“¿Yipsi?, Yipsi es un experimento”, dice Mercedes González y ríe, mientras le acoplamos la “balita”. Se refiere a su hija, a Yipsi Moreno González, la gran martillista cubana, de las más consistentes del mundo y, para nosotros, la mejor de todos los tiempos, que, sentada a su lado ríe también, de la ocurrencia de su santa madre.
“No se rían”, enfatiza y se vuelve hacia su hija. “Esa que ustedes ven ahí es un experimento. Imagínense que mi embarazo lo tomaron para hacer un estudio clínico. Los doctores iban a chequearme todas las semanas con el objetivo de estudiar la placenta y me daban muchas vitaminas…
”Vitamina C, déjame aclararlo, no vaya a ser que el día que este proyecto vea la luz, lo interpreten como dopaje”, ríe otra vez, y pide pista. Tiene muchas cosas que decir. Ha sido motor impulsor y factor decisivo en el éxito deportivo de la más pequeña de sus dos niñas.
“Esta niña irradiaba alegría desde el mismo día que vino al mundo. Era muy alegre y fuerte, lograba imponerse.
”Desde muy pequeña me decía que algún día iba a salir por la televisión. En ese momento yo no veía la manera de que ella pudiera llegar a cumplir ese sueño, pero nunca le corté esa inspiración.
”Era una niña hiperactiva y muy ocurrente; inquieta, traviesa. Cada vez que yo iba a la escuela me daban quejas porque se peleaba con sus compañeros de clase. Me tocó hablarle mucho, tratar de hacerle entender que tenía que concentrarse en los estudios porque de ello dependería su futuro y el de su familia”.
En su camino se cruzó el deporte. Allí llegó gracias a la estructura de desarrollo deportivo de nuestro país; donde los profesores de las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE) recorren escuelas y barrios en busca de nuevos talentos.
“A Yipsi le vieron condiciones y la llevaron a la pista del Casino Campestre allá en Camagüey para probarla en varias especialidades del atletismo. En velocidad no ganó, terminó en el segundo lugar porque le había dado un dolor en el abdomen o se le había caído un zapato, no sé, el caso es que había tenido que aflojar en los últimos metros de la carrera”, recuerda Mercedes.
Ese día, en la primera prueba competitiva de su vida, a Yipsi Moreno la venció Misleidis, una niña más pequeña que ella. Y con el resultado, inició la labor de Mercedes como guía de su pequeña en un mundo que poco después la acogería para posicionarla entre las excepcionales.
Recuerda haberle dicho: “Yipsi, no te da pena que una niña tan chiquitica te haya ganado. Tú tienes que salir adelante, en lo que decidas, porque somos humildes, pero tenemos que prepararnos en la vida y echar para adelante siempre”.
Un cuarto de siglo después piensa que tal vez fueron palabras un poco duras para una niña de diez años, pero lo cierto es que devinieron en frases exactas para sentar las bases de una estirpe competitiva y ganadora.
“Me miró apenada y me dijo que al día siguiente había otra competencia. Sin saber nada de atletismo empecé a darle algunos consejos de cara a ese evento. No se sí las lecciones dieron resultado, pero mi niñita regresó a la casa con el primer lugar”.
Con la victoria, Yipsi crea expectativas entre los profesores y el preparador Argelio Flores, tunero de nacimiento, la capta oficialmente para la EIDE; detonando un verdadero drama familiar.
“Yo no quería que se becara, era mi niñita pequeña y tenía mucho miedo a que le fuese a pasar algo. Pero, ella quería y si una cosa ha sido siempre, es obstinada”, rememora Mercedes.
“Mi posición siempre fue la misma, yo estaba decidida, quería ir para la EIDE”, argumenta Yipsi que toma partido en la conversación a la vez que hace el intento de “limpiar” su imagen en algunos de esos pasajes de su niñez que ha compartido su madre, pero Mercedes la detiene con la autoridad característica de una madre cuando, con todo el orgullo del mundo, se dedica a recordar las andanzas de sus hijos. Y Yipsi lo asume, a fin de cuentas, se trata de una etapa que le pertenece y la remembranza ha de respetar la visión de quien tuvo la total responsabilidad de educarla y cimentar la actitud que ha caracterizado su paso por la vida.
“Lo dije con sinceridad, no era por llevarle “la contraria” a mi mamá, lo hice porque el deporte me llamaba mucho la atención y el atletismo, que era para lo que me estaban captando, me gustaba. Tampoco voy a negar que la idea de estar becada me asustaba, pero sentía una fuerte inclinación por el deporte y eso me impulsó a tomar la decisión”, agrega la multicampeona del orbe.
Decisión que trajo consigo disímiles sacrificios, pero también le permitió convertirse en una de las mejores atletas de nuestra isla. El resultado de su determinación descansa hoy en una extensa hoja de servicios en la que destacan tres títulos mundiales consecutivos (Edmonton ´01, Paris ´03 y Helsinki ´05), dos subtítulos olímpicos (Atenas ´04 y Beijing ´08), el subtítulo mundial de Osaka ´07 y tres coronas en Juegos Panamericanos. Un expediente que tiene muchas opciones de enriquecerse conforme avancen los procesos asociados a los exámenes que poco a poco se le han ido practicando de forma retroactiva a las muestras almacenadas de sus rivales. Toda vez que las violaciones del código antidopaje, lastimosamente, ha sido un flagelo omnipresente en las especialidades de lanzamientos.
Al decir de su madre, “Yipsi es una persona muy objetiva y siempre tuvo claro lo que quería en la vida. Incluso, cuando otras personas dudaron que pudiera llegar a la élite del deporte, ella les demostró que había venido a la vida para hacer grandes cosas dentro de su profesión.
”La familia está muy orgullosa de ella porque cumplió sus metas y para nosotros es un privilegio tener en casa a una campeona en todos los aspectos, no solo en el deporte sino en la vida, ya que es una excelente hija, madre, esposa y amiga.
”Al paso del tiempo, rememorando esos momentos, me vienen a la mente muchos recuerdos de Yipsi que corroboran todo lo que he dicho hasta ahora. Cosas que poco a poco iremos contando.
”Lo cierto es que ella tenía claro lo que quería desde el primer momento y nunca dejó de luchar por ese objetivo.
”No soy como esas personas que se ciegan por la pasión. Soy consciente de que todas las atletas se preparan con el objetivo de vencer. Ella ha conseguido resultados importantes, aunque no siempre haya podido ganar.
”Ella también es consciente de todo lo que ha hecho y sabe que ha puesto el nombre de Cuba en lo más alto. Tiene la satisfacción de que el Comandante en Jefe Fidel Castro le haya reconocido sus méritos en varios momentos de su carrera y que le haya confesado ser de sus más fieles seguidores. También cuenta con el cariño de la gente, hay que ver como recibe ese amor cuando sale a la calle. Más allá de todas las medallas que ha obtenido, ese pueblo es lo que verdaderamente le llena el pecho”. *
Yipsi Moreno González cumple hoy, 19 de noviembre, 36 años de vida. Sirva este texto como justo homenaje para una de las mejores, si no la mejor, lanzadora de martillo del mundo, y una de las grandes, de las más grandes, deportistas cubanas de todos los tiempos.
Una atleta carismática, entregada y sencilla, que tendrá por siempre un lugar en el corazón de todos los cubanos. Millares de corazones que hizo palpitar en perfecta sincronía con sus movimientos, para gritar junto a ella esas cosas tan cubanas y escoltar el martillo en su laureado vuelo.
Una mujer eterna. Una auténtica cubana que, sin ceder en lo más mínimo en su excepcional calidad como atleta, cuenta con el enorme mérito de ser, una mejor persona.
Felices 36, a la Furia de Agramonte.
* El texto se sustenta en fragmentos de La Furia de Agramonte, un proyecto de libro que contiene pasajes de la vida de la destacada deportista cubana. Se trata de una colección de testimonios inéditos tanto de la atleta como de personas de su entorno cercano, escrito con la idea de convertirse en la primera publicación de corte biográfico sobre la destacada deportista camagüeyana.
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