viernes, 19 de abril de 2024

Estados Unidos, dos presidentes y el Gran Teatro de La Habana

El contexto en que el mandatario estadounidense pronunciará su discurso en Cuba es distinto al de hace 88 años...

José Armando Fernández Salazar en Exclusivo 22/03/2016
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Gran Teatro Alicia Alonso
Vista del Gran Teatro Alicia Alonso después de su restauración. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)

Con una historia en la que no faltan negocios turbios alrededor de su construcción, decadencia e hitos de la historia y la cultura cubanas, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, vuelve a ser noticia al anunciarse como escenario del discurso que dictará en la Isla el presidente estadounidense Barack Obama.

Construido en la década de 1830 por mediación del entonces Capitán General de España en Cuba, Miguel de Tacón y Rosique, fue famoso desde sus inicios por las truculentas maniobras de su autor intelectual, quien no conformándose con apropiarse del erario público destinado a este menester, cabildeó además para que fuera bautizado con su nombre.

En su momento fue el más grande y suntuoso de América, hasta que en los primeros años del siglo XX cayó en el olvido. En 1915 sería reinaugurado, ya con el nombre de Gran Teatro Nacional.

Ubicado en la manzana que conforman las calles San Rafael, San José, Consulado y el Paseo del Prado, cambió su título en la década de 1980 por el de Gran Teatro de La Habana, respondiendo a una sugerencia de Alicia Alonso. Precisamente en 2015, luego de una intensa rehabilitación constructiva, el nombre de la Prima Ballerina Assoluta se le agregaría a su denominación.

Es la sede de importantes compañías cubanas, entre ellas el Ballet Nacional de Cuba, el Teatro Lírico Nacional y el Ballet Español de Cuba. Por sus salas han transitado figuras cimeras de la danza, las artes escénicas y la música del país y el mundo. Pero también tiene una rara relación con la política.

Su construcción respondió al deseo del General Tacón de distraer los ánimos de los criollos reformistas y ensalzar su figura; sin embargo, poco tiempo después de la inauguración de la sede, el representante de la metrópoli española fue llamado a contar por la corona debido a su corrupción.

En 1928 el sitio fue escogido por el dictador Gerardo Machado para que el presidente de los EE.UU., Calvin Coolidge, inaugurara la Conferencia Panamericana.

Coolidge llegó a La Habana para pronunciar un discurso en una época en la que América Latina era el traspatio del imperio del Norte. Los marines habían desembarcado en Nicaragua para aplastar la Revolución Sandinista y la cita hemisférica habanera tenía el propósito de buscar un consenso para justificar sus atropellos contra el pueblo de la nación centroamericana.

En su alocución, el presidente transitó varios de los lugares comunes de la demagogia estadounidense. Apeló a la libertad universal, la paz y la buena voluntad, a sabiendas de que su administración en ese instante cometía crímenes que lo alejaban de esas posiciones.

Aunque Machado y su camarilla se cuidaron de llenar el auditorio con un público afín a sus intereses, no faltó quien desde la oscuridad de la paleta abucheara al ilustre visitante, salvando la dignidad del pueblo cubano, pisoteada por aquel gobierno entreguista.

Más de 80 años después un mandatario estadounidense volverá al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso para pronunciar un discurso oficial. Las autoridades del país norteño informaron que en sus palabras, Obama hablará de la complicada historia entre los dos países y dejará claro que Estados Unidos no va a promover un “cambio de régimen”en Cuba, sino que cree que el futuro del país “depende del pueblo cubano”, explicó su asesor.

Se trata de un interesante punto de giro en la dinámica de los pronunciamientos oficiales del demócrata, luego de que en otros contextos ha llamado a dejar el “pasado atrás” y recalcar que el acercamiento responde a un cambio de estrategia en el afán imperial de destruir la Revolución Cubana.

Se anunció que Obama también mencionará “la separación entre la comunidad cubano-estadounidense y los cubanos en la isla” y su voluntad de ver una mayor “reconciliación”entre ambos lados, además de una mayor “conexión”de los cubanos con el resto del mundo.

Temas como el levantamiento del bloqueo o el cierre y devolución del territorio que ocupa ilegalmente la Base Naval de Guantánamo, parecen demasiado complicados para abordarlos en esta oportunidad.

Pero, con respecto a su antecesor Coolidge, el contexto en que Obama pronunciará su discurso es muy distinto. América Latina no es ya el traspatio para los experimentos norteamericanos y Cuba es una nación soberana que ha escogido con libertad e independencia su propio modelo de desarrollo social.

Quizás por esa razón los representantes del gobierno estadounidense se apresuraron en anunciar que las mil personas que presenciarán las palabras de Obama, en su mayoría han sido invitadas por el gobierno visitante, como para asegurarse de que en el público se encuentren oídos atentos y no aparezca otro que desde la platea desluzca una ceremonia que esperan trasmitir a todo el mundo.


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José Armando Fernández Salazar

Para mí no hay nada mejor que estar con los que quiero, riendo y escuchando a los Beatles


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