domingo, 28 de abril de 2024

Guerra en Ucrania: Suciedad y lascas

La “lógica” ilógica de los destructores...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 07/04/2022
1 comentarios
Guerra en Ucrania-Rusia
El sucio conflicto generado por USA y a OTAN en Ucrania tiene más cola que la que inicialmente imaginaron sus promotores.

Toda guerra implica costos. A los vencidos porque pierden. A los que ganan, porque tienen que abonar también un inevitable precio.

¡Si lo sabrán bien los soviéticos que pagaron entre 27  y 29 millones de muertos para lograr hincar la Bandera Roja de la Oz y el Martillo sobre las ruinas de Berlín en mayo de 1945, y librar al mundo de la peste nazi aupada desde sus orígenes por un permisivo y oportunista Occidente empeñado en la destrucción del revoltoso gigante euroasiático a cuenta de Hitler.

Y a casi setenta y siete años de aquellos episodios, cuando con la desaparición de la URSS y de las “ideologías contrapuestas” parecía llegada la era del eterno devenir capitalista, resulta que el Washington “todo poderoso” y sus maleables  y endebles consortes europeos lo ponen todo de nuevo al fuego.

Y entonces nos damos cuenta a las claras que el meollo del conflicto no es precisamente, para los grandes poderes fácticos Made in USA, el establecer siquiera un orden uniforme y monocromático, sino de que ellos, y solo ellos, deben primar sobre todos los demás y moldear y utilizar al planeta y su gente a su capricho y conveniencia. 

¿Porque acaso podemos hablar con seriedad de una Rusia post soviética reivindicadora del comunismo e interesada en la hostilidad sempiterna con el oeste?

¿Entonces por qué haber mantenido y extendido casi hasta las puertas del Kremlin a una OTAN surgida para “defender al Mundo Libre” del extinto “bolchevismo soviético”? ¿A qué subvertir a Ucrania y con esa nueva herramienta poner a Moscú entre la espada y la pared?

La clave es sencilla. Eurasia, en tanto espacio esencial para el dominio del mundo, no puede ser independiente y no debe albergar autoridades y sociedades potentes que, como las rusas y las chinas, aprecien el respeto al ajeno, la colaboración mutuamente ventajosa, y la valía de la integridad, la autodeterminación y la independencia de todos los pueblos y naciones.

Ni siquiera para tales castas es elogiosa, plausible ni permisible la existencia de una Unión Europea capaz de decidir por sí misma como encaminar el derrotero de sus respectivos miembros.

En todo caso, solo es digerida como lo que es hoy, un coro uniforme y monotemático atento a la señal de allende el océano para llegar incluso a trastocar su economía, ahorcarse energéticamente, y convertirse en carne de cañón de primera línea antes que contrariar al poderoso amo atlantista.

Y no hay que buscar más nada detrás de los bastidores que, lo están demostrando el tiempo y los hechos, no están siendo precisamente un espacio cómodo para sus contratistas.

Y es que si a estas alturas para Washington resultan satisfactorias “victorias” tácticas como el haber acogotado al extremo a la UE, promovido la demonización de Rusia y de Vladimir Putin, rodear a Moscú de sanciones mayúsculas, y agenciarse buena parte del mercado gasífero euro occidental al costo de un ojo de la cara para los consumidores del Viejo Continente, desde el punto de vista estratégico el entramado gringo no parece que sumará ni mucho menos ganancias esenciales… todo lo contrario.

Así, y sin abusar del espacio, vale indicar puntualmente que en este impuesto e indeseado desafío Rusia ha demostrado un potencial militar capaz de derruir toda aventura o provocación bélica en su contra, y ha revelado además sus capacidades de maniobra para sortear y responder a las crudas y multifacéticas sanciones occidentales con golpes contundentes en las áreas económica, energética, financiera, política y diplomática, al punto de provocar serias fisuras, angustias y contradicciones en el campo oponente.

Por demás, Washington y la OTAN, al dorarle la píldora a Ucrania para luego dejarla a su suerte, reiteran que nunca serán socios confiables para nadie por muy servil y obsecuente que resulte.

Del otro lado, el contexto mundial de nuestros días muestra claramente que la unión estratégica de Rusia y China saldrá fortalecida de este lance, y que las políticas hegemonistas ya no son ucases que quiebran espinazos en cadena apenas abandonan los haraposos tronos que las conforman, emiten y demandan…y sí…como no…vivir para ver.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


Eduardo Araujo Faure
 7/4/22 17:41

Bravo por Cuba que acaba de votar en la ONU a favor de Rusia!!

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