A punto de comenzar las últimas subseries de la segunda etapa de la 52 Serie Nacional, solo queda un dilema por resolver: el cuarto cupo entre Villa Clara y Ciego de Ávila, con las mayores opciones para los primeros, pues solo necesitan sonreír una vez en sus predios del estadio Augusto César Sandino para acceder a las semifinales.
El duelo frente a los cocodrilos matanceros dejó complacido a más de un aficionado de la tropa de Ramón Moré, sobre todo por el pitcheo hermético de Jonder Martínez en par de relevos, el bateo oportuno de los refuerzos Dayron Varona, Edilse Silva y Yordan Manduley, así como por la garra y disposición mostrada sobre el terreno, empujada quizás por esa rivalidad encarnizada con el mentor Víctor Mesa, villaclareño de nacimiento y al frente de los yumurinos hoy.
Los naranjas enfrentarán desde este lunes a los actuales monarcas avileños con una sola idea: ganar un partido en su casi invencible estadio (archivan allí 29 éxitos y solo 10 fracasos), lo cual les aseguraría entrar en su play off número 22 (15 de manera consecutiva), aunque desde 1995 no saborean un título nacional, cuando lo ganaron bajo la guía de Pedro Jova.
Para los muchachos de Roger Machado, la situación es más complicada, pues al caer en el último partido contra Industriales tendrán que barrer ahora a los centrales para poder defender la corona lograda en el 2012. Por cierto, de no conseguir el boleto, por tercera ocasión en línea un monarca no puede pasar a la ronda decisiva. Antes le ocurrió a Industriales y a Pinar del Río.
Lo determinante en ese enfrentamiento particular por el cuarto pasaporte a la postemporada serán los serpentineros, y dada la rotación y profundidad de los naranjas la balanza se inclina a su favor, aunque nadie puede subestimar a los tigres, quienes el pasado año conquistaron el boleto en el último pleito y luego fueron campeones.
En medio de esta porfía, los azules de Lázaro Vargas sueñan con una quimera matemática que es tan imposible de darse como descubrir un río en el desierto. Su única opción de clasificar es que Matanzas cayera tres veces con Pinar del Río y en los dos partidos suspendidos que tendrían que efectuarse de ser necesarios. Por favor, el Latinoamericano se apagará en estos play off y tal panorama se vislumbró desde las tres derrotas en el Sandino de los capitalinos.
Más allá de lo descrito, se impone comentar también lo descansado que resulta Cienfuegos para recibir el 25 de mayo al equipo que quede cuarto, en tanto su compromiso con Isla de la Juventud solo tendrá el atractivo de ver si los pineros pueden vencerlos una vez en esta temporada después de seis derrotas. Además, en el orden individual, José Dariel Abreu y William Luis pelearán por el liderato de jonrones (ambos tienen 19), y Noelvis Entenza buscará su éxito 14.
Excesivamente preocupado debe andar el mentor espirituano Yovani Aragón con el desempeño de sus muchachos en los últimos doce choques (apenas han ganado 3), pues si bien es cierto que es el único momento de la temporada en que han descendido su rendimiento, la proximidad de los play off pone en alerta roja a cualquiera, máxime para una escuadra que en 10 postemporadas nunca ha saboreado el trono.
A juzgar por lo visto hasta aquí, en esta última semana de la etapa regular poco debe cambiar. Cienfuegos ya es puntero, Sancti Spíritus y Matanzas pudieran intercambiar los lugares 2-3 y comenzar entonces como anfitriones de la segunda semifinal los cocodrilos de Víctor, en tanto Villa Clara tiene mayores opciones que Ciego de Ávila para concluir en el cuarto escaño.
Todo lo demás que suceda sería sorpresa y por suerte, de no pocas sorpresas está lleno el béisbol, a pesar de predicciones y números estadísticos. Las semifinales, la fiesta mayor, el espectáculo supremo, tendrá por escenario solo el centro del país y dicen los profetas que las pisadas de los elefantes sureños parecen las más profundas, sin descartar las mordidas de los cocodrilos.
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