viernes, 26 de abril de 2024

La vida sigue igual

La gran jornada electoral republicana de este marzo en busca de un candidato a la presidencia de EE.UU. no proyectó resultados definitivos.

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 12/03/2012
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Supermartes EEUU
Votación para canditato repúblicano.

Cerradas las votaciones del titulado Supermartes, realizadas a inicios de este marzo, el partido Republicano sigue sin definir su candidato para enfrentar los intentos de reelección de Barack Obama en la puja por la Casa Blanca.

Lo único claro luego de la titulada “prueba de fuego”, que por lo general había despejado hasta ahora quién de los aspirantes republicanos encabezaría la boleta presidencial, es que Mitt Romney se mantiene de puntero en la preferencias de su partido, pero aún con los píes sobre la cuerda floja.

Romney, un millonario a quienes algunos de su clase ven como aceptable guardián de los intereses grupales, se impuso en los estados de Massachussets, Idaho, Vermont, Virginia y Alaska, y se adjudicó “por los pelos” a Ohio.

Mientras, uno de sus oponentes, Rick Santorum, logró ganar en Tennesse, Oklahoma y Dakota del Norte, al tiempo que el ultra conservador Newt Gingrich se adjudicó Georgia, su terruño natal.

Según diversos analistas, el cuadro que sigue coloca a Santorum con posibilidades de seguir disputando terreno a Romney, a pesar de que este último cuenta con dinero suficiente y una mayor organización en su campaña. Además, Gingrich, con sus votos en Georgia, ha podido regresar a la lid, aunque con menos opciones.

De manera que la búsqueda de un contrincante del lado republicano no está para nada definida, y semejante disputa sigue arrimando ganancias al presidente Obama, que no ha desaprovechado terreno y continúa perfilando con su retórica un “futuro nuevo mandato” a partir de denostar las posiciones de quienes encabezan las listas contrarias.

De hecho, el presidente aprovechó las controversias del otro bando a propósito del Supermartes para ofrecer una inusual comparecencia de prensa donde colocó en la mesa algunas de sus “propuestas” para un renovado período en la Oficina Oval.

Así, en un tema tan sensible y prioritario como la crisis económica y social generada en los Estados Unidos y traspasada al resto de Occidente a partir del 2008, el mandatario demócrata habló de una posible ayuda oficial a los propietarios de viviendas embargadas, y de considerar la descontrolada alza de la factura energética en el país en las últimas semanas.

Todo, cuando para mucha gente los aspirantes contrarios proyectan criterios económicos que no parecen convencer por ahora a las clases media y baja del país.

Mientras, en política exterior Barack Obama se concentró en las tensiones con Irán y en la idea de “dar un margen” a las sanciones aplicadas contra ese país por su programa para el uso pacífico del átomo antes de decidir una acción militar, alternativa que, coincidentemente, Tel Aviv parecería decidido a llevar a cabo por “propia iniciativa.”

En ese sentido, analistas estiman que al parecer Obama pretende darle un barniz de “sensatez y cautela” a su administración, luego de que hasta hoy ha incumplido más de una promesa electoral de las formuladas cuatro años atrás en torno a relevar a los efectivos militares de Estados Unidos involucrados en los titulados “conflictos antiterroristas” de Asia Central.

Una proyección que tiene lugar cuando, entre los aspirantes republicanos, la exhibición de una presunta mano dura en los asuntos externos se hace sentir con fuerza en el empeño por conquistar el voto de los sectores más reaccionarios de la sociedad estadounidense.

Lo cierto es que nada está decidido en materia de un contrincante al gobernante demócrata, y, ciertamente, la persistencia de la división entre los diferentes grupos dentro del partido Republicano no socorre sus posibilidades de acceder fácilmente a la primera magistratura.

No obstante, el intentar definir desde ahora el rumbo del mundillo político interno en los Estados Unidos en los próximos meses sigue siendo un verdadero desafío, en un escenario en el cual las liebres con cualquier vestidura pueden saltar donde menos se les espera. 

 

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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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