Ora por sus gambetas, goles y asistencias, el crack argentino del club Barcelona español, Lionel Messi, siempre ha sido –y será, sin duda alguna-, dueño de cuanto cintillo periodístico aflore en el mundo mediático relacionado directamente con el fútbol.
Todo eso es normal en un jugador con un arsenal técnico-táctico tan exquisito y (casi) fuera de los "límites humanos" como el del delantero rosarino, por demás, figura en la cual basan sus respectivos ataques tanto la selección nacional albiceleste –con la cual aún no ha conseguido nada- y el club catalán, al que sí le ha aportado una enorme cantidad de títulos para sus vitrinas.
Sin embargo, por estos días, la "Pulga" no ha llamado la atención al mundo por su toque al balón y sí por una "nueva" faceta que, en lo particular, espero logre solventar: las llamadas indisciplinas en la cancha, que le han costado serias sanciones.
Insólito ha sido que, en sus dos últimos partidos como profesional, el dueño de cinco Balones de Oro había sido penalizado severamente por los árbitros, antes de alinear nuevamente este miércoles con el Barcelona, que goleó 3-0 al Sevilla, en la Liga BBVA, con par de disparos de Messi y otro de Luis Suárez.
A saber, en el juego de la Liga Española que enfrentó al Barcelona contra el Valencia, el pasado 19 de marzo, a Messi le mostraron la quinta tarjeta amarilla por intentar obstruir el saque del portero rival. Y su equipo no pudo contar luego con él para el duelo ante el Granada.
Y el pasado día 28 de marzo, en el enfrentamiento entre la selección de Argentina y Chile por las eliminatorias mundialistas, insultó al juez de línea Marcelo Vangasse. Por esa acción, la FIFA le pidió una sanción de cuatro partidos, algo que pienso, fue demasiado fuerte para un jugador del calibre de Messi.
Pero ofensa o no, lo cierto es que Argentina ya mostró en más de una ocasión que padece de una letal Messi-dependencia. El siguiente juego contra Bolivia, en La Paz, no fue la excepción y cayeron 0-2, por lo cual ahora ocupan la quinta plaza de Conmebol, con 22 puntos, en pos de un cupo para la Copa del Mundo Rusia 2018.
Lionel Messi había sido suspendido sólo una vez a lo largo de toda su carrera, el día en que debutó con la selección argentina.
Eso fue el 17 de agosto de 2005, bajo la égida del técnico José Pékerman. En ese duelo, "La Pulga" era suplente y al minuto 63 de un encuentro amistoso ante Hungría entró a remplazar a Lisandro López.
Pero la alegría sólo le duró 47 segundos. Fue expulsado después de un forcejeo con el defensor VilmosVanczák. Según el árbitro MarkisMerk, Messi había dado un codazo a su rival.
¿CÓMO JUEGA ARGENTINA SIN MESSI?
Hasta el momento, el cuadro comandado por el técnico Patón Bauza ha efectuado 14 juegos en las eliminatorias de Sudámerica y Messi ha intervenido solamente en seis, pues estuvo lesionado en los comienzos del torneo.
Lo cierto es que con él, presenta balance de cinco victorias y una derrota, para un 83% de efectividad, merced a nueve goles favorables y cuatro en contra. Sin su pequeño talismán, la albiceleste es una pena: un triunfo, cuatro empates y tres fracasos, para un 33%, con seis dianas marcadas y ocho recibidas.
Messi no pudo jugar frente a Bolivia y los argentinos cayeron 0-2 en La Paz. Pero tampoco podrá medirse a Uruguay (31 de agosto), a Venezuela (5 de septiembre) y a Perú (5 de octubre). Solo podrá jugar la última jornada de clasificación frente a Ecuador el próximo 10 de octubre.
Esta caótica situación con Messi, ha puesto en tensión a todos los hinchas argentinos, que sueñan con otra clasificación mundialistas y saben que, sin el 10 de Rosario, podrían quedar fuera. ¿Qué me dicen?
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