Livio Di Celmo ha estado de nuevo en Cuba. Como casi todos los años, por esta fecha viene a nuestro país con parte de su familia a rendir tributo a las víctimas del terrorismo y mostrar su disposición para seguir luchando por la paz, la justicia, la solidaridad y por la liberación de los Cinco cubanos presos injustamente en Estados Unidos por más de 15 años.
Cada año toma a su padre de la mano, recorre las calles de La Habana, llega hasta el Hotel Copacabana y comparte con los trabajadores de este centro las actividades de homenaje a su hermano, asesinado un trágico 4 de septiembre en que una bomba siniestra arrancó aquella joven vida y con ella, la alegría de su familia.
Pero este año la visita de Livio a Cuba ha sido de mucho ajetreo, porque ha participado en cada acción de la Jornada Internacional por la liberación de los Cinco, en representación del Grupo de solidaridad con Cuba en Canadá, que lleva el nombre de “Fabio di Celmo”.
Lo encontramos en la inauguración de la exposición “Yo me muero como viví”, de Tony Guerrero, en tertulias y encuentros con artistas cubanos, en los salones del Hotel Nacional, durante las actividades centrales del día 12, compartiendo con la prensa, debatiendo con amigos del mundo, aconsejando a los más jóvenes.
Así, nos contó que desde el año 2000-2001 están muy activos realizando en Canadá, cada mes, actividades por los Cinco y han logrado conectar toda la red de solidaridad en función de esta causa. “Ahora estamos desarrollando nuevas ideas y personalmente me gustaría oír nuevas estrategias para la lucha que estamos librando”, afirma con absoluta modestia.
Precisa además que en Canadá se están efectuando, además de las actividades que tienen cada mes, un “piquetaje” frente al consulado de Estados Unidos en Montreal y el objetivo principal es despertar la conciencia de los canadienses sobre este tema. “El problema más grande que enfrentamos es la indiferencia y el desconocimiento de alguna gente, tenemos que despertar la conciencia sobre el caso de los Cinco. Mis colegas y mis hermanos en Canadá estamos muy ocupados en este sentido”, asegura.
Para Livio, los canadienses siempre se han sentido amigos de Cuba y la conciencia de su pueblo es más despierta que la de los americanos respecto a estos temas tan sensibles. “Nosotros pensamos que el pueblo norteamericano tiene que tener una mayor conciencia y una mayor información sobre estos problemas. Soñamos con organizar una marcha de más de 100 mil personas en Washington, es un empeño mío personal que podría llamar el interés y despertar conciencia en Estados Unidos”.
Al preguntarle sobre el papel de los medios de comunicación en los momentos actuales que vive la humanidad y en casos como el de los Cinco cubanos, expresa: “Los grandes medios de comunicación son culpables de esconder la verdad a la humanidad. Los considero como un arma del imperio que sirven solo, exclusivamente, para difundir sus mentiras y manipular la verdad. Por eso uno de nuestros objetivos es desenmascarar esos aparatos mediáticos falsos, demolerlos, construir propios, nuevos, y en casos como este se hace imprescindible tener nuestra versión real y ofrecerla al mundo por todas las vías posibles”.
Aún así, considera que las jóvenes generaciones no creen tanto en los grandes medios, por tanto, explica: “(…) son más prontas a hacer algún cambio. Con todo respeto hacia las generaciones más viejas, ellos creen todavía en la ¨media¨ que dice mentiras y ese no es ni puede ser el camino a seguir”.
Emocionado por la acogida que tuvo en el pueblo cubano el llamado de René sobre las cintas amarillas, Livio reitera la importancia de desarrollar nuevas ideas para que la gente conozca la verdad de lo que pasa en el mundo hoy y que concretamente puedan implicarse en actos de solidaridad.
“Recuerdo que cuando conocí la historia de los Cinco era casi un solo movimiento de solidaridad y el #Freethefive, fundado en California, era el más conocido. Yo lo contacté y me uní a la causa, pero desde entonces el movimiento ha crecido ya en todo el mundo y tiene que continuar creciendo”.
Al final de cada uno de los encuentros de esta Jornada por los Cinco en que ha participado, este hombre sencillo, serio y muy activo, no puede evitar recordar nuevamente a su hermano, el sufrimiento de su familia desde entonces, y a los miles de cubanos que han sido afectados de una u otra forma por el terrorismo.
Por eso, cercanos al Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, que se recordará en toda Cuba el próximo 6 de octubre, Livio di Celmo deja un mensaje al mundo y especialmente, a los jóvenes: “Que no les pase como me pasó a mí, que yo me desperté cuando me tocó a mí, cuando me sentí afectado en mi propia piel con la muerte de mi hermano. Ese fue el momento en que de pronto me desperté y conocí la verdad. Solo despertando las conciencias se puede lograr nuevos caminos para la liberación de nuestros hermanos y por el mundo mejor que todos queremos”.
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