Atónitos y pletóricos de placer. Así se mostraron los turistas hospedados en el Hotel Roc Barlovento, en el bello balneario de Varadero, sede de otra excepcional demostración –como son casi todas-, del “incombustible” dominador del balón Erick Hernández, quien se ríe a mandíbula batiente de sus 52 años.
Para beneplácito de los presentes –incluidos los seguidores de estas modalidades en la Isla-, y a ritmo de Van Van por la música que escogió, el bien llamado Dominador capitalino mantuvo controlada la esférica durante 1: 02.05 horas.
Así, superó el tiempo de 1:00.59 horas, que había estampado como récord del orbe el pasado 26 de octubre del 2018, en el capitalino Hotel Iberostar Parque Central.
Realmente, trabajé muy fuerte el esternocleidomastoideo, un músculo que sufre mucho en estos intentos con la cabeza. También trabajé las carreras de largo aliento a más de 10 kilómetros, y fortalecí todos los planos musculares desde el cuello hasta los gemelos, pasando por el cuádriceps y el bíceps femoral, así como los abdominales, la espalda alta y la baja, expresó Erick a Cubahora tras finalizar la agotadora prueba. Yo, que he seguido la trayectoria de Erick durante muchos años, jamás lo había visto tan complicado para culminar una prueba, pues la pelota estuvo varias veces fuera de la aparente línea vertical que describe cuando todo marcha bien. Sudaba en demasía y su preparador físico debió emplear toallas para ir secando el sudor que se derramaba por los laterales de su cuerpo, algo que pudo haber dado al traste con el intento. No solo me afectaron el clímax y la humedad relativa existentes, que me hicieron sudar mucho. Realmente, pienso que necesité una mayor aclimatación, pues en aras de sacar mis intentos por primera vez de mi hábitat en La Habana, apenas me compenetré con el escenario, que tenía un tabloncillo jamás empleado en estas pruebas, y un techo de color negro que me dislocó bastante, comentó.
El dominio del balón tiene un 50 por ciento de preparación física y otro 50 por ciento de preparación sicológica. Yo me preparé muy bien y por eso pude terminar la prueba, pues fallé bastante dado el tema de la aclimatación. Mi próximo intento será dominar la pelota con los muslos, con un peso de 1.5 kilogramos en cada tobillo, aseveró Erick.
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