Si hubiera habido una encuesta, me atrevería a decir que ni los mismos mexicanos, los más hinchas de ellos, los «barra brava» si los hubiera, hubiesen presagiado lo que sucedió este sábado en la cancha 19 de Noviembre, de Pinar del Río: México derrotó en sets corridos a los anfitriones (25-17, 25-23 y 25-23), en la segunda fecha del último torneo clasificatorio para el Mundial de Italia-Bulgaria 2018.
Con una victoria, por la vía que fuese, los insulares aseguraban uno de los dos boletos que ofrece este certamen. Parecía que iba a ser un triunfo local sin contratiempos, después que el viernes los aztecas cayeran por 3-0 ante Puerto Rico.
Sin embargo, Cuba jugó horrible. Así, sin medias tintas. No se puede justificar lo injustificable. Y ahora el pasaje a la cita universal del año próximo pende un de hilo muy fino. Finísimo, diría yo.
En el duelo dominical, los nuestros están obligados a ganarles por 3-0 a Puerto Rico, pues lo más probable es que México doblegue al débil Guatemala en apenas tres parciales. Pero ni siquiera un triunfo con esa contundencia asegura per se el pasaje cubano. Hay que sacar cuentas, para ver a quiénes les tocan los cupos. Más enredado no puede estar el panorama.
Un fracaso en el intento de garantizar la presencia en el Mundial sería un duro golpe para una hornada de muchachos que necesita de seguir jugando al más alto nivel posible para evitar caídas estrepitosas como la este sábado ante su propia afición.
Jorge Miguel Azair, entrenador de México, declaró a la prensa acreditada en el torneo que «ahora sí puedo decir que nos mató frente a Puerto Rico la llegada tarde de mis muchachos que juegan en el extranjero, hoy más descansados y adaptados, lo hicieron excelente».
«Sabíamos que Cuba es un equipo muy difícil, pero nunca perdimos la fe, ahora no quiero pensar en mañana, solo que mi equipo juegue, gane y que pase lo que sea».
Mientras el director técnico local, Nicolás Vives, reconoció que su elenco no jugó bien, «hubo mucha desesperación, tácticamente tampoco supimos hacerlo en los momentos claves y perdimos, pero mañana vamos a salir a darlo todo en el terreno para clasificar, ese es nuestro principal objetivo».
La joven formación cubana, varios de los cuales ficharon esta temporada con clubes foráneos, y cuya mayoría ha tenido una exitosa campaña internacional este año, con medallas de plata en la cita del orbe para menores de 21 años y bronce en similar certamen pero en la categoría sub-23, salía como favorito para agenciarse el pasaje mundialista y dominar sin contratiempos esta competencia regional.
Pese a lo adverso de la situación, tienen potencialidades para devolverle a nuestro país el prestigio que tuvo en el concierto mundial de este espectacular deporte. Pero eso hay que ratificarlo sobre el mondoflex. Quedan oportunidades para inscribir el nombre de Cuba entre los 24 del Mundial.
De no lograr ese resultado, lo más probable es que tampoco haya argumentos de peso para defender el retorno de la escuadra nacional a la venidera Liga Mundial.
Sería frustrante un descalabro así, pues luego de una cadena de fracasos y hechos lamentables que influyeron en el desmantelamiento de un elenco que despuntaba el año pasado para empeños mayores, la dirección del voleibol cubano no se cruzó de brazos y diseñó una estrategia para la recuperación.
Se vislumbran jugadores que ya han deslumbrado a cazatalentos extranjeros, interesados en contratarlos legalmente bajo el amparo de la Federación Cubana de Voleibol, para diferentes ligas profesionales.
Esa experiencia en circuitos de mayor calidad técnico-táctica contribuirá a su crecimiento deportivo y al propósito supremo de nuestro país, pues la afición cubana está ávida de repletar el Coliseo de la Ciudad Deportiva para disfrutar de juegos de altos quilates.
A la cita mundial acudirán 24 equipos y solo faltan los dos pasajes que se definen en Pinar del Río. La distribución por regiones es la siguiente: diez equipos de Europa, los anfitriones y otros ocho (Polonia, Francia, Holanda, Eslovenia, Rusia, Serbia, Finlandia y Bélgica), cuatro de Asia (Irán, China, Japón y Australia), tres de África (Túnez, Egipto y Camerún), dos de Sudamérica (Brasil y Argentina) y cinco de Norceca (Estados Unidos, República Dominicana, Canadá y la lista se completa aquí).
En la nómina actual, en la que aparecen con más experiencia Liván Osoria y Javier Jiménez, están los jovencitos Miguel David Gutiérrez, Miguel Ángel López, Osniel Melgarejo, Javier Concepción, y un bisoño que ya está sacando las uñas y pinta para ser un fuera de serie, Marlon Yang Herrera (hijo de una talentosa jugadora de baloncesto de la selección nacional, Grisell Herrera).
CUBA EN MUNDIALES
Históricamente, Cuba acumula dos medallas de plata (1990 y 2010) y dos de bronce (1978 y 1998) en citas globales. En la última edición, en 2014, los insulares quedaron en el puesto 11, abrazados con Argentina.
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