He comenzado a escribir en la tarde del lunes esta nota sobre los Juegos Olímpicos Río 2016. Y a mi alrededor capto cierta inconformidad de cubanos amantes del deporte. Uno aprecia que esperaban más de nuestra delegación en estos tres primeros días de competencias. No me parece que tengan razón (al menos 100%). A mi modo de ver solo se ha escapado una medalla. Ocurrió en el judo. ¿Habrá ahora nerviosismo sobre los tatamis y alrededor de ellos? No hay motivos. Pero tampoco lo descarto…
Es necesario comenzar recapitulando, aunque sea de forma breve, sobre la aparente presea que se esfumó. Dayaris Mestre (división de los 48 kilogramos) logró de entrada tres victorias consecutivas, la última de ellas contra la brasileña Sarah Menezes, campeona olímpica en Londres 2012.
Necesitaba una victoria en uno de los dos combates siguientes para terminar en el podio. No pudo primero contra la sudcoreana Bokyeong Jeong (a la postre subcampeona), quien la venció por tercera vez en 2016, ni tampoco con la kazaja Otgontsetseg Galbadrakh, con quien tenía dos victorias y dos derrotas (las dos últimas este año). Mestre llegó a tener ventaja de dos pasividades, pero no pudo impedir que Galbadrakh lograra incluso un Ippón.
Unos renglones atrás escribí que no había razones para que hubiera nerviosismo entre la familia cubana del judo, entre otras razones porque no han competido todavía las tres figuras que considero con más posibilidades. Pero sí me parece que a Mestre le afectó la PRESIÓN (sí, es prima hermana del NERVIOSISMO).
Y no descubro ahora el agua tibia si recuerdo que es precisamente la presión un mal viejo en nuestros deportistas, que ojalá, aunque no lo creo, desaparezca en Río 2016 para los criollos no solo de los tatamis, sino de todos los escenarios de competencias.
ESPERANDO…
Este lunes el segundo de nuestros representantes en vestir judogui fue Magdiel Estrada (73), quien en realidad compitió a su nivel. En el debut vino de abajo y se impuso por wazari al checo Jaromir Jezek. Luego, mala suerte en el sorteo, le tocó el georgiano Lasha Shavdatuashvili, campeón olímpico en Londres 2012. Y la tarea quedó pendiente para otro momento: cedió por Ippón.
Hoy martes saldrán a intentar hacer sus tareas lo mejor posible dos de nuestras figuras. Una es Maricet Espinosa (63), quien me dijo en La Habana semanas atrás que se ha preparado para llegar a medalla en Río 2016. El otro es Iván Silva (81), e irá por un camino muy difícil.
¿Y el resto de la comitiva? El miércoles lo hará Asley González (90), subcampeón olímpico en Londres 2012, monarca mundial precisamente en Río 2013. Hay que ver ya en esta “hora cero” como regresa de una lesión en el hombro. Sí, debemos enfocarle los reflectores.
Un día más tarde, el jueves, tendremos a Yalennis Castillo (78) y José Armenteros (100), con presencia ya frecuente en algunos podios importantes. Sí, le enfocaré los reflectores. El viernes llegará la bajada del telón, con Idalys Ortiz (más de 78), campeona olímpica de Londres 2012, mundial de Río 2013, así como de Cheliábinsk 2014. Lo hará también Alex García (más de 100). ¿Hace falta escribir que es obligado enfocar los reflectores hacia Idalys Ortiz? No lo era, pero quise puntualizarlo.
Quiere decir todo lo anterior, como escribimos en algún momento, que las tres mejores figuras todavía no han competido. No se olvida lo que dijo días atrás en la Ciudad Maravillosa el rumano Marius Vizer, presidente de la Federación Internacional de Judo: “Espero ver a Cuba en el podio de nuestro deporte en estos Juegos”.
Es oportuno recordar que los judocas cubanos se encuentran en un muy destacado sexto lugar de la tabla de medallas histórica en Juegos Olímpicos, con 6 de oro-13 de plata-16 de bronce= total de 35. Y esas cifras, si logramos controlar el NERVIOSISMO, y la PRESIÓN, deben aumentar ahora en Río 2016.
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