Hace tiempo ya escuchamos las noticias sobre el proceso de paz en Colombia, desde los últimos tres años, con una esperanza acomodada entre las líneas. Este 2016 abundan en la prensa cubana los titulares acerca de los diálogos que tienen lugar el país. Los redactores de diversos medios enlazamos los sintagmas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo y gobierno de Juan Manuel Santos, casi a diario.
De algún modo, quienes siguen las noticias evocan un poco de esa fe en el mejoramiento humano, en la virtud de los hombres de la cual hablaba Martí. Unos días atrás llegó a las redacciones cubanas los titulares añorados. Paz en Colombia: FARC-EP podrá presentarse a elecciones de 2018.“Hoy comienza el fin del sufrimiento, el dolor y la tragedia de la guerra”, afirmó Santos en una alocución televisada desde la presidencial Casa de Nariño.
“Hemos ganado la más hermosa de todas las batallas, la de la paz”. Según el sitio cubano www.cubadebate.cu, y otros fuera y dentro del país sede, esta es una de las frases que quedarán en la historia de una larga lucha por la paz, así comenzó sus palabras al pueblo Iván Márquez, el negociador por las FARC-EP. “Podemos declarar que termina la guerra con las armas y comienza el debate de las ideas”.
En pleno siglo XXI, acudir a la paz como una opción de entendimiento entre los hombres y que sean proferidos por ambas partes de un conflicto armado dictámenes como estos, resulta, sin lugar a dudas, una brecha de luz para la humanidad, sobre todo si esta se abre en una Latinoamérica como la que vivimos al cabo, permeada de hegemónicos procederes.
Y es que junto al crecimiento de un proceso tan alentador como este acudimos a otros menos prometedores, por ejemplo en Argentina, Brasil, Chile… Hagamos una revisión, si se permite, por otros titulares del contexto internacional que acompañan a los referidos a estos diálogos de paz sostenidos en Cuba.
Desde 2015, sectores de oposición han intensificado las campañas mediáticas y de desestabilización contra los Gobiernos progresistas con la intención de imponer modelos neoliberales en la región, alertó entonces Telesur.
“La política latinoamericana está dando un giro a la derecha”, se comenta en la Red y, como dijera un trovador cubano, no hay que cerrar los ojos para ver los fuertes atentados a los gobiernos sociales. Así, el presidente Nicolás Maduro enfrenta una guerra impulsada por sectores de la ultraderecha que pretenden destruir el aparato financiero del país, provocando desestabilidad económica.
En Bolivia, también ganan terreno las estrategias para este objetivo. “El Gobierno advirtió que existía una campaña internacional a través de las redes sociales para difamar al dignatario y de esta forma garantizar que él NO ganara la consulta y provocar su salida”.
“Vamos a respaldar a la Revolución Ciudadana, vamos a respaldar los logros de nuestra Gobierno”, expresó Rafael Correa a su pueblo, como respuesta a los intentos golpistas. ¿Y cómo dejar fuera de este ultraderechismo al “espléndido y nunca bien ponderado” actual presidente de argentina Mauricio Macri. ¡Lo suficientemente mediático como para obviarlo en este recorrido!
“Desde que asumió el pasado 10 de diciembre, sus políticas consideradas neoliberales, benefician a corporaciones y trasnacionales. Ha despedido a más de 400 000 empleados, criminalizado la protesta e impedido que los argentinos protejan los logros alcanzados en la era kirchnerista”.
Entonces, resulta muy curioso que en medio de un discurso que parece inclinarse en desfavor de procesos como el que defiende Cuba hace más de medio siglo, la nación socialista camine hacia adelante en sus sueños y principios. Se erige en escenario de paz para Latinoamérica y el mundo. Otra vez demuestra que es posible una mirada optimista hacia el futuro y sus protagonistas, los hombres y mujeres que compartimos la misma esencia de raza inteligente.
“Tras ser suscrito por los negociadores del Gobierno y de la guerrilla y los representantes de los países garantes y acompañantes, el presidente de Cuba, Raúl Castro, entregó el documento a su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, y al líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, quienes se estrecharon la mano bajo aplauso de los asistentes”. Estas son informaciones brindadas por Cubadebate, la Agencia Cubana de Noticias, Granma y otros… En un arranque de júbilo, que va más allá de la alegría por el Sol naciente, a quien escribe y a otros redactores que recibieron los cables aquella madrugada, se nos ocurre que desde esta porción de tierra suigeneris en el Mar Caribe, de algún modo la ultraderecha latinoamericana ha comenzado a perder espacio otra vez. ¿Será por ese empeño legendario de sus habitantes de creerse que un mundo mejor es posible?
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