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martes, 8 de octubre de 2024

Queda un cuarto libre

Solo queda un cupo para la semifinal del Clásico Mundial, la disputa será ardua

Norland Rosendo González en Juventud Rebelde 09/03/2017
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Cuba vs China, Clásico Mundial
Vladimir Baños, pitcher abridor por Cuba, durante el segundo juego correspondiente al grupo B del IV Clásico Mundial de Béisbol entre los equipos de Cuba y China.

Solo queda un cupo para completar el grupo que jugará en el emblemático estadio de béisbol de esta ciudad por los pasajes semifinalistas del Clásico Mundial. Ya Israel, Holanda y los anfitriones sacaron sus reservaciones para la segunda ronda. El último boleto será de Cuba o Australia. Y «se rifará» hoy.

En Seúl, la gente no se cree lo que pasó. Su equipo, el que la mayoría calificaba como el líder de esa llave y uno de los posibles animadores de la semifinal en Los Ángeles, se quedó fuera y en su propia casa. Un Israel que habla más inglés americano que hebreo y Holanda, que sí tiene historia en este torneo de selecciones, dejaron sin opciones a los locales y a Taipéi de China, cuando solo falta el duelo entre los dos clasificados para saber el orden en el que avanzan.

Aquí, en el Tokyo Dome, no ha sido igual. Los pronósticos se han cumplido al estilo de la cultura japonesa. Con sendas victorias sobre Cuba y la más reciente ante Australia (4-1), el plantel anfitrión sigue camino a su tercera corona.

Queda entonces un misterio en esta parte del mundo, algo que estaba previsto en el guion: que una Isla que es un continente, y otra del Caribe, que le cabe en una muela, «se fajen» por la sobrevivencia.

Será un duelo difícil. Carlos Martí lo ha reiterado siempre y por eso reservó a su mejor lanzador para ese tope. Detrás, Vladimir García, Liván Moinelo, Miguel Lahera, y todos los demás, excepto Vladimir Baños.

Aunque se mantiene en sus «trece» de no alterar la alienación, algún cambio no le vendría mal, sobre todo, porque hay algunos regulares que no están produciendo lo que deberían, y en este juego hay que afinar la puntería al máximo.

Australia ya enseñó que vino a este 4to. Clásico a exhibir un mejor béisbol que en los anteriores, cuando archivó un solo triunfo y ocho derrotas. Cayó frente a Japón en un juego que estuvo empatado a una carrera durante dos tercios. En el séptimo y octavo los samuráis apelaron a su bateo de largometraje y con dos bambinazos pudieron marcar la diferencia para conseguir el éxito.

Los seis lanzadores empleados por los perdedores solo les permitieron ocho hits a los nipones y Norichika Aoki se fue en blanco en cuatro turnos.

¿Qué se augura para el partido contra Cuba? Aunque aún no está confirmado, lo más probable es que el abridor sea el derecho Liam Hendriks, quien juega en las Grandes Ligas con los Atléticos de Oakland. Lleva seis temporadas en la Gran Carpa (estuvo antes con los Gemelos de Minnesota, Blue Jays de Toronto y los Reales de Kansas City) y acumula ocho triunfos y 19 reveses, con 4.87 de promedio de carreras limpias por juego y WHIP de 1.403, poncha a más de siete y no llega a tres bases por bolas cada nueve inning.

Carlos Martí tendrá listo a lo más excelso de su bullpen. Y ellos también lo harán, contando con el zurdo Ryan Rowland-Smith, el hombre que sacó el último out del noveno frente a Japón, nada menos que ponchando a Aoki, y con Peter Moylan, ambos con experiencia en las Grandes Ligas, pues estuvieron allí cinco y diez años, respectivamente.

Y no solo descuellan ellos. En la nómina australiana hay otro grupo de más de seis lanzadores firmados con organizaciones de la MLB; los dos cátchers y un jardinero juegan también en el principal circuito de béisbol del orbe.

En su último encuentro con la prensa, Carlos Martí fue sabio, nada de presión a sus atletas: «No creo que el mundo se vaya a acabar si perdemos, pero nuestros muchachos van a salir a divertirse en el terreno, a enseñar lo mejor que saben. Estoy satisfecho por el coraje con que están jugando, varios son muy jóvenes. Vamos por la victoria».


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Norland Rosendo González

Vivo de aprender todos los días a contar historias. Ya voy por el prescolar en la escuela de la vida. Me escapo del mundo para ver un juego de béisbol.


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