viernes, 19 de abril de 2024

La historia de Cuba contada a través de la caña de azúcar

Encuentro Nacional de Patrimonio Histórico Azucarero: por el rescate de una parte de nuestra identidad...

Maya Ivonne Quiroga Paneque en Exclusivo 05/11/2015
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Para cualquier hombre o mujer nacido en la Mayor de las Antillas es innegable el papel de la caña de azúcar en la consolidación de la sociedad cubana, formada a partir del mestizaje y la síntesis de muchos grupos humanos con características propias como fueron: amerindios, europeos, asiáticos y africanos.

La plantación esclavista fue fundamental en la formación de la nacionalidad cubana. Con el comienzo de la esclavitud llegaron a la Isla 68 etnias africanas. Esos hombres y mujeres, con diferentes costumbres, lenguas y creencias religiosas, se unieron en el barracón como resultado de un proceso de transculturación.  La industria del monocultivo fundió corrientes sociológicas en un solo significado: Cuba. 

Entre finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX Cuba se convirtió en la azucarera del mundo. En la Isla existían condiciones naturales, entre las que se pueden nombrar: fértiles tierras de fácil explotación, un clima benigno,  la ubicación de los terrenos cerca de las costas con acceso a puertos de embarque y los bosques que proporcionaban  madera  para la construcción de ingenios y la obtención del combustible necesario para la zafra.

La importación masiva de esclavos africanos fue decisiva para el incipiente desarrollo de la economía cubana. Así los conquistadores españoles contaban con mano de obra barata en una colonia próspera y relativamente tranquila.

Hacia 1870, Cuba ocupaba el tercer lugar mundial  en la producción y mercado azucareros. En ese contexto se produce la primera danza de los millones y el surgimiento de la sacarocracia criolla.

La Iglesia y el ingenio en el batey fueron las principales instituciones azucareras fundadas. Ese hecho trajo consigo el desarrollo de la ciencia, la técnica y la tecnología: el trapiche, del ingenio, en un inicio, era movido por la abundante fuerza motriz animal,  con ayuda de los esclavos. Luego llegaron el ingenio mecanizado, la introducción de la primera locomotora del ferrocarril cubano, en 1838 y el primer buque de vapor cubano, en 1840.    

Por el rescate del Patrimonio Azucarero

En Cuba casi todos tenemos algún pariente -cercano o lejano- que trabajó en un trapiche o un central y todavía recuerda con nostalgia los sonidos del ingenio que marcaban el comienzo y el final de cada jornada.

 

No puede hablarse de la historia nacional sin recordar el papel de la caña de azúcar. Así lo han reconocido historiadores como: Manuel Moreno Fraginals (La Habana, 1920-Miami, Estados Unidos, 2001), autor de ese libro cardinal titulado El Ingenio; el historiador y catedrático Oscar Zanetti y el doctor Eusebio Leal Spengler.

Con el propósito de rescatar ese legado colectivo surgió hace dieciséis años, el Encuentro Nacional de Patrimonio Histórico Azucarero cuya primera edición tuvo lugar en 1999 en el Ingenio La Demajagua, Monumento Nacional de Cuba.

Organizada por el grupo empresarial Azcuba y el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, la 16ta edición del encuentro quedará inaugurada el 12 de noviembre en la Empresa Azucarera Brasil, antiguo Central Jaronú, de Esmeralda. Fue escogido este sitio, también Monumento Nacional, por el fuerte trabajo en el rescate del patrimonio que ha realizado la provincia de Camagüey.

El programa del evento comprende recorridos por lugares históricos, vinculados a la caña de azúcar y al patrimonio cultural de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe así como la celebración de una gala artística.

Para el 13 de noviembre está previsto el trabajo en comisiones para dar a conocer los resultados de un concurso nacional donde participan trabajadores vinculados con la industria azucarera, niños, jóvenes, profesionales de la cultura y otros sectores.

Entre los temas a debatir en las ponencias figuran los relacionados con: los centrales desactivados, historias de vida, testimonios, crónicas sobre personalidades que vivieron entre los siglos XIX y XX o el valor patrimonial de las locomotoras.

Paradójicamente, los resultados de tantos años de investigación aún permanecen sin publicar por falta de apoyo institucional. Solo se han socializado algunas ponencias que se han convertido en tesis de doctorado. Tampoco se cuenta con un archivo audiovisual donde se registre todo lo relativo a la historia nacional de la caña de azúcar.

No obstante, el grupo Azcuba ha logrado rescatar el historial en 13 de sus empresas. Hoy cuenta con 165 salas donde se recoge parte de esa historia; 396 activistas en todo el país contribuyen a la difusión del patrimonio azucarero y han logrado recuperar 85 locomotoras que se conservan como maquetas museables. Cinco de ellas, todavía activas, ofrecen recorridos turísticos a la población.

Hasta la fecha cuatro antiguos centrales han alcanzado la categoría de museos. Ellos son: Jose Smith Comas, de Cárdenas, Matanzas; Patria o Muerte, en Morón, provincia Ciego de Ávila; Reforma (Marcelo Salado), en Caibarién, Villa Clara y el FNTA, en el Valle de los Ingenios, en Trinidad, provincia de Sancti Spíritus. Hoy, la torre de muchos centrales desactivados se conserva como símbolo de una historia escrita con sangre y azúcar que no debemos olvidar jamás.   


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Maya Ivonne Quiroga Paneque

Periodista, locutora, guionista y directora de radio y televisión

Se han publicado 1 comentarios


Mathis
 26/1/24 8:26

Salut c moi Mathis

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