debe convencer a los votantes de que sus recetas conducirán no sólo a la reactivación de los mercados, sino a un crecimiento real del empleo entre la desahuciada clase media.”

No por gusto, la sentencia más reciente de Romney en el sentido de que le economía local será un campo de batalla clave en la conquista de la oficina Oval.

En consecuencia, según analistas, el objetivo de los aspirantes a la presidencia se concentrará en “presentar al otro como alejado del ciudadano común e incapaz de resolver problemas complejos, desde la deuda y los déficit, hasta la asistencia para una población envejecida.”

Y allá llegaremos…


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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