Aunque sigue siendo la menos mediática de todas, apabullada además —y lo entiendo— por la Champions de fútbol, la V Serie Nacional de Béisbol sub-23 ya cruzó la mitad del calendario clasificatorio y se empina rumbo a la definición de los cuatro semifinalistas. Erguida sobre su tamaño geográfico, Isla de la Juventud infla velas buscando puerto seguro por la zona occidental.
Los Piratas imberbes nunca han estado en la postemporada de esta categoría. En las cuatro ediciones precedentes no han logrado siquiera ubicarse en el top ten (en 2014-lugar 13; 2015-12; 2016-13; 2017-14).
De ellos se habla poco este año, porque los titulares mediáticos se lo han robado Cienfuegos y Granma, los dos equipos que arrancaron a la máxima velocidad y lideran la tabla de posiciones en cada región.
Sin embargo, los de la isla ultramarina, acostumbrados como están en esa porción cubana a no creer en utopías imposibles, y más si de béisbol se trata (recuerden a los Piratas de Michel Enríquez), concluyeron la primera mitad del campeonato con balance de 12 triunfos y ocho fracasos, a tres juegos completos de Cienfuegos, pero solo uno por detrás de Pinar del Río y delante también por una raya de Matanzas.
Los isleños cuentan con ocho jugadores que en la temporada pasada participaron en la serie nacional élite, incluido el hombre que mejores guarismos tiene ahora, el jardinero Jhony Hardy González, quien salió a probar fortuna en la isla grande y decidió retornar a su terruño.
Bajo la tutela de Dioel Reyes, uno de los mentores que más experiencia acumula en este tipo de certámenes, los pineros se afincan en la labor de su cuerpo de lanzadores, cuyo promedio de efectividad (2.83) clasifica entre los tres mejores del torneo.
Entre todos sus serpentineros descuella Yainel Alberto Zayas, invicto en cuatro desenlaces, y con números que hablan por sí solos del dominio exhibido sobre sus rivales. Tiene promedio de carreras limpias de 0.78, WHIP de 1.10, ha ponchado a 37 bateadores y a 17 les ha regalado un pasaporte gratis y apenas le conectan para .175. Si sigue así, es uno de los más serios aspirantes a integrar el Todos Estrellas del campeonato.
Del bull pen suenan dos atletas con el mismo nombre: Raúl, el de apellido Guilarte ha salvado cuatro partidos y dos González.
A la ofensiva, en cambio, no hay el mismo destaque. Solo tres equipos anotan menos carreras que los pineros, quienes batean casi la mitad de sus conexiones en forma de rolling, lo que amerita ajustes inmediatos, pues eso ayuda mucho a la defensa y el pitcheo de los contrarios. Impulsan uno de cada cinco hombres que encuentran en posición anotadora.
Jhony Hardy González es la estrella de los Piratas, bate en mano; ha participado en los 20 desafíos de su equipo y tiene línea ofensiva (AVE/OBP/SLU) de.361/.427/.417, con nueve bases por bolas y dos ponches.
¡Qué bueno sería que David volviera a empinarse, como aquel que en la Serie Nacional 54 estuvo a un solo éxito de la gloria! Aquella final ante Ciego de Ávila que para mí mereció dos oros.
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