Nadie podrá calcular nunca cuándo Leonides Regueiferos (“El Moro”) olvidará el desenlace de aquel cotejo frente a Rusia, en pos de la semifinal de los XXXI Juegos de la Era Moderna celebrado en la playa brasileña de Copacabana. Porque aquella ventaja de tres puntos, perdida en el tie break, adquiere el rango de acontecimiento único; y tarda en desaparecer del recuerdo del individuo, porque lo marcan severamente.
“Aquel suceso es importante para cualquier entrenador. Estuve a dos minutos de ser uno de los cuatro grandes de aquella competencia; y de alcanzar una altura desconocida aún por nuestra federación en el escenario de nuestra modalidad. Debuté bien en los JJ.OO. Quedé próximo (quinto) al podio de premiaciones. Los pronósticos notificaban que terminaríamos en el escaño 16. La experiencia de Río es superior a otras disfrutadas en mi trayectoria laboral”, dijo el estratega.
“En la cita cumbre del deporte enseñamos carácter y un temple superior al exhibido en el campeonato mundial de Holanda 2015, donde logramos el noveno puesto. Ese comportamiento, a veces, es inapropiado para jugadores con poca experiencia en el máximo nivel por la inasistencia al tour mundial. Aconteció, entre otros factores, porque en la tercera campaña del ciclo descubrí la tendencia de América; y les pedí que realizaran el máximo esfuerzo en el Preolímpico de Sonora, México, pues sabía que resultaría muy difícil lograr la visa en Sochi, Rusia, sede del torneo de repechaje. En la urbe azteca jugamos de maravilla. Desde esas jornadas fuimos más equipo en toda la extensión de la palabra”.
”Ahora, la meta es clasificar para el mundial que acogerá Austria del 28 de julio al 6 de agosto. Es un objetivo serio porque ello propiciaría la participación de otro binomio del país en ese evento. Podemos enfrentar aquél nivel desde el punto de vista físico, pero es importante crecer en el indicador técnico-táctico. Ya aprendimos, tuvimos una experiencia dolorosa de su importancia. En lo adelante, quien desee arrancarnos una ventaja como aquella será internado en una sala de terapia intensiva, porque, no obstante su pericia, no conseguirá el objetivo”, dijo “El Moro”.
”La participación de otro dúo presupone desarrollo. Sergio y Nivaldo están de acuerdo con esa planificación, así como con la exigencia de lograr una medalla mundial y otra en los Juegos Olímpicos de Tokío 2020.
”Ante todo debemos estudiar las características de los eventos. Pueden aparecer nuevos contrincantes. Esa filosofía de trabajo posibilitará divulgar vaticinios responsables. Recuerdo que los primeros equipos ranqueados en Londres son diferentes a los de Río. Espero que en Austria suceda algo parecido a lo visto en el torneo de aquella ciudad brasileña. Y nosotros ser uno de los protagonistas de ese cambio”, confesó el técnico.
EXPERIENCIAS
El objetivo mundialista de Leonides no es un farolazo, como suele decirse. Él figura entre los técnicos que revierten las situaciones adversas. Durante varios cuatrienios del pasado siglo entrenó a las duplas conformadas por Dalixia Fernández-Tamara Larrea; Imara Estévez-Milagros Crespo. Y casi siempre ellas finalizaban entre las primeras de las mangas correspondientes al tour mundial.
El nuevo empeño tiene un antecedente: “En 2005 me disgustó el resultado de ellas en una parada de esa competencia y, tras escuchar sus explicaciones y razones, les ratifiqué que mi aspiración básica era que siempre terminaran entre los destacadas. Aproveché para indicarles el crecimiento de los volúmenes de trabajo en cada jornada de entrenamiento.
”Después asistí con Imara y Milagros a la cita de San Petersburgo, Rusia, y finalizamos en el quinto lugar porque cedimos ante las brasileñas Shelda y Adriana. Tan pronto llegamos al hotel les dije: “Primera y última vez. Esta situación no puede repetirse. Luego analicé con ellas los errores y desapareció la cuenta positiva de las sudamericanas contra nosotros.
”La experiencia de Río también es inolvidable y marca tanto a jugadores como a directores técnicos. La nueva planificación de los entrenamientos, entre otros factores, está encaminada hacia la disminución de los errores para, así, alcanzar un rendimiento que provoque la desilusión, el descontento en el adversario como lo hacían Imara y Milagros”, aseveró el técnico.
“El Moro” es un técnico que acude frecuentemente a diversos cursos pedagógicos. Por eso es común que en un intercambio les transmita a sus alumnos opiniones de esta naturaleza: “Lo importante no es olvidar, sino saber recordar. El éxito de tu vida depende de tu decisión y elección”.
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