La preselección de Cuba cayó este jueves 3x4 carreras ante una selección universitaria de Estados Unidos, en el estadio Latinoamericano de la capital cubana, donde, tras 15 años sin celebrarse, se reiniciaron las series de confrontación entre estas dos potencias del béisbol mundial.
Un gran slam del cuarto madero Michael Conforto, ante el relevista zurdo Norberto González, produjo todas las anotaciones de los visitantes, que también sacaron saldo positivo de la apertura de calidad del diestro Jonathan Crawford y el salvamento de Bobby Wahl.
Yadier Pedroso, la carta de triunfo del DT Víctor Mesa, se lió en un duelo de pitcheo con el abridor norteño durante cinco entradas, pero dejó dos hombres en circulación cuando debió abandonar el box en el sexto capítulo, momento en el que subió al box Joel Suárez.
El diestro de Matanzas regaló un boleto y, al instante, el DT cubano lo sustituyó por Norberto González, víctima del estacazo del también zurdo y designado, Conforto, autor de uno de los cinco indiscutibles de los norteamericanos en el partido.
Ahí mismo, en el sexto acto, se selló la derrota de Pedroso y de Cuba, toda vez que, si antes la ofensiva estuvo anulada casi por completo, en el último tercio salió a relucir la carencia de los últimos años para producir carreras.
Hasta 94 millas por horas, con envíos controlados, llegaron los lanzamientos de Crawford, un pitcheo que rara vez enfrentan los bateadores cubanos en la Serie Nacional, y se dio el gusto de recetar seis ponches en los seis capítulos y un tercio que se sostuvo en el box.
Su única mácula, el único error punible de su labor la cometió en el séptimo capítulo, ocasión del jonrón de Frederich Cepeda, que encontró a José Dariel en primera base.
Ya en el octavo, ante el relevista David Berg, Cuba llegó por tercera vez al home plate, con batazo impulsor de Yulieski Gourriel y en las piernas del matancero Guillermo Heredia, jardinero derecho alineado en el noveno turno, que resultó el único bateador del encuentro con dos imparables.
Y amenazó con igualar el desafío en el noveno, al colocar a su primer hombre en la inicial por boleto. Sin embargo, después de la comparecencia de Cepeda, Wahl facturó el out 25 sobre una línea del emergente Alexei Bell (en lugar del receptor Ariel Pestano) y William Luis Campillo, una de las novedades de la preselección cubana, bateó para doble play al empuñar por el torpedero Erisbel Arruebaruena.
En resumen, la ofensiva anfitriona, que se vio incómoda ante los pitcheo veloces, bateó cinco hits en 31 veces al bate y su producción de anotaciones fue minúscula a pesar de tres bases por bolas y par de errores de la defensa de Estados Unidos. Ello, porque se tomaron ocho ponches, batearon dos veces para doble play y dejaron a cinco corredores en el camino.
Fue la ofensiva, y no el pitcheo o la dirección del DT Víctor Mesa, la claves de la derrota. Aunque después de Pedroso, solo Vicyohandri Odelín, se mostró dominante en el box del Latinoamericano, el bullpen (cuatro relevaron) no desentonó.
Víctor, por su parte, puso en la grama lo mejor con lo que cuenta Cuba hoy, con idea de hacer lo que no hace Cuba en los últimos torneos internacionales, producir carreras, no muchas, solo las suficientes para apoyar a su pitcheo; y movió el pitcheo con acierto.
Sin embargo, una vez más la ofensiva quedó expuesta y el equipo sufrió la derrota.
Este viernes, a partir de las ocho de la noche (si lo permite el estado meteorológico), la selección cubana afrontará el segundo test de esta prueba, y, casi seguro, Víctor Mesa introducirá cambios en su formación para igualar el duelo.
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