jueves, 25 de abril de 2024

Capriles, los medios y la teoría del ¿político? “YO NO FUI” (+Infografía)

Este viernes se juramenta ante la Asamblea Nacional el presidente electo Nicolás Maduro. El “hijo de Chávez” asume las riendas de la nación y se enfrenta, no solo a la ultra derecha fascista de Venezuela, sino también a la manipulación mediática...

Jorge Legañoa Alonso en Exclusivo 19/04/2013
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Capriles el antivenezolano
El candidato “yo no fui” no asume frases como "yo asumo" o "yo soy responsable"

Un pequeño estudio semántico del verbo discursivo del candidato perdedor del 14A en Venezuela, Henrique Capriles, y la conclusión salta a la vista: jamás se le ha escuchado decir en su carrera como político –desde su militancia en el tradicional partido COPEI, hasta el amarillo Primero Justicia– frases como “YO ASUMO” o “YO SOY RESPONSABLE”.

¿Será acaso esa la recomendación de sus asesores de las grandes trasnacionales de la desinformación al estilo del Grupo Prisa de España y su emblemático diario “El País”, o Time Warner Company y su CNN? Lo cierto es que, para los formadores de matrices de opinión antichavistas, mientras menos cosas reconozca Capriles con su fachada de “flaco democrático”, pues mucho más fácil el trabajo de ellos para manipular tendenciosamente a la sociedad.

Ante un periodista impávido de CNN, el cabecilla de la derecha fascista venezolana declaraba sobre los más recientes hechos de violencia en Venezuela: “No hay una sola palabra mía llamando a la violencia”. ¿Acaso cinismo?

Como si lo anterior fuera poco, el hombre que desconoció la victoria del candidato de la Patria, Nicolás Maduro y llamó a sus seguidores a la calle a reclamar un reconteo de votos al CNE, apuntaba a la CNN: “(…) Que caiga todo el peso de la Ley sobre los culpables de la violencia, pero no me responsabilicen a mí, eso es problema del gobierno. (…) Es como si a ti se te fundiera un bombillo porque alguien lo puso mal. (…) Me desmarco de los violentos. Son aislados los actos violentos”.

Estas declaraciones ligeras, con las cuales desconoció que los chavistas fallecidos –venezolanos todos– murieron a mano de las hordas que instigó, fueron replicadas por las trasnacionales. La matriz de opinión hacia el mundo la dejó clara. “Capriles es un pacifista”, merecedor de un Nobel. Resulta, según su versión ampliamente difundida, que la violencia es “promovida por el gobierno”.

Parecieran descabelladas sus palabras, fruto de un sinsentido, sin embargo, es parte del plan desestabilizador, en el que los medios de comunicación juegan un papel fundamental.

DEL “YO NO FUI” Al HÉROE

Hace pocos días el diario “El País”, de España, dejaba ver una de esas perlas mediáticas de burda manipulación. Afirmaba su corresponsal en Caracas: “Henrique Capriles sabe perder. (…) Él, que esta vez obtuvo 679.099 votos más que en las presidenciales de diciembre –hasta el mes cambió, pues las presidenciales fueron en octubre–, ha dicho que Maduro será el presidente del ‘mientras tanto’”.

E insisten en construirle al líder opositor la imagen del candidato que espera, con frases que simulan aquella que quedó grabada entre los seguidores de Chávez; el “por ahora” que pronunciara el 4 de febrero de 1992, cuando admitió su derrota como comandante del levantamiento militar contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Y hablan de que Maduro es un hombre que se mimetiza, cuando la vida ha demostrado que Capriles se ha robado hasta el rojo de las camisas del chavismo para parecer un líder de izquierda latinoamericano. Lo triste es que no le queda bien. La demagogia se le sale por las costuras.

Para “El País”, la historia revolucionaria del presidente electo, Nicolás Maduro, se resume en una frase: “La lealtad a Chávez se convirtió en su santo y seña para adentrarse en el poder y, se diría, su emblema vital, que enarboló impúdicamente durante la campaña electoral. (…) Por lo fornido que es, se incorporó en 1994 como guardaespaldas al anillo de seguridad del recién liberado Hugo Chávez”.

En tanto, al candidato perdedor “yo no fui” no le faltan loas sobre su hoja de “servicio” como político: “Capriles es abogado, egresado de la Universidad Católica “Andrés Bello” de Caracas en 1994. Comenzó su carrera política cuatro años después, cuando Chávez decidió procurar el poder a través de elecciones. Con 26 años, se convirtió en el presidente más joven que hasta entonces había tenido la Cámara de Diputados del antiguo Congreso bicameral de Venezuela”.

Lo cierto es que la construcción mediática de la figura del fascista deja por fuera muchas de sus actitudes “yo no fui”; hasta que lo dibujamos en la mente como un “demócrata” a carta cabal, y se nos vende como el hombre que trabaja por el “bienestar de la familia que busca una Venezuela para todos”.

Ninguno de esos grandes medios, ni por asomo, han cuestionado su actitud pos-electoral. Mucho menos lo relacionan con las muertes de venezolanos inocentes, que fueron provocadas por su actitud irresponsable. En tanto, Maduro es visto como un grosero autobusero, sin liderazgo, incapaz de gobernar un país. Es la cara de la burguesía que se deja descubrir implacable y de su brazo mediático manipulador.

EL FASCISMO NO SE DETIENE

Elementos fascistas de la derecha venezolana, incitados por Capriles Radonski, provocaron nuevos hechos violentos. Instalaciones del gobierno bolivariano al servicio del pueblo volvieron a ser objeto de ataques: en el estado Bolívar, en la ciudad de Upata, una construcción de la Gran Misión Vivienda Venezuela fue incendiada, poniendo en riesgo la vida de mujeres y niños que pernoctaban en el lugar.

En el Barquisimeto, capital del estado de Lara –cuyo gobernador es traidor a la Revolución– también fue incendiada con cocteles Molotov una central telefónica. Aunque las acciones abiertamente desestabilizadoras han disminuido desde el pasado lunes –cuando en actos de este tipo murieron ocho venezolanos– persisten los intentos “guarimberos” de la ultraderecha nacional, al servicio de los más oscuros intereses.  ¿Qué decir de los Hospitales saboteados en Caracas para que no funcionen con normalidad?

Una última reflexión que habla del talante del candidato perdedor: ¿alguien lo ha visto salir de su cuartel general, el exComando Antichavista luego de las elecciones? No gobierna en Miranda, pero no solo eso, sino que da muestras de que su capricho pos-derrota deja entrever que ha llamado a la calle, pero no se le ha visto en ninguna avenida. Se le cae la careta al candidato “yo no fui”. Vemos  claro el rostro del fascismo. Interesante, ¿verdad?


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Jorge Legañoa Alonso

Periodista. Graduado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en el 2007.


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