“Estoy muy feliz de que Cuba haya venido a participar por mérito propio a esta Cumbre. No es una concesión con nadie ni de principios, ni un regalo que le han hecho. Es importante que no solo haya venido su Gobierno sino los legítimos representantes de la sociedad civil, del pueblo cubano, y sobre todo la juventud revolucionaria”, comentó a este reportero Roberto Brunot, representante del comité ecuménico panameño, mientras participaba en la Cumbre de los Pueblos.
Esta cita —que sesionó paralela a la VII Cumbre de las Américas, en el Paraninfo de la Universidad de Panamá— fue una muestra grande de solidaridad, confianza Roberto mientras acaricia a su hijo Elías Brunot, de solo tres años, en un espacio de la carpa del ALBA,montada en el mismo Paraninfo, a donde han venido a apoyar a los pueblos de la Patria Grande.
Asegura que fue impresionante y contúndete la intervención del Presidente cubano Raúl, quien repasó minuciosamente la historia de los cubanos, latinoamericanos y caribeños todos, esa que no podemos olvidar, pues ahí está el camino del presente y el futuro de la región. “Raúl dio una lección de sabiduría y de ejemplo al mundo y en especial al imperialismo. Con ello Obama podrá comprender las razones que ese país y nuestra América tienen para odiar al gobierno norteamericano”.
Tales expresiones demuestran que Cuba fue grande e histórica en Panamá, el espíritu de amistad y solidaridad que identifica a las cumbres de los pueblos se apoderó de esos miles de compatriotas que llegaron a la ciudad del gran Canal. Fue ese mismo espíritu el que reinó en las sesiones finales de la VII Cumbre de las Américas, donde la Mayor de las Antillas acaparó los primeros titulares.
La participación de Cuba en la cita y los apretones de manos entre el mandatario cubano y su homólogo estadounidense, propiciaron que esta magna cita sea calificada por todos como histórica. No solo los Jefes de Estado y de Gobierno que intervinieron elogiaron ese acto, sino también las redes sociales, las televisoras internacionales y los diversos medios de comunicación.
Así lo demostraba también la colombiana Amarulla Serrat, una señora de 78 años que llegó por vez primera a la Cumbre de los Pueblos y es parte del Comité de Solidaridad con Cuba en su país, quien destacó el protagonismo, heroicidad y coraje de los cubanos. “Esas características de ustedes nos llenan de orgullo y admiración, por eso en cada una de las tribunas, parques y espacios de diálogo y combate están nuestras voces detrás de las suyas.
“Gracias a Raúl por esa alocución tan sincera, reflexiva y donde dijo toda la verdad sobre las relaciones de Cuba con Estados Unidos desde el siglo XIX y como nosotros expresó también el apoyo incondicional a todos los venezolanos. Gracias por ese patriotismo y valentía que caracteriza a los cubanos al decir las verdades de su historia Patria, que no pueden ser olvidadas”.
Raúl en su intervención en la Cumbre volvió a exponer la irrestricta solidaridad de Cuba con Venezuela, país que lucha por labrar su propio camino, que ahora enfrenta injustas sanciones unilaterales y que “está pasando por las mismas agresiones que sufrimos nosotros”, reiteró a Obama la disposición al diálogo, basado en el respeto y la convivencia pacífica; y apreció su intención de sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
El mensaje del Presidente Cubano llegó también a la jornada final de la Cumbre de los Pueblos. Lo hizo a través de Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), quien dijo que tenía “la honrosa misión de expresarles, en nombre Raúl, la admiración, gratitud y respeto que sentimos por todos los que han participado en la Cumbre de los Pueblos”.
Las más diversas realidades de nuestras naciones se escucharon en Panamá. Las voces condenaron, en cada uno de los espacios, otra vez el Bloqueo que hace más de 50 años impone los Estados Unidos al pueblo de Cuba, también expresaron el apoyo a los procesos de integración regional y a los mecanismos de cooperación que desarrollan varios países de nuestra América, y sobre todo se respaldó la proclamación del hemisferio como zona de paz, libre de colonialismo, y se rechazó firmemente el acoso militar, agresiones y amenazas de Estados Unidos y sus aliados.
El presidente panameño Juan Carlos Varela, al dejar clausurada la segunda plenaria y con ello la VII Cumbre de las Américas, dijo que este ha sido un encuentro histórico, “en el que nos enfocamos para poder enfrentar juntos los problemas que afectan a nuestros pueblos, en la que hubo momentos trascendentales, como los que vivimos junto a los gobiernos de Cuba y Estados Unidos”, afirmó
Sin embargo, las irregularidades organizativas de las autoridades panameñas en los foros y actividades previas a la VII Cumbre, y la indigna presencia de mercenarios confesos que intentaron “representar a la sociedad civil cubana”, empeñaron el diálogo civilizado de los mandatarios, quienes desde las particularidades de sus países expresaron apoyo a la integración de la región, pues basado en el respeto a la soberanía y sin la injerencia se puede lograr un buen presente y futuro para la región.
Cuba está segura de ello, pues como aseguró Raúl, fuimos a esta Cumbre, “a cumplir el mandato de Martí con la libertad conquistada con nuestras propias manos, "orgullosos de nuestra América, para servirla y honrarla... con la determinación y la capacidad de contribuir a que se le estime por sus méritos, y se le respete por sus sacrificios”.
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