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sábado, 5 de octubre de 2024

Cuba-EE.UU.: voces desde el Congreso

A pesar de la hostilidad de la administración Trump, varios congresistas en Estados Unidos apuestan por una relación diferente con Cuba...

Dalia González Delgado en Exclusivo 31/03/2019
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Después de las elecciones de medio término de noviembre pasado, un nuevo Congreso tomó posesión en enero, el 116th, y también allí se han presentado propuestas encaminadas a un mejoramiento de las relaciones con Cuba.

Mientras la administración de Donald Trump busca reforzar el bloqueo contra Cuba, otras voces desde Washington DC apuestan por una relación diferente, donde se potencien los temas de interés común.

Jim McGovern, representante demócrata por Massachusetts, aseguró  este viernes en La Habana que la mayoría de los miembros de la Cámara de Representantes apoya un mejoramiento de las relaciones con Cuba. “Ahora que los demócratas dominan la Cámara de Representantes, creo que si llevamos a votación un proyecto para levantar las restricciones de viajes, este sería aprobado”, dijo a la prensa.

Desde los anuncios del 17 de diciembre de 2014 se reavivaron los debates sobre Cuba dentro del Congreso, y se comenzaron a presentar, paralelamente, proyectos de ley para allanar el camino de las relaciones bilaterales y otros para dificultarlas. Dentro del primer grupo destacan varios dirigidos a eliminar restricciones para los viajes de los estadounidenses y para la exportación de productos agrícolas a la Isla.

Después de las elecciones de medio término de noviembre pasado, un nuevo Congreso tomó posesión en enero, el 116th, y también allí se han presentado propuestas encaminadas a un mejoramiento de las relaciones con Cuba.

En febrero pasado los senadores Amy Klobuchar (Demócrata por Minnesota), Mike Enzi (Republicano por Wyoming) y Patrick Leahy (Demócrata por Vermont) volvieron a introducir una legislación que erosionaría el bloqueo. La “Ley de Libertad de Exportación a Cuba ” eliminaría barreras para los negocios en Cuba y abriría oportunidades para las exportaciones de empresas y productos agrícolas estadounidenses.

“En lugar de mirar hacia el futuro, la política de Estados Unidos y Cuba se ha definido durante demasiado tiempo por los conflictos del pasado”, dijo  Klobuchar, una veterana defensora de las relaciones comerciales bilaterales, quien además está optando por la candidatura de su partido para las elecciones generales de 2020.

“Cuba es una isla de 11 millones de habitantes, a solo 90 millas de nuestra frontera: levantar el embargo comercial abrirá las puertas a un gran mercado de exportación, creará empleos aquí en casa y apoyará las economías estadounidense y cubana”, afirmó.

“La historia ha demostrado que el embargo con Cuba no ha sido muy efectivo”, dijo por su parte Enzi. Esta legislación bipartidista “proporcionaría nuevas oportunidades para las empresas estadounidenses y los agricultores”.

“Décadas después del final de la Guerra Fría, seguimos imponiendo sanciones punitivas contra Cuba, una pequeña isla vecina que no representa una amenaza para nosotros”, enfatizó Leahy. “El presidente Obama dio un paso valiente y pragmático para abrir relaciones diplomáticas con Cuba, pero el presidente Trump ha restablecido la fallida política aislacionista del pasado. Corresponde al Congreso poner fin al bloqueo”.

En el 116th Congreso, con una mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, los partidarios del aumento de las ventas de productos agrícolas a Cuba ven una luz al final del túnel para lograr sus objetivos.

“Creo que nuestras posibilidades de cambiar nuestra ley comercial con respecto a Cuba han aumentado enormemente, por lo que vamos a hacer de eso un tema prioritario”, opinó el representante Rick Crawford, republicano por el estado de Arkansas.

Hace pocos días presentó un proyecto de ley para “Modificar la prohibición de asistencia y financiamiento de Estados Unidos para ciertas exportaciones a Cuba en virtud de la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones de 2000”.

Durante la legislatura anterior, Crawford patrocinó la “Ley de Exportaciones Agrícolas a Cuba”, que habría permitido a los agricultores y otros otorgar créditos “a Cuba o a una persona o entidad en Cuba”. La legislación también hubiera autorizado a los estadounidenses invertir en empresas agrícolas no gubernamentales.

Crawford representa a una región en el noroeste de Arkansas donde se cultiva más arroz que en cualquier otro distrito del país, según el Arkansas Democrat-Gazette. Expertos opinan que la prohibición de créditos para la venta de productos agrícolas a Cuba es la razón por la cual las ventas de arroz estadounidense bajaron de 64 millones de dólares en 2004 a cero en 2009.

Desde el 17D, no son pocos los legisladores que se han ido sumando a favor del mejoramiento de las relaciones bilaterales. ¿Por qué a pesar de tantos intereses favorables para Estados Unidos los proyectos de ley no han logrado cristalizar en el Congreso?

Esa institución está caracterizada por una gran complejidad. Su tamaño —535 miembros y más de 25 000 empleados—, el funcionamiento de los partidos, además de las reglas y procedimientos, hacen que en el proceso legislativo participen una multiplicidad de actores e intereses.

Ni el consenso bipartidista con respecto a Cuba, ni una Cámara de Representantes demócrata y anti Trump se traducirá en un recorrido más fácil para los proyectos en el Capitolio. El sistema de comités y subcomités por donde debe transitar cada propuesta, con sus enrevesadas reglas de funcionamiento, hace que sea insuficiente incluso la existencia de un apoyo mayoritario a un proyecto para que este sea convertido en ley.

Por ejemplo, un proyecto de legislación para permitir que los estadounidenses viajaran libremente a Cuba fue presentado en 2017, con el respaldo de 54 senadores (de 100 posibles) y ni siquiera fue sometido a votación.

Como consecuencia de su propio reglamento —sobre todo en el Senado por la existencia del filibusterismo— las propuestas pueden ser detenidas por una sola persona durante el proceso, aunque el resto de los miembros desee avanzar. Así, las votaciones pueden ser pospuestas por largos períodos de tiempo, o incluso de manera indefinida, por lo que muchos proyectos terminan engavetados.

Sin embargo, algunos se muestran optimistas a pesar del escenario actual de hostilidad del gobierno de Trump. James Williams, presidente de Engage Cuba, una coalición que realiza lobby en Washington a favor del levantamiento del bloqueo, expresó su esperanza de que la legislación de Crawford gane terreno. A su juicio, la situación es más “prometedora” de lo que ha sido “en mucho tiempo”. “Creo que estamos en una base mucho más firme que hace un año”, afirmó.

 


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Dalia González Delgado

Profesora e investigadora del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU) de la Universidad de La Habana.


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