jueves, 25 de abril de 2024

Cuba no olvida a sus mártires

Cada 30 de julio, la Patria rinde homenaje a sus mártires, un acuerdo del Gobierno Revolucionario que nos recuerda el sacrificio y la sangre que costó conseguir lo que tenemos…

Narciso Amador Fernández Ramírez en Exclusivo 30/07/2020
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Frank País
Frank País y Raúl Pujols fueron cobardemente asesinados el 30 de julio de 1957 por la tiranía batistiana

El 30 de julio de 1957 cayó asesinado en su natal Santiago de Cuba, Frank País García, el Jefe del Movimiento 26 de Julio en el Llano; y un año después, moría en combate, el comandante del Ejército Rebelde René Ramos Latour, el Daniel de la clandestinidad. En homenaje a ambos jóvenes, y todos los caídos en la lucha, el Gobierno Revolucionario instituyó al penúltimo día de julio, como Día de los Mártires de la Revolución.

Una fecha de hondo sentido patriótico que nos recuerda la sangre y el sacrificio que costó alcanzar lo que tenemos, y como afirmara Fidel, un día como hoy, pero del año 1959: «Porque si algo no queremos —y bueno es decirlo aquí, en este aniversario de la muerte de Frank País y de Daniel, símbolo de toda la generación que se sacrificó—, bueno es decir aquí que lo que no queremos es que nadie pueda decir el día de mañana que nuestro pueblo se ha olvidado de sus muertos».

Frank País no había todavía cumplido los 23 años, cuando fue asesinado cobardemente en el Callejón del Muro, en Santiago de Cuba, víctima de una cobarde delación. Por entonces era el hombre más buscado del clandestinaje y ocupaba la responsabilidad de Jefe del Movimiento 26 de Julio en el Llano; por lo cual, era el lugarteniente de Fidel y hombre de su entera confianza.

Junto a Frank, murió también Raúl Pujols, en cuya casa se ocultaba el joven revolucionario. Ambos, bajo las ráfagas inmisericordes de los esbirros batistianos, quienes se cebaron en Frank; al extremo de acribillar su cuerpo a balazos.

William Gálvez en su libro Frank entre el sol y la montaña describe así el trágico acontecimiento: «Los disparos de dos armas automáticas hicieron blanco en el tembloroso cuerpo de Frank. Cayó de bruces en el Callejón del Muro, a unos veinticinco metros de su compañero de martirologio. Con su arma ya nuevamente cargada, Masacre (apodo con que era conocido el teniente coronel José María Salas Cañizares) lo remató».

La muerte de Frank fue un golpe duro para la Revolución y su sepelio multitudinario por las calles de Santiago evidenció la fortaleza que iba ganando el Movimiento 26 de Julio. Fidel, en carta memorable a Celia Sánchez, al hablar del joven santiaguero que había nacido el 7 de diciembre de 1934, afirmó:

«No puedo expresarte la amargura, la indignación, el dolor infinito que nos embarga. ¡Qué bárbaros! Lo cazaron en la calle cobardemente, valiéndose de todas las ventajas que disfrutan para perseguir a un luchador clandestino. ¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado. No sospecha siquiera el pueblo de Cuba quién era Frank País, lo que había en él de grande y prometedor. (…) ¡Cuánta pérdida significa esta lucha! ¡Cuánto sacrificio va costando ya esta inmunda tiranía!».

En tanto el Che, quien conociera a Frank en la Sierra Maestra, dijo de aquel brillante revolucionario, quien encabezara el levantamiento armado del 30 de noviembre de 1956 y estaba en víspera de casarse con su adorada novia América Domitro: «Con Frank País perdimos uno de los más valiosos luchadores, pero la reacción ante su asesinato demostró que nuevas fuerzas se incorporaban a la lucha y que crecía el espíritu combativo del pueblo». 

Su cuerpo, con los grados de capitán fue vestido con el uniforme verde olivo y el brazalete negro y rojo del Movimiento 26 de Julio. Nada pudo impedir que el pueblo santiaguero lo acompañara en masa hasta su última morada en el cementerio de Santa Ifigenia.

Apenas un mes antes, el 19 de julio de 1957, había caído en combate su hermano menor, de solo 19 años, Josué País; un duro golpe para Doña Rosario, la progenitora de ambos, y tan Mariana ante el infortunio, como lo fuera la madre heroica de los Maceo.

Con Frank, la Patria perdió a uno de sus mejores hijos. En sí mismo, simbolizaba la integridad de la Revolución, y al decir del general de Ejército Raúl Castro « (…) era el tipo de hombres que penetran hondo y definitivamente en el corazón del pueblo».

Ramos Latour fue el sustituto de Frank, del David, en la clandestinidad. Asumió el nombre de Daniel y desempeñó un rol importante en la organización de la Huelga General Revolucionaria del 9 de abril de 1958, tras cuyo fracaso subió a la Sierra Maestra y con los grados de comandante cayó en el combate de El Jobal, el 30 de julio de 1958, exactamente 12 meses después del asesinato de Frank.

Hoy, en toda Cuba habrá sentido homenaje a nuestros mártires, y en el Callejón del Muro se le rendirá tributo de recordación a la memoria de Frank y Raúl Pujols. Será, como cada año, el amoroso homenaje de un pueblo que no olvida a sus héroes y que sabe que la Patria se erige sobre la sangre generosa de tanta gente buena y valiosa.


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Narciso Amador Fernández Ramírez

Periodista que prefiere escribir de historia como si estuviera reportando el acontecer de hoy


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