Sin suerte en el adiós

Yaimé Pérez y Denia Caballero se quedaron fuera del podio del lanzamiento del disco. Lanzaron 64.82 y 64.37 metros, para finalizar cuarta y quinta, respectivamente. No fue, de ninguna manera, una buena competencia para las principales discóbolas de nuestra tierra. Al margen de lo hecho por la australiana Dani Stevens (69.64, récord de área) y de Sandra Pérkovic (70.31m), Londres no fue tierra pródiga para las nuestras.

No se trata de si alcanzaron o no un puesto entre las tres mejores, eso, a la postre, se comprobó que estaba complicado. El análisis ha de enfocarse en por qué no se estuvo a la altura de sus posibilidades. Las muchachas que ganaron las medallas, léase Pérkovic, Stevens y la francesa Melina Robert-Michon (66.21m), compitieron emulando sus mejores momentos. Tampoco tapemos el sol con un dedo, el bronce estaba al alcance de las nuestras si se hubieran proyectado como el resto de las rivales que les aventajaron. Es un campeonato mundial y hay que llegar en plena forma deportiva.

Pérkovic, por su parte, hizo una competencia extremadamente cómoda. Abrió fuerte y vistiendo, aun, parte de su atuendo de calentamiento mandó el disco hasta los 69.30 metros con los que, casi, aseguró su victoria. Luego lanzó 70.31, después 70.28 y 69.81 metros; secuencia que la llevó a transitar por la prueba sin presión. Tanto fue así, que a la altura del quinto intento se le televisó jugueteando con la mascota mientras en el círculo concurrían las cubanas.

Sandra, esta, no quería casualidades. Se presentó con fuerza, con su fuerza de siempre, y festejó cada lanzamiento como quien quiere borrar el recuerdo de la final perdida dos años atrás.

Cuando en los días pasados Yaimé Pérez derrotó por partida doble a Sandra Pérkovic, de este lado lo gozamos como si del oro mundial se tratase. Había que disfrutar, sobre todo porque a Yaimé se le veía consistente, superándose e incluso, con la capacidad de reaccionar cuando la competencia se complicaba.

Hoy, queda claro que aquellas victorias le sirvieron mucho más a la croata, que se llamó a capítulo y puso el pie en el acelerador. Así, llegó el 71.41m que supone lo mejor de su vida y lo mejor que se consigue en el planeta desde el año 1992. Y así, aterrizó en Londres para hacer de esa final del lanzamiento del disco femenino, una fiesta nacional para Croacia.

El relevo masculino de 4x400 metros culminó en un sexto puesto con tiempo de 3:01.10 minutos. Afectado, mayormente, por una primera pista en la que William Collazo finalizó rezagado. Así y todo, hay que ponderar la labor de Yoandy Lescay que recuperó dos posiciones en los 400 metros finales luego de recibir en la octava plaza.

“No salieron las cosas bien en los primeros tramos, pero sabía que tenía que intentar cogerlos, abrirme por la curva y tirarme para no ser octavos”, dijo el corredor oriundo de Las Tunas a Jit minutos después de finalizada esta competencia en la que se coronó Trinidad y Tobago (2:58.12).

En la fecha del cierre también vencieron Mutaz Essa Barshim (2.35m en el salto de altura), Helen Onsando Obiri (14:34.87 en los 5000m), Elijah Motonei Manangoi (3:33.61 en los 1500m), Caster Semenya (1:55.16 en los 800m) y el relevo 4x400m femenino de los Estados Unidos con tiempo de 3:19.02 minutos.

Cuando pasó el último francés del relevo 4x400m por la meta, finalizó la actividad competitiva en el Parque Olímpico Reina Isabel de Londres, y con ello, se corrieron las cortinas del decimosexto campeonato mundial de Atletismo.

Estados Unidos dominó el medallero con 30 preseas (10 de oro, 11 de plata y 9 de bronce) y también reinó en la tabla de puntos con un total de 272 unidades. Cuba se ubicó el puesto 38 de la tabla de medallas con una única presea de bronce mientras que por puntos se situó en el decimocuarto lugar con 33 unidades. A Bolt se le rindió homenaje. El jamaicano, visiblemente emocionado, recorrió entre una interminable ovación la pista por última vez.

Good bye London. La próxima aventura será en Doha, Catar.