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lunes, 7 de octubre de 2024

Es algo serio ser candidato a delegado

Democracia directa a mano alzada, tradicional y cotidiana para el cubano de este siglo, e ignorada y tergiversada por los grandes medios comerciales de comunicación...

Frank Agüero Gómez en Exclusivo 22/09/2012
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Bandera cubana martí
Bandera cubana

“Una ventaja que aquí tenemos es que no hace falta dinero para ser postulado. Si así fuera, ni hubiéramos tenido nuestra actual delegada, ni tampoco podríamos elegir ahora a este joven especialista en sistemas solares de energía alternativa....”

Lo dijo así, sin rebuscamiento ni apoyada con otras consideraciones, que al juzgar por los rostros, coinciden con las de otros vecinos presentes de dos CDR capitalinos, reunidos para la nominación de candidatos a delegados del Poder Popular.

Josefina es una veterana revolucionaria y vecina desde hace tres décadas en este reparto, incluso en la misma vivienda. Fulguran en la cuadra una veintena de casas y tres modestos edificios bajos que agrupan a otra cuarentena de familias, parte de la arquitectura de la zona, no tan alejada del centro habanero, donde antes de 1959 predominaban personas que se conocían sobre todo por los relatos de sirvientes domésticos.

Nada similar a lo que sucede con los reunidos en esta asamblea electoral.

Para la mayoría de los presentes, el argumento de Josefina a favor del candidato suena un poco extraño. Por sus edades, menores de 50 , ellos no conocieron que para figurar como aspirante a concejal o alcalde de cualquier municipio, sobre todo habanero, se requería alguna solvencia económica, de él o la familia, con lo cual se adquiría el primer reconocimiento social.

De qué otra forma, sino con abundante dinero, podría costearse la propaganda durante los meses de campaña para que los electores votaran finalmente por el candidato, promovido y apoyado por un partido político contendiente electoralmente. Ni qué decir que con dinero también se compraban votos individuales, pues a una parte de electores le importaba un bledo que saliera Juan o Pedro, si sus problemas básicos seguirían irresueltos con una u otro candidato.

“Yo conozco al compañero en su centro de trabajo, en nuestro propio municipio. Es dirigente sindical combativo y viene luchando con la gerencia para que se apliquen bien los principios del reordenamiento laboral, para que la mayor o menor simpatía no se convierta en decisiones injustas….”.

Este otro argumento deja pensando a los electores, que saben, por experiencia de otros delegados, de la perseverancia que deben tener los elegidos finalmente, porque ellos serán la instancia de fiscalización y control del gobierno en el municipio, y representan en la provincia y nacionalmente, el poder del pueblo para reclamar que se ejerza con eficacia por quienes corresponde administrar los bienes de la nación y ordenar la vida civil de la población.

NOMINACIÓN DE CANDIDADATOS. ¿A QUIÉN PROPONER Y ELEGIR?

El candidato a delegado puede ser el presidente del municipio, que es igual a decir la alcaldía en esa instancia, o de la provincia, en este caso, la capital de la República; estar entre el cincuenta por ciento de los diputados nacionales a la Asamblea del Poder Popular, o ser miembro del Consejo de Estado, el órgano de la República que asume complejas decisiones políticas, económicas y sociales.

Es serio ser candidato a delegado, se requieren cualidades personales, vocación de luchador social, preparación, convicción y principios éticos, creer en lo que se proclama, que los electores tengan confianza en sus elegidos y no lo abandonen durante su gestión cotidiana de representante del pueblo.

Para el cubano de este siglo XXI, esos atributos son comunes, y la mayoría ha aprendido a desarrollarlos desde pequeños, ejercitándose en las organizaciones juveniles y de masa, o en las filas del Partido, que no tiene aspiraciones electorales, pero si ha educado a más de una generación de patriotas y revolucionarios que no renuncian a luchar por la justicia y el desarrollo socialista de la nación.

Se escucharon otros complementos sobre la trayectoria social y familiar del propuesto: nació en el municipio, estudió allí mismo, laboró como obrero en una empresa de telecomunicaciones, estudió licenciatura en matemática, casado con una trabajadora que conoció en su taller, tienen en común un hijo de doce años.

Él no dijo nada más, salvo que aceptaba la propuesta y se sentía honrado con ella.

“¿Hay alguna otra proposición?”.

Silencio.

“¿Están de acuerdo con que sea su candidato?”, preguntó la presidenta de la Comisión Electoral.

Fue unánime la respuesta afirmativa, respaldada con la asistencia real del 94 por ciento de los posibles electores.

Democracia directa a mano alzada, de bajo costo y sin oropeles mediáticos, tan ignorada y tergiversada por el discurso de los grandes medios comerciales de comunicación, que dudan de su realidad y desconocen su esencia, porque no se parece en nada a la que prima en las llamadas cunas de los sistemas electorales.

El candidato elegido integrará la cantera de los aspirantes a delegados, elegidos por una comisión de candidatura, integrada por representantes de las organizaciones de cada comunidad (circunscripción electoral), que expondrán con suficiente antelación los datos biográficos y fotografías en lugares públicos por los que podrá votar la población, o añadir a quienes considere su mejor opción.

Como en el ejemplo descrito, transcurren decenas de miles de asambleas en las 14 mil circunscripciones electorales de Cuba, donde se deben elegir los candidatos a delegados de las 168 Asambleas Municipales del Poder Popular, en comicios que se efectuarán el próximo 21 de octubre en primera vuelta.


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Frank Agüero Gómez


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