viernes, 26 de abril de 2024

Stevenson

El golpe que lo puso fuera de combate. Virtudes que brillaron tanto como las medallas. Lo que periodistas de afuera no comprenden. Coliseo Teófilo Stevenson Lawrence...

Helio Ángel Menéndez García en Exclusivo 29/03/2014
2 comentarios
TEÓFILO STVENSON+ COMPITE
Teófilo Stevenson, uno de los grandes del boxeo cubano.

Este 29 de marzo nuestro Stevenson arribaría a los 62 años de edad de no haber sido por la severa cardiopatía isquémica -¡maldita sea!- que la infortunada tarde del 13 de junio de 2012 lo puso fuera de combate.

Al fallecer víctima del golpe bajo propinado por el otrora su fiel corazón, Teófilo dejaba para la posteridad un currículo deportivo muy difícil de igualar por futuras generaciones de pesos grandes.

Muchas fueron sus glorias dentro del ring, pero tanto como sus tres títulos mundiales y olímpicos y más que su inclusión en el selecto grupo de figuras más sobresalientes en la historia de los Juegos Olímpicos, opto por resaltar sus virtudes que aprecio tanto como sus triunfos en el cuadrilátero.

No fue Pirolo –así le llamábamos sus amigos- un hombre perfecto -¿acaso conoce usted alguno?;  no obstante, su calidad humana, su amplio concepto de la amistad y el compañerismo pesaron más que sus errores, aunque existan quienes reparen en las manchas del sol y no la luz con que calienta y da vida.

Stevenson no fue solo un superdotado para el boxeo, al cual entregó 20 años de su vida. Fue mucho más: un patriota de arriba abajo y de abajo a arriba, que supo guardar fidelidad incondicional a su Revolución y a Fidel. Un atleta extra clase que despreció  ofertas millonarias para que saltara al profesionalismo, porque, lo reiteró mil veces, no cambiaba todo el dinero del mundo por el amor de su pueblo.

La reconocida revista deportiva estadounidense Sport Illustrated publicó, a raíz de la victoria de Stevenson sobre Duane Bobbick, ocasión en que Teófilo despreció la primera oferta millonaria que “algún día no lejano vería al cubano  pelear en las filas del profesionalismo”. Teófilo se retiró del deporte activo y el columnista de la referida publicación no vio cumplirse su vaticinio. Evidentemente no lo conocía.

Quienes lo vimos llegar muchacho de 16 años a la preselección nacional y nos mantuvimos cerca de él durante su prolongada carrera entre las cuerdas, aprendimos a valorar junto a las virtudes del campeón de campeones al hombre permanentemente preocupado por sus compañeros.

Teófilo, ajeno a la falsa vanidad que pierde a los mediocres, llegó a la despedida oficial del ring el 3 de julio de 1988 en el Torneo Córdova Cardín tunero, con la misma modestia con la que una tarde de 1968 arribó a la finca del Wajay (cuartel general de la escuadra nacional) para labrarse un sitio entre los inmortales de este deporte.

Profesionales de todos los medios de difusión  masiva  que han visitado Cuba con el propósito de ahondar más en la personalidad de Stevenson han mostrado su admiración por el hecho, para ellos inconcebible, de que un atleta de su jerarquía hubiera renunciado a las más tentadoras ofertas prefiriendo quedarse en un país pobre, algo que no podían comprender por más que se lo explicaran.

Los documentalistas suizos Stefano Knuchel e Ivan Nurchis filmaron para la televisión de su país el documental NOCAUT en el cual hicieron un apurado recorrido por la historia del boxeo cubano desde los días del legendario Kid Chocolate hasta los de Stevenson, a quien calificaron como un ícono del deporte de la Cuba revolucionaria y su símbolo más representativo en el exterior.

Según los cineastas, en Teófilo se resumía la sensibilidad y férrea voluntad de salir adelante que caracterizaba a un pueblo como el cubano.

En la edición del diario Juventud Rebelde que vio la luz el 26 de agosto de 2012 este comentarista sugería que la Ciudad Deportiva habanera llevara por nombre el de Teófilo Stevenson Lawrence y, no habiendo recibido respuesta al respecto, considero oportuno reiterar hoy dicha sugerencia, pues nadie más indicado que este coloso del ring para identificar a nuestro Coliseo Mayor, escenario en el cual ganó su primer campeonato mundial en 1974.   


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Helio Ángel Menéndez García

Se han publicado 2 comentarios


Ismael Glez
 2/4/14 9:50

Me parece muy justo lo q propones Elio, vi el magnifico documental q pusieron sobre el Teo antes de Beisbol de Siempre el sabado pasado y aprendi cosas y detalles nuevos sobre su vida como atleta y como ser humano, como bien ud dice en la entrevista q le hacen en el mismo sobre el atleta,no hay soles sin manchas, pero como bien ud dijo, su luz fue tanta q eclipsaba a las mismas, esa fue la realidad monda y lironda, gustele a quien le guste y pesele a quien le pese. Gracias una vez mas por darnos en q pensar, y educarnos en este apasionante mundo del deporte, amigo.

guisver rolando
 29/3/14 15:39

Elio de acuerdo con tu propuesta de que el coliseo lleve el nombre de ese grande como Teofilo.

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