miércoles, 1 de mayo de 2024

Situación convulsa en Bolivia a días de las elecciones

Conservadores tratan de evitar victoria del MAS de Evo Morales...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 08/10/2020
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Luis Arce-MAS-Bolivia
Luis Arce, exministro de Economía del gobierno de Evo Morales, se perfila como ganador de la presidencia el próximo día 18.

A pocos días de la celebración de elecciones generales en Bolivia, el próximo día 18, un ambiente de inseguridad envuelve al país del altiplano debido a las múltiples maniobras de la derecha interna, que busca evitar, a cualquier costo, el triunfo presidencial de los candidatos del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce y David Choquehuanca.

Arce y Choquehuanca, ambos ministros en los gobiernos del mandatario indígena Evo Morales (2006-2019), quien dejó la jefatura de Estado en noviembre del pasado año luego de un golpe de Estado cívico-militar, ocupan los primeros lugares en la preferencia de votos, lo que, de mantenerse, dará al traste con la continuidad de un régimen de facto aliado a Estados Unidos (EE.UU.).

La última encuesta realizada por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) otorga al binomio formado por Arce, exministro de economía y propuesto a la presidencia, y Choquehunaca, extitular de Relaciones Exteriores como su vice, el mayor porcentaje a favor, seguido por el aspirante Carlos Mesa, del partido Comunidad Ciudadana (CC).

Los resultados de la investigación, a finales de septiembre, revelan que el candidato progresista se impone con una ventaja de 10,4 % a Mesa, quien perdió la presidencia en los comicios del pasado año frente al líder del MAS.

Si los cálculos de CELAG se tornan válidos, Arce obtendrá el 44 %, seguido de Mesa, con 34 %. La ley electoral boliviana indica que el ganador debe obtener el 50 % más uno de las boletas, o el 40 % con 10 % por encima de su más cercano rival para ganar en primera vuelta.

Luis Fernando Camacho, de la Alianza Creemos, jefe de los cívicos de Santa Cruz, y promotor de los actos de violencia en distintos momentos de las administraciones del MAS, aparece en un tercer puesto con el 15,2 % de las intenciones de voto.

Este fue el sexto estudio cuantitativo de CELAG sobre la situación de los tres aspirantes con mayores posibilidades de triunfo el próximo día 18, un año después de que la Organización de Estados Americanos (OEA), siguiendo las instrucciones de EE.UU., cantara fraude electoral, creando un clima favorable al golpe de Estado inmediato. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, dirigió la operación de supuesta estafa en las urnas, lo que con posterioridad fue desmentido por organismos internacionales.

En sus conclusiones, el ente encuestador indicó que “Tres cuartas partes de la población percibe que la situación de crisis económica es extrema y que hay una mayoría en el país que está pasando hambre”, puntualizó. En el contexto de la pandemia de coronavirus “no se registra un temor extendido a acudir a las urnas”. Por el contrario, el 84,7 % de los encuestados “manifiesta que seguramente concurrirá a votar”, expresó.

La Fundación Jubileo (que fue parte activa del golpe de Estado) mostró, considerando solo votos válidos, que Arce posee el 40,3 %; Mesa, 26,2 %; Camacho, 14,4 %; Chi Hyun Chung (Fuerza para la Victoria) 4.4 %; Jorge Quiroga (Lider XXI) 2,8 %; María Baya (ADN) 0.8 % y Feliciano Mamani (Pan-Bol), 0,6 por ciento.

Las cifras demuestran que parece inevitable el triunfo del MAS, lo que desencadenó, desde hace meses, la puesta en práctica de un plan dirigido a evitar la celebración de los comicios o, si se realizan, evitar la victoria del binomio que responde a los intereses de la población del Estado Plurinacional.

La derecha boliviana, siempre manipulada por la embajada estadounidense en La Paz, la capital, impuso a la presidenta de facto Jeanine Áñez, quien renunció a su postulación al obtener solo un 4 % de las intenciones de voto. Esta mujer, que tiene el respaldo de la Fuerza Armada y la Iglesia Católica, ocupó la primera magistratura en medio del caos generado por la imprevista renuncia y salida del país de Morales, Ella juró ser solo mediadora de una transición, pero luego quiso quedarse en el cargo, a pesar del rechazo de la población, en especial la indígena. Se postuló, falló y renunció. En su corto periplo golpista ha nombrado 34 ministros en total, hubo 17 cambios y de su primer gabinete sólo perduran siete. Varios (tres el pasado mes) renunciaron por discrepancias con la antigua senadora.

A pesar de los números que les son favorables, la dupla del MAS tuvo y tiene aún que enfrentar la estrategia de la oligarquía local y de EE.UU., que trata de frenar un nuevo gobierno progresista en América Latina y El Caribe, como los ganadores en México y Argentina, dos naciones claves en la región.

Antes de ser inscriptos en boleta, la dupla progresista ha sido objeto de agresiones políticas, entre ellas, el permiso para poder retornar al país.

Morales, que aspiraba a un escaño en el Senado fue desestimado por el ente electoral e inhabilitado para volver a la política y a su país natal.

Luego vinieron los actos de violencia contra el Movimiento, allanamiento de sus instalaciones, amenazas y atentados a sus militantes. En muchos casos, enfrentamientos directos como el último en una reunión en Cochabamba que fue saboteada con el lanzamiento de una granada. Esto vino acompañado de las acciones legales para anular la personería jurídica del MAS, lo cual resultó un gran fracaso, pero creó un ambiente de incertidumbre y de movilizaciones de organizaciones sociales, sobre todo de pueblos originarios, que se declararon en emergencia.

Acciones terroristas ocurrieron hasta ahora en Potosí, Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y otras ciudades.

Otro eje de conflicto es la anulación de voto en el exterior, sobre todo en Argentina, donde viven cerca de 50 000 bolivianos que hasta el momento no podrán participar debido al auge de la COVID-19 en el vecino país.

Analistas coinciden en que se prevé un escenario de dura confrontación. Hace unos días el ministro de gobierno Arturo Murillo viajó a EE.UU. con una agenda oficial que incluía reuniones con funcionarios de la OEA, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Departamento de Estado.
Murillo, quien, afirman que posee gran influencia sobre Áñez —considerada una ignorante en política—, viajó a Washington en busca de asesoramiento para impedir el posible triunfo del progresismo en Bolivia. Algunas voces indican que aun puede producirse un autogolpe si el oficialismo pierde las elecciones.

Es significativo que aunque en La Paz no hay embajador de EE.UU., luego que Morales lo expulsara del país y la Asamblea Plurinacional Constituyente solo permite retomarlo por un gobierno legítimo, lo que no es el caso, sí quedó un encargado de negocios, ahora una mujer experta en temas electorales en América Latina, y que asesora directamente al Tribunal Supremo Electoral y al Ejecutivo. El poder legislativo está en manos del MAS, con amplia mayoría, y opuesto al régimen de Áñez.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) destacó a su agente Erick Foronda, —quien fue jefe de prensa en la Embajada norteamericana antes de la ruptura de relaciones— como secretario privado de la mandataria. Tiene entre sus funciones habituales asesorar a la Jefa de Estado y redactar sus discursos de gestión. Oficia también como vocero presidencial.

La estrategia de la violencia extrema está sobre la mesa. Generar un caos ficticio pudiera impedir la celebración de los comicios, y es posible que ese sea el plan de EE.UU. con sus actores internos, para culpar al MAS, como hicieron con la voladura de antenas de telecomunicaciones en El Chapare y Santa Cruz (junio y julio pasados), y la incautación de unas 126 000 municiones calibre 22 para preparar, dijo el gobierno, acciones guerrilleras e incendios en la Chiquitanía amazónica, en septiembre último.

El pasado mes hubo reuniones reservadas entre el ministro de Defensa, Julio López; el comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Sergio Orellana; el comandante del Ejército, Rubén Salvatierra y el comandante de División del Chapare, coronel Javier Espinoza Daza.

En estos comicios, suspendidos por Áñez en tres ocasiones, lo que provocó masivas protestas y una alta represión militar, también se renovará la APC, (senadores y diputados y representantes ante Organismos Parlamentarios Supraestatales).

Esta es una campaña diferente, en la que las redes sociales juegan un rol fundamental, debido a que muchos aspirantes desecharon las acostumbradas marchas en las calles y encuentros con sus eventuales seguidores.

En este contexto, Almagro, invitado como observador de la OEA, al igual que la Unión Europea y otros organismos, nuevamente adelantó la posibilidad de desconocer los resultados, si gana el MAS. Almagro tuiteó que el ministro Murillo le transmitió su preocupación sobre la posibilidad de fraude.

Mientras, la COVID-19 sigue cobrando víctimas en el Estado plurinacional de 10 000 000 de habitantes. El manejo inadecuado de la pandemia causó hasta el pasado martes 137 107 contagiados, de los cuales 30 971 están activos, precisó la cartera de Salud Pública. Han fallecido cerca de 10 000 enfermos.

La tasa de desempleo es de 10,6 por ciento (medio millón), en parte causada por la enfermedad, la más alta desde 2016, según el Instituto Nacional de Estadísticas.
Arce, artífice de la prosperidad económica durante el gobierno de Morales, afirmó que quiere revertir los bajos números que ahora muestra ese sector, si gana la presidencia..


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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