jueves, 25 de abril de 2024

Cuando los Centroamericanos vinieron a Cuba (I)

Los Juegos Centroamericanos y del Caribe se han celebrado en dos ocasiones en Cuba. Ofrecemos un repaso de la primera de estas...

Rafael Norberto Pérez Valdés en Exclusivo 23/11/2014
0 comentarios

En estos días acaparan la atención los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Veracruz, México (14 al 30 de noviembre). Pero quizás sea oportuno recordar que dos veces se han efectuado en La Habana, Cuba: en 1930 y 1982.

La de 1930, que todavía no abarcaba a la región del Caribe, resultó la segunda edición de estas citas, surgidas en Ciudad de México 1926. Y cuando pensamos en ella enseguida nos envuelve el deseo de llegarnos hasta el librero del pasillo y buscar lo escrito por Pablo de la Torriente Brau.

Él, como se recuerda, fue un líder revolucionario, intelectual, mejor cronista de su época, herido en las manifestaciones del 30 de septiembre de 1930. Fue corresponsal y jefe político de un batallón en la Guerra Civil Española, en la cual falleció en combate en Majadahonda, el 19 de diciembre de 1936.

Pues bien, el gran cronista nos enseñó o recordó que hay imaginativos recursos que se pueden utilizar en el periodismo…

“En la ciudad de La Habana, bajo el sol de la tarde del 15 de marzo de 1930, dieron comienzo las competencias olímpicas, justamente, cuando un negrito simpático, de menos años que la suma de mis dedos mecanográficos, con una blusa más blanca que su sonrisa ancha, se sentó a mi lado con la magnífica autoridad de quien se ha colado en el espectáculo (…)”.

En los escenarios de competencia se reunieron 596 competidores en representación de nueve países, lo que significó un crecimiento notable en comparación con la justa primera, a la cual asistieron 271 exponentes de solo tres naciones: la propia México (25 de oro), Cuba (14) y Guatemala (0).

ENTRETELONES…

La Habana 1930 se desarrolló, como ya se dijo, a partir del 15 de marzo, duró hasta el 5 de abril, y un poco antes los cruceros Cuba y Patria, pertenecientes a la Marina de Guerra, partieron con la tarea de recoger en los puntos acordados a la mayoría de los participantes. Los representantes de México viajaron en el vapor Coahuila. Y los de Puerto Rico fueron los únicos que utilizaron la aviación. Así llegaron al escenario de las porfías.

Los de casa, como era de esperar, presentaron la delegación más numerosa (237), seguidos de los mexicanos (139), según consta también en el libro “Los juegos regionales más antiguos. Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe”, del colega Enrique Montesinos.

Y también era de esperar que los criollos dominaran en varios deportes, como atletismo, béisbol, fútbol, esgrima, tenis, natación y tiro. Los mexicanos mantuvieron su dominio en baloncesto y clavados, lo conquistaron en voleibol, el cual, al igual que el fútbol, debutaba en el programa de los juegos.

Entre los aspectos más interesantes se encuentran los siguientes:

Los baloncestistas de México y Cuba terminaron empatados con cinco victorias y un revés, lo cual obligó a un juego adicional de desempate. El triunfo correspondió a los visitantes, 22-15.

En el béisbol la corona perteneció a los de casa, ante seis rivales, pero el éxito no pudo ser de manera invicta, pues el mexicano Fernando Barradas lanzó para cuatro hits, y su equipo ganó 2-1.

OTRAS CURIOSIDADES

Y resultó un panameño el rey del deporte rey, el atletismo, pues Reginald Bedford dominó los 200 y 400 metros planos, y obtuvo bronce en 100 y 4x100.

En la esgrima compitió nuestro multimedallista olímpico Ramón Fonst, ya con 47 años de edad, quien había ganado tres medallas en México 1926. En La Habana 1930 ganó también en florete y espada sin recibir un solo toque en 21 asaltos ganados. Y en el sable archivaba cinco éxitos consecutivos, todos con demoledor marcador de 5-0, cuando una lesión en un tobillo le impidió seguir en acción.

Pablo de la Torriente Brau describió así, lleno de fantasía, el desempeño de Ramón Fonst…

"D´Artagnan, con mucha finura a Cyrano y a Lagardere:

—Compañeros, ¿no les parece que aquí estamos de más?
—Sí, vámonos, para no hacer el ridículo. A ese hombre no lo toca ni el aire…

Y se fueron, con sus espadas sonoras, sus bigotes atrevidos, y sus sombreros plumados, los tres grandes héroes de mi adolescencia, abochornados ante el triunfo incomparable del glorioso campeón de Cuba".

La Habana 1930 contribuyó a la consolidación de la cita regional, a un crecimiento, a que no existiera un patinazo luego de la edición inicial y todavía muy incompleta de México 1926. Pero, como escribimos al inicio, La Habana también fue sede en 1982. Y a ella le dedicaremos en breve nuestra atención.


Compartir

Rafael Norberto Pérez Valdés


Deja tu comentario

Condición de protección de datos