viernes, 29 de marzo de 2024

¿Volverá a competir?

El eclipse cubano en los mundiales de luchas, y lo que le pasó a un veterano como Yowlys Bonne, quien terminó destruido...

Rafael Norberto Pérez Valdés en Exclusivo 25/09/2019
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Yowlys Bonne-Campeonato mundial de lucha 2019
Bonne, de los 61 kilogramos en el estilo libre, no pudo pasar del primer combate.

Hace unas horas llegó otra de las injusticias del deporte. Y se ensañó con un tenaz veterano de mil batallas como Yowlys Bonne, quien había sido campeón hace un año en los mundiales de Budapest 2018 (de la división no olímpica de los 61 kilogramos). Pero ahora, después de lo que le ocurrió en el de Nur-Sultán, Kazajistán, más otros entretelones de los que escribiremos casi enseguida, nos quedan serias dudas de si volverá a competir.

El hombre, como detallaremos enseguida, terminó destruido…

Ojalá estemos desacertados. Y que continúe a sus 35 años de edad (cumplirá 36 el 2 de noviembre). Pero es que entre lo que nos vino a la mente se encuentra un recuerdo trascendental. Pensó en retirarse hace siete años cuando no le salieron bien las cosas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en los cuales, compitiendo en la de los 60, terminó decimocuarto. Julio Mendieta, el jefe de entrenadores, actuó como un padre. Lo embulló para que siguiera. Y lo llevó, seis años después, entre otros resultados en todo este tiempo, a ser campeón mundial. Antes había ganado bronce en el de Taskent 2014, también en 61. Pero ahora, siete años después, hay otros peros…

No se puede olvidar, a menos de un año de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que su división no aparece en el programa de esas esperadas justas de los cinco aros.

Entonces… ¿intentar subir a la de 65 o bajar a la de 57?

“Lo hemos analizado. No tiene la estatura para subir a 65. Y lo de bajar a 57 lo hicimos para los Juegos Olímpicos de Río 2016. Es algo que le cuesta mucho trabajo”, dijo para Cubahora un hombre experimentado como Manuel Rodríguez, árbitro internacional de primer nivel, y metodólogo de la comisión nacional.

Eso sin contar que en esas divisiones aparecen dos cubanos inamovibles: Alejandro “Calabaza” Valdés (65) y Reineris Andreu (57), medallistas en campeonatos mundiales.

Algo más. Los finales de los ciclos olímpicos, de cuatro años, muchas veces marcan el momento de ponerle el punto final a las carreras deportivas. Es cuando en ocasiones surge la pregunta inevitable: ¿Para qué seguir ahora?

¿Volverá a luchar Yowlys Bonne?, le preguntamos a la misma fuente.

“No lo sabemos…”.

UN DOLOR

Un colega, presente en la sede, describió así lo ocurrido:

“Yowlys Bonne salió del colchón y se sentó en la escalerilla, con la cabeza entre los pies, con el mundo sobre sí. Con un dolor que no supo explicar, aún no sabe”, escribió el colega Rudens Tembrás Arcia, de la publicación Jit.

Atrás quedaba una derrota demoledora, con pizarra de 0-7, en octavos de final contra el azerí Akhmednabi Gvarzatilov, cuyo expediente no puede competir con el muy superior de nuestro representante. El marcador andaba 0-3 el azerí logró proyectar a Bonne en acción de cuatro puntos (0-7). ¡Y casi logra pegarlo!

Él parecía ser, como es lógico, el cubano de más posibilidades en la jornada del adiós. Pero en la práctica no resultó así. Yurieski Torreblanca, oro el mes pasado en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, a pesar de su revés ahora en Nur-Sultán, se mantuvo con vida casi hasta el final, es decir, con posibilidades de ser arrastrado al repechage, y a una posible medalla de bronce. Esa posibilidad se fue entonces a bolina.

Quisimos dedicarle el título, así como los párrafos del inicio, a lo sucedido con Yowlys Bonne. Y también con Yurieski Torreblanca. Es que… nos pareció de paso, además de acompañar un poco en su dolor a Bonne, una forma de no hacer más leña de la necesaria con el árbol caído. Pero muy bien todo ello pudo ser al eclipse de los cubanos en las jornadas finales, cuando en las primeras brilló el sol. Y fundó unas esperanzas abortadas.

RADIOGRAFÍAS

Los cuatro de la grecorromana, en sentido general, empezaron muy bien: oro de Ismael Borrero (67) y plata de Oscar Pino (130), ambos con clasificaciones para los Juegos Olímpicos de Tokio, algo que no pudieron lograr al ser eliminados Daniel Grégorich (87) y Gabriel Rosillo (97).

Después quedaron alejadas las cuatro muchachas: Lianna de la Caridad Montero Herrera (53), bronce en Budapest 2018; Yudaris Sánchez (68), primera cubana campeona en un mundial, en este caso el de menores de 23 años de edad, en Bucarest 2018; Milaymis de la Caridad Marín (76), hace tan solo un mes primera luchadora cubana campeona mundial juvenil; Yusneylis Guzmán (50), plata en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Y, por último, los cuatro de la libre quizás no deseen volver a recordar a la ciudad de Nur-Sultán, pues además de Bonne y Torreblanca quedaron con deudas Alejandro Valdés (65) y Geandry Garzón (74), estos dos últimos con más de una medalla en mundiales.

Julio Mendieta, el jefe de entrenadores de los libristas, habló contrariado, según la misma fuente, de “un alto nivel de lucha en el mundial; de “cansancio” (¿relacionado con la reciente celebración de los Juegos Panamericanos de Lima 2019?); del no cumplimiento de las acciones tácticas; y de las consecuencias de no topar sistemáticamente con europeos y asiáticos.

¿Qué ocurrió en los anteriores Campeonatos Mundiales? En Budapest 2018 nuestros compatriotas ganaron cinco medallas. Los libristas ensartaron cuatro de ellas: el oro de Yowlys Bonne (división de los 61 kilogramos), y tres de bronce: Alejandro Valdés (65), Franklin Marén (70), y la primera de una cubana en toda la historia: Lianna de la Caridad Montero (55). El equipo masculino terminó en cuarto lugar, lo cual le dio clasificación para la próxima Copa del Mundo. La quinta presea, también de bronce, correspondió al grequista Oscar Pino (130).

Vamos llegando al final. Nos resulta inevitable volver a pensar en la injusticia del deporte. Y en el dolor de Yowlys Bonne. ¿Volverá a competir?


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Rafael Norberto Pérez Valdés


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