jueves, 25 de abril de 2024

Zafra de la tijera con los juegos en pelota

Un fin de semana muy mojado ha obligado a un maratón de doble juegos en la temporada cubana de béisbol...

Norland Rosendo González en Exclusivo 07/10/2019
0 comentarios
Pablo Civil-mentor-equipo Las Tunas-béisbol
Varios mentores, como Pablo Civil, han de estar viendo como estiran su staff para la longaniza de juegos que deben celebrar en poco tiempo.

Solo dos juegos pudieron concluir este sábado en el campeonato cubano de béisbol, diez el domingo, y ni así se pudieron saldar las deudas del día anterior para echarle más presión al cierre del primer segmento del torneo, cuyas autoridades tienen en mente empezar el próximo día trece los play off de comodines, pero no han contado con San Isidro, quien al parecer está confabulado con los que se quejan de que no hay buena pelota en Cuba, y le ha dado por cuadrarse empapando la bola a última hora.

Por las imágenes difundidas en las redes sociales se sabía que en algunos parques lo más probable era que ni sábado ni domingo los árbitros tuvieran que enfundarse en sus trajes negros, para poner más gris el panorama y obligar a los organizadores de la serie a pensar en un Plan B y hasta uno C ante la contingencia climatológica y una tabla de posiciones que no termina por asentarse con puja por los boletos directos y todavía Pitágoras no acaba de darle el tiro de gracia a Pinar del Río por un wild card.

El asunto ha de tener tomándose una aspirina cada tres horas a los funcionarios encargados de dirigir este torneo para evitar que los dolores de cabeza les nublen las ideas cuando más claras han de estar para tomar las mejores decisiones, pues este maratón de doble juegos a siete innings no es lo que más beneficia el campeonato, aunque desde su oficina en Europa, Ricardo Fraccari, el jerarca de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC), debe estar frotándose las manos.

Su idea es que después de Tokio 2020 todos los partidos de los eventos organizados por la WBSC se jueguen a siete inning, lo que algunos han comenzado a llamar la «softbolización» de la pelota, un proyecto que en nuestro país no ha tenido buena acogida.

Sin embargo, fue una decisión muy sabia de la Dirección Nacional de Béisbol haber implementado en esta temporada cubana que los doble juegos se efectuaran a esa cantidad de entradas, pues no es fácil pasarse 18 innings bajo este sol de agosto, septiembre y octubre, que es el mismo pese a que las estaciones no sean las mismas.

Si los choques pudieran efectuarse en la tarde-noche, otra fuera la historia, pero estar en el terreno desde media mañana, pasando por el mediodía y terminando por la tarde, se las trae. Los atletas concluyen casi exhaustos y algunos hasta maldiciendo la hora en que se les metió el bichito de este deporte en el cuerpo.

Mas, una cosa es una doble cartelera en un estadio o dos, que una tanda doble en casi todos los parques a la hora en que se decide la suerte de muchos equipos. Los de mejor pitcheo agradecen el recorte, puesto que sus oportunidades de ganar aumentan. Diferente piensan los que buscan los triunfos a palo limpio, pues saben que el bullpen no es la parte mejor blindada de los cuerpos de serpentineros y cuando el abridor se va es cuando más suenan sus maderos, pero a siete… se les aprieta el zapato.

Esas cuentas están sacando ahora mismo varios mentores y otros, como Pablo Civil, ha de estar viendo como estiran su staff para la longaniza de juegos que deben celebrar en poco tiempo jugándosela a que les salga bien y aseguren un cupo directo, porque de lo contrario llegarían sus principales pitchers cansados a la pelea de comodines.

Las Tunas antes de este sábado tenía tres duelos pendientes, importantes todos, y no pudo jugar en todo el fin de semana ante Mayabeque. Sigue acumulando deudas en el calendario y el tiempo para cobrarlas es poco. Si fuera con el mismo rival, a ritmo de dos por día, sería, seguro, la orden, pero son diferentes los contrincantes. No digo yo si Civil anda preocupado, y junto con él los que en la Habana ajustan el programa. Todo debe estar antes del día 18, que es cuando se piden los refuerzos.

Tampoco se ha podido jugar en Camagüey, donde los anfitriones buscan confirmar su tique directo y Sancti Spíritus, un casi seguro comodín, sigue aferrado a las matemáticas para colarse entre los cuatro.

Ya una vez hubo una historia que puso en tensión a muchos. Sucedió hace dos años cuando Ciego de Ávila y Artemisa jugaron su último partido de comodín un rato antes del inicio del programa televisivo para blindar los seis sobrevivientes. Por suerte, para los organizadores, el choque se efectuó en Artemisa y el Juego de las Estrellas en Pinar del Río. Recuerdo que el difunto Dany Valdespino llegó abotonándose la camisa al teatro de Vueltabajo.

Ahora la historia podría complicarse, porque además del fin de semana estelar en el Cándido González de Camagüey, está la inminente salida del equipo Cuba para la gira asiática previa al Premier 12.

Y la serie que no se desenreda. Cinco conjuntos quieren tiques en asiento de primera clase para la segunda ronda y solo hay cuatro en venta, el siguiente cuarteto en la tabla de posiciones deben ir a la repesca de los otros dos pasajes en subseries al mejor de tres, y todavía los vegueros de Alfonso Urquiola sueñan con tumbarle la octava plaza a su actual inquilino.

¡Qué semana! Digo, si el agua deja.


Compartir

Norland Rosendo González

Vivo de aprender todos los días a contar historias. Ya voy por el prescolar en la escuela de la vida. Me escapo del mundo para ver un juego de béisbol.


Deja tu comentario

Condición de protección de datos