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lunes, 14 de octubre de 2024

Una solución al abandono en el fin del mundo

Esta historia con sus matices, demuestra que la fuerza de voluntad es la clave para solucionar el problema del abandono y las malas condiciones en las instalaciones deportivas...

Alexander García Milián en Exclusivo 15/04/2017
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Estadio Universitario
La piscina, del estadio universitario Comandante Juan Abrantes, se encuentra deshabilitada hace más de dos décadas.

La historia de Edel Lima parece ser la de cualquiera en Calimete. Allí, en ese pueblito de campo donde nació y creció, en el mismo que nací y crecí yo, todo pasa desapercibido, las cosas quedan como en penumbras. Entre los predaplenes y ese olor a polvo mezclado con la cachaza y el bagazo de caña, la vida pasa como un soplo de aire. Vivir en Calimete da la sensación de vivir en el fin del mundo.

Pero Lima, como lo conocen, es el mago del pueblo, incluso, creo que no conoce sobre Melquíades y, a pesar de ello, en su persona lleva algo de ese espíritu de hacedor de maravillas que nos muestra el gitano en las páginas de Cien años de soledad.

Él no es mago porque tenga calderos en donde practique la alquimia o alguna varita para conceder deseos, menos aún alguna lámpara maravillosa. Es mago porque cuando nadie construye nada, él construye y crea por todos; porque en medio del olvido quiere ser la luz, porque lleva en sí esa esencia de guajiro noble y sencillo, la misma que se pierde hoy y solo por arte de magia, de su magia, aparece una que otra vez.

El Lima, con hierros oxidados o botados por desdén en las afueras del central Jesús Rabí, con esos "cacharros inservibles" hizo un gimnasio biosaludable en las afueras del pueblo. ¿Un gimnasio? Sí, en el mismo lugar donde existía un vertedero y la basura se apilaba por montones. Así armó una cancha de baloncesto y de voleibol anexas al gimnasio. Dando algún que otro "jaloncito de orejas" aquí y allá, Lima logró también un excelente terreno de pelota. Su magia está en eso, en el tesón y las ganas que le pone a esas obras en momentos que muchas se abandonan y no se cuida nada.

Y entonces en este punto las interrogantes emergen. ¿Por qué?, ¿Por qué tanta dejadez y abandono?, ¿por qué no existen más personas como Lima?, sé que las hay pero son las menos.

En ese punto el dilema se afianza con fuerza. Al mismo tiempo que Lima forja su consejo deportivo, en Calimete se pueden encontrar varias canchas en mal estado. De igual modo pasa en Colón y en otros lugares de mi Matanzas. También cuando llegué a vivir a La Habana el panorama fue igual o peor.

En San Miguel del Padrón, allá cerca de la Cuevita, donde vivo, la hierba hace de las suyas en muchas instalaciones deportivas. Esto solo por citar un ejemplo, aunque creo que se trata de un dilema nacional este de las malas condiciones en terrenos y canchas.

Esa pudiera ser la primera piedra para entender el porqué de los malos resultados y el descenso en algunos deportes, como la pelota. El panorama es evidente, no es un secreto de lo que se habla. Se trata de la base del movimiento deportivo cubano, del deporte para todos que constituye premisa fundamental para el INDER.

La falta de recursos es un burdo pretexto que esgrimen los encargados de darle solución al problema. La historia de Edel Lima demuestra que el deseo de hacer y la fuerza de voluntad son las claves. Allá en Calimete está la prueba, al igual que en los reconocimientos de Vanguardia Nacional atesorados por él, gracias al trabajo que hace.

Ya lo decía John Done que ningún hombre es una isla en sí mismo. Se puede dar más, mucho más. Es algo necesario, imprescindible diría.


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Alexander García Milián


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