sábado, 27 de julio de 2024

Confucio… ¡La Habana 1991!

Recordando un momento crucial del deporte en Cuba: los Juegos Panamericanos de La Habana 1991...

Rafael Norberto Pérez Valdés en Exclusivo 21/09/2016
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“Si cometes un error y no lo corriges, a eso se le llama error”. Esa frase de Confucio, el muy conocido pensador chino, se nos convierte ahora en una especie de salvavidas. Y es que el periodismo, como se sabe, persigue los aniversarios redondos. Pero… los espectaculares Juegos Olímpicos de Río 2016 (incluidos sus ecos), y después los Paralímpicos, junto a otras noticias en el trayecto, nos llevaron a olvidarnos de uno muy trascendental que cumplió 25 años: ¡los Juegos Panamericanos de La Habana 1991! Los habíamos tenido presente antes en varios momentos, pero a la hora cero se nos escaparon.

Hay tres motivos muy sólidos para apoyarnos en Confucio, pese a que no haya estado en ellos (no podía: murió en el año 479 antes de nuestra era)…

Uno: Es el evento deportivo más importante celebrado en nuestro país.

Dos: Cuba realizó la hazaña de desplazar en la tabla de medallas a Estados Unidos, apuntalada por una extraordinaria cosecha de 140 de oro (diez más que las del poderoso rival que logró desplazar). Hasta ese momento, y no se ha repetido, solo Argentina, también como sede, había podido terminar por encima de esa nación. En coronas quedaron 46 por 68.

Tres: Un impulso final para sentarme a escribir lo tuve hace unas dos o tres noches gracias a la televisión, en la serie 90 Razones (por el cumpleaños de Fidel). La pequeña pantalla trajo imágenes de cuando el Líder de la Revolución dejó inaugurada la cita. Y lo hizo, de acuerdo al estilo tradicional para el caso, quizás en la intervención pública más corta de toda su vida.

LOS MEJORES

Hablando de intervenciones: el ya fallecido mexicano Mario Vázquez Raña, entonces presidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), los calificó en ese momento como “los mejores Juegos Panamericanos de la historia”.

La verdad es que fueron toda una fiesta (celebrada del 2 al 18 de agosto), en la que el pueblo había puesto antes su granito de arena con el apoyo en las labores constructivas…

Una confesión personal antes de seguir tecleando. Se trató de mi primer gran evento como periodista. Es notorio que me apasiona, y por eso no es la primera vez que escribo de La Habana 1991.

Y es bueno recordar un concepto: no pensamos que se vivió exactamente una superioridad del deporte cubano sobre el norteño. Hay otras lecturas más ajustadas a la realidad: una de ellas es que al muy fuerte deporte cubano de aquel momento, en los albores incluso del Periodo Especial, no se le podía ganar enviando en algunas disciplinas a segundas o terceras figuras.

No decimos tampoco que a la delegación visitante le faltó un alto nivel. Lo explicaron los propios directivos estadounidenses…

¿QUÉ DIJERON?

Robert Helmick, presidente del Comité Olímpico de Estados Unidos: “Estamos muy satisfechos con nuestra participación aquí. Trajimos la delegación más numerosa. Aspirábamos a traer equipos en todos los deportes y también lo hicimos, por ello esperábamos tener el mayor número de medallas. Felicitamos a Cuba por las preseas alcanzadas, y por el éxito de los juegos, que también consideramos exitosos para la delegación norteamericana”.

La ex atleta Evie Dennis, jefa de la delegación, se declaró satisfecha por el resultado obtenido por su país y negó que el elenco fuera de segunda clase: “Creo que los atletas han trabajado bien. He viajado con muchos equipos y este probablemente sea uno de los mejores”.

Los directivos indicaron que en atletismo, natación, gimnasia femenina, boxeo y baloncesto, es cierto que no pudieron traer a sus mejores atletas. Pero en otros como fútbol, hockey, béisbol, polo acuático y en ciertas especialidades en campo y pista, particularmente femeninas, vinieron atletas bien preparados.

COMERSE LAS UÑAS

El suspense tuvo su definición, claro está, el mismísimo 18 de agosto de 1991, día en el cual cayó el telón.

Aquella jornada del cierre resultó espectacular: los de casa conquistaron 17 coronas (11 de las 12 en el boxeo), cuatro de cinco en la gimnasia rítmica, y las dos del voleibol.

¿Lo acumulado por los dos países que disputaron la cima? Los de casa llegaron a 140 preseas de oro-62 de plata-63 de bronce= 265 en el total, en tanto los del norte a 130-125-97=352.

En La Habana 1991 hubo récords de países (39) y de participantes (4 519). Los duelos ocurrieron en 31 deportes oficiales y uno de exhibición (pelota vasca). El número de eventos resultó de 349. Y la cantidad de medallas de oro 357 (incluyendo empates).

Los impetuosos anfitriones dominaron en el atletismo (18 coronas de las 43 en juego), boxeo (¡11 de 12!), canotaje (10 de 13), esgrima (7 de 10), gimnasia artística (9 de 17), gimnasia rítmica (5 de 7), judo (11 de 18), pesas (¡29 de 30!), remos (9 de 20) y taekwondo (3 de 8).

En el ciclismo, estadounidenses y cubanos archivaron 3 de 12.

Hubo control de los norteamericanos en clavados (5 de 6), natación (24 de 32), tiro (24 de 38), tiro con arco (¡12 de 12!). Los de casa sonrieron en cinco deportes colectivos: balonmano masculino, béisbol y voleibol en uno y otro sexos (la del masculino redondeó el total definitivo de 140), y polo acuático masculino, al vencer en la final a un equipo estadounidense que semanas antes había ganado la Copa del Mundo. Sus rivales más serios resultaron felices en dos: fútbol y softbol femenino.

La cifra de deportistas traídos por esa delegación visitante fue de 656, exactamente diez más que los presentados por la Isla (646).

ALGO MÁS

Un dato revelador: las deportistas cubanas conquistaron más coronas que un país del desarrollo económico de. ¡Canadá! (28 por 22). Quiere decir que sin la ayuda de los varones se hubieran colocado segundas (detrás de Estados Unidos).

En el capítulo de los más destacados se deben mencionar a la corredora Ana Fidelia Quirot (tres de oro con igual cantidad de récords), el remero Ismael Carbonell (cuartos Juegos consecutivos ganando medallas), el tirador Jorge Félix Ríos y el kayacista Ángel Pérez (ambos con 4-1-0).

Otro recordatorio: el propio Comandante en Jefe no solo le prestó un gran apoyo a la realización de la justa: estuvo presente en la inauguración y la clausura, así como en diversas instalaciones.

Quiero terminar utilizando el sentido figurado. Le pido disculpas por el olvido a los XI Juegos Panamericanos La Habana 1991. Y le doy las gracias a Confucio por su frase salvadora: “Si cometes un error y no lo corriges, a eso se le llama error


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Rafael Norberto Pérez Valdés


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