viernes, 19 de abril de 2024

Domingo 15: Chile define su nueva Presidenta

Dos mujeres, con programas políticos opuestos, se enfrentan por primera vez en comicios presidenciales, Michelle Bachelet, del partido de centro izquierda Nueva Mayoría y Evelyn Matthei, representante de la derecha oficialista...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 12/12/2013
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Michelle Bachelet es la favorita para ganar las elecciones.

Este domingo 15 tendrá lugar en Chile la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, una liza en la que compiten posiciones políticas opuestas: una, la de Michelle Bachelet, del partido Nueva Mayoría, y la de la derechista Evelyn Matthei, quien, de ganar, seguiría el legado del dictador Augusto Pinochet y su línea represiva, neoliberal y discriminatoria.

A esta segunda vuelta están convocados más de 13 500 000 (trece millones quinientos mil) ciudadanos, y conforme al Padrón Electoral Definitivo, las tres regiones con mayores inscripciones son la Metropolitana, la Biobío y la Valparaíso. Según las autoridades electorales, hay habilitadas 41 349 mesas receptoras del sufragio en 2 021 espacios de votación.

Analistas temen por la abstención, que en la primera vuelta superó el 50 %, debido a que la votación no es obligatoria. Además, las previsiones apuntan a que Bachelet (quien ya ocupó la primera magistratura en el período 2006-2010) ganará de manera amplia ante su rival, pues las opciones políticas de Matthei solo refuerzan la herencia política dejada por el dictador Augusto Pinochet y nada aportan al actual panorama político social de la nación austral.

La primera vuelta por la presidencia se celebró el pasado noviembre, junto a las del Congreso Nacional. Resultó ganadora Bachelet con el 46,7 % de los votos, pero sin alcanzar el necesario 50 %, mientras su contrincante alcanzó un 25,1 %, una cifra tampoco desechable para la derecha oficialista.

El partido Nueva Mayoría, sustituto de la Concertación Popular que hizo un anterior gobierno considerado poco feliz, está integrado por los Partido Socialista, Partido Demócrata Cristiano, Partido por la Democracia y Partido Radical Socialdemócrata, además del Partido Comunista, Izquierda Ciudadana, Movimiento Amplio Social (MAS) e independientes de centro-izquierda.

Mientras, la Alianza del Gobierno lo conforman los partidos oficialistas Renovación Nacional y Unión Demócrata Independiente, además de otros grupos de centro-derecha.

Las dos postuladas defienden posturas diametralmente opuestas.

En el último debate televisivo, las candidatas presidenciales Bachelet y Matthei presentaron diferentes visiones sobre el futuro de Chile, escenario en los dos últimos años de protestas estudiantiles y obreras en reclamos de cambios estructurales de carácter político, económico y social.

La exmandataria propuso la convocatoria a una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Carta Magna para la reestructuración de las actuales políticas nacionales, un nuevo sistema tributario que financie la educación gratuita, además de lograr la paridad entre hombres y mujeres en condiciones salariales y laborales, la lucha contra la desigualdad, fortalecer el sistema público de salud y avanzar en el sistema de jubilaciones.

Aunque durante su anterior período presidencial, Bachelet no se propuso ninguno de esos objetivos, ahora deben ser, empujada por los movimientos sociales, las bases programáticas de su eventual gobierno, pues de lo contrario —y así lo han ratificado las organizaciones sociales y obreras— volverán a las calles hasta que se cumplan las demandas sociales.

En el debate propiciado hace pocos días por la Asociación de la Televisión Nacional se reiteraron los criterios de las dos candidatas, sin muchas variaciones a los escenarios de la primera vuelta electoral.

Matthei, hija de un general que perteneció a la Junta Militar presidida por Pinochet, defendió nuevas oportunidades para la clase media, sector poblacional al que van dirigidos su discursos.

Sin embargo, para tratar de ganar nuevos adeptos, en esta segunda vuelta de campaña, hizo ajustes a su programa con énfasis en mejoras también a los pensionados y jubilados, aunque reiteró su negativa al aborto y al matrimonio igualitario.

En lo que analistas consideran una defensa de la dictadura pinochetista, la candidata oficialista alegó que el golpe de Estado contra Salvador Allende en 1973 “fue pedido por la inmensa mayoría de la ciudadanía”.

Para gobernar nuevamente, Bachelet tiene a su favor el gran triunfo parlamentario obtenido en la primera vuelta, cuando los candidatos de Nueva Mayoría alcanzaron el mayor número de escaños, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. No obstante, para legislar con mayoría absoluta, precisará del voto de otros diez parlamentarios.

Así anda la política por Chile cuando faltan pocas horas para el balotaje que con seguridad retornará al Palacio de La Moneda a Bachelet, expresidenta también de ONU Mujer. Lo fácil para ella no será ganar los comicios, sino enfrentarse a una poderosa oligarquía que difícilmente le permita implantar su programa gubernamental. De buenas intenciones, recuerda el refrán, está lleno el camino del infierno.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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