Con los guantes puestos, como suelen hacerlo los púgiles campeones, Erislandy Savón (91 kg) firmó sobre el encerado su intención de subir a lo más alto del podio de los XXXI Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Y es que el guantanamero, actual subcampeón mundial de su peso, debutó en estos JJ.OO. con una disertación de buen boxeo para superar inobjetablemente al británico Lawrence Okolie e, incluso, reconoció que la pelea llegó al final del tercer asalto porque decidió no definirla por la vía rápida, con el objetivo de usar cada uno de los tres rounds como preparación para sus próximas apariciones en el cuadrilátero carioca.
A juzgar por el historial que refleja los resultados en los duelos entre ambos boxeadores, la posibilidad de que Savón noqueara a Okolie no es ilusoria, pues ya el cubano lo consiguió en la final de la V Serie Mundial de Boxeo, celebrada en Uzbekistán.
En concreto, en el combate de este lunes la victoria le sonrió a Erislandy gracias a la votación unánime de los jueces, quienes lo vieron ganar y lo confirmaron con un rotundo triple 30-27.
Aun cuando muchos notaron que el cubano no se empleo a fondo, lo cierto es que bastó su organización y precisión a la ofensiva, a lo cual se sumó una inexpugnable defensa y el buen uso del jab de izquierda, para superar a su adversario.
Tras este resultado, el muchacho del Guaso tendrá como próximo rival —mañana miércoles— al argentino Yamil Peralta, que aventajó 2-1 al David Graf, de Alemania. En sus respectivas carreras deportivas, el sudamericano y el antillano han cruzado guantes en dos ocasiones y en ambas apariciones Savón ha salido airoso.
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