jueves, 28 de marzo de 2024

Balas apuntan a elecciones brasileñas (+Audio)

El presidente Jair Bolsonaro, quien aspira a la reelección, facilitó que los civiles compren hasta 1 300 armas al día...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 30/09/2022
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Venta de armas - Brasil
La tenencia de armas de fuego por seguidores de Bolsonaro es un peligro latente en los comicios del próximo día 2

Para el presidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, los 40 decretos emitidos para la adquisición de armas de fuego a civiles –se estima una compra de hasta 1 300 diarias- forman parte de un negocio económico y político de eventuales consecuencias muy graves, más aun si pierde la reelección, como predicen las últimas encuestas.

Los comicios generales del gigante suramericano se celebrarán el próximo 2 de octubre, en el que además del mandatario y su vice, entran en disputa los cargos de gobernadores de los 27 estados, alcaldes, concejales, un tercio del Senado Federal y 513 escaños de la Cámara de Diputados.
Un día concebido como una fiesta democrática, y que en realidad es dramático para la mayoría de la población que podría darle el voto de salida definitiva del Palacio de Planalto a Bolsonaro, un mal gobernante que difunde políticas de odio calzadas por un armamentismo desmedido de la población.

El temor toma cuerpo en el gigante suramericano pues Bolsonaro podría, dada su negativa a entregar el mando si pierde en las urnas como se piensa, repetir el fallido plan del exmandatario norteamericano Donald Trump cuando apoyó la toma del Capitolio Nacional en enero pasado para evitar que su oponente Joseph Biden asumiera la presidencia.

A Bolsonaro, y no por casualidad, le llaman el Trump tropical, por sus actitudes mentales y calculadoras semejantes a las del ex presidente estadounidense.

Razones hay para preocuparse. El mandatario cuenta ahora con un 31 % de apoyo popular, en tanto su rival principal, el ex mandatario Luiz Inacio Lula da Silva, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) pasó la línea del 47 % y aspira a ganar (este sería su tercer mandato no consecutivo) en primera vuelta.

UN PAÍS ARMADO Y SIN REGLAS

A Bolsonaro le encajan varias distorsiones de personalidad, pero nadie piensa que es un inocente dislocado de mente. Expertos consideran que es un calculador frío aprovechado de las circunstancias en que asumió el gobierno en 2019, apoyado por sus tres hijos hombres, también en el mundo de la política, que han sacado grandes lascas económicas de su actual posición. Entre ellas, el negocio de las armas, que pueden ser adquiridas por cualquier ciudadano adulto en los 27 estados del país, con más de 216 000 000 de habitantes.

Incluso, pueden ser pagadas hasta en 12 cuotas sin intereses por quienes no pueden adquirirlas al contado. El valor es estimado entre 5 000 reales (USD 950) y 20 000 reales (USD 3 800), las de mayor poder de fuego.

En 2018, un año antes de la elección del ex diputado y ex capitán del Ejército, había en Brasil 350 000 armas registradas a nombre de coleccionistas, tiradores y cazadores (llamados CAC) pero en julio pasado, la cifra se había triplicado. Ahora hay 1 000 000 de personas que poseen hasta fusiles.

Taurus, el principal fabricante de armas de Brasil, tuvo una ganancia neta de  307 000 000 de reales (mn) hace cuatro años. En 2021, según cifras disponibles, obtuvo 1 300 000 reales, para un aumento del 323 %. Y la familia Bolsonaro, que abona tales beneficios, también gana un porcentaje de las riquezas de la Taurus. A ello se agrega la importación de esos artefactos, que en los últimos dos meses es el más alto en 25 años.

Equipos de fuego de gran poder, de uso militar, también son vendidos en comercios especializados. La gente común tiene acceso a calibres cuatro veces más potentes, antes restringidos a las fuerzas de seguridad. El grupo del CAC tenía un límite, pero por decreto adquieren rifles semiautomáticos. Y se aumentó el límite de armas de 12 a 30, incluidas 15 de calibre restringido, como fusiles. A los tiradores deportivos, que podían comprar hasta 16 armas, se les permitió 60.

Ante la demanda, el límite de municiones saltó a 5 000 por año para arma de calibre permitido y hasta 1 000 para calibre restringido.

Bolsonaro se burló de lo establecido en administraciones anteriores. Sus hijos, en especial Eduardo, controla clubes de tiro cerrados, los cuales, en consonancia con las ventas, se han multiplicado en el país.

ELECCIONES MUY PELIGROSAS

No hay control de armas en Brasil, lo que torna muy peligrosas las próximas elecciones generales, en las que la vida de los políticos, en especial, se vuelve endeble, como ha ocurrido en varios casos este año.

La situación se torna más tensa a partir de las declaraciones de Bolsonaro de que no admitirá perder la carrera electoral a favor de Lula. Lo ha de manera tajante ante más de 70 diplomáticos a los que comunicó en su residencia del Palacio de La Alvorada, que no creía en la efectividad de las urnas electrónicas y advertía sobre la posibilidad de un fraude. En cambio, dio por sentado que las boletas serían escrutadas por soldados, a lo que de manera rotunda se negó el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Analistas de distintos medios de prensa locales e internacionales destacan la posibilidad –que el propio Bolsonaro enunció- de un golpe de estado militar, lo cual y ante la evidente proliferación de armamento puede ser apoyado por sus seguidores civiles.

La cantidad de armas en manos de bolsonoristas, y de bandas mafiosas que pueden ser movilizadas aprovechando un contexto político extraordinario, ya que actúan a favor de determinadas figuras políticas, rodean de temores el acto electoral del domingo 2.

Por ejemplo, el presidente estableció que los CAC posean un permiso para circular por la calle armados, aunque la legislación lo permite solo a ciertas categorías profesionales.

También se redujeron los exámenes para la compra del equipo, con la exención de justificación para la Policía Federal y se aumentó, de tres a 10 años, el plazo para presentar antecedentes penales, pruebas psicológicas y de tiro, de conformidad con la ley de armas.

Para colmo, el gobierno redujo el presupuesto del Ejército destinado a la inspección de fábricas y almacenes de artefactos y municiones, además de los espacios de tiro, CAC y comercio de explosivos.

El Instituto Sou da Paz (Soy de la Paz) enumera una serie de impactos que acompañan las medidas de Bolsonaro, entre ellas la mentira propagada de que solo un arma es capaz de garantizar la seguridad. El desvío de utensilios para delincuentes y sicarios es más frecuente. Mientras que en 2015, en promedio, 31 armas de CAC fueron robadas por mes, la cifra este año es de 112. Una investigación de Sou da Paz mostró que entre 2011 y 2020, solo en el estado de São Paulo, nueve armas por día terminaron en manos de bandidos. En Río de Janeiro, un coleccionista detenido había entregado 60 fusiles legales al grupo criminal Comando Vermelho.

MEDIDAS PREVENTIVAS

Ante la tenencia de armas por seguidores de Bolsonaro y de delincuentes pagados, el TSE prohibió portarlas a menos de 100 m de los lugares de votación el día de los comicios, en las 48 horas previas y en las 24 siguientes, con excepción de los agentes de seguridad en servicio.

La irresponsabilidad de Bolsonaro al dejar sin control el uso de armas, recuerda Sou da Paz, alimenta un ciclo de tragedias y violencia contra los habitantes de la periferia, mujeres, jóvenes negros y la población LGBTQIA+.

Medios de prensa recogen escenas de bandidaje en calles, fiestas, hogares, vehículos, escuelas. Una tierra sin ley.

Sitios digitales reseñan tiroteos aleatorios en las vías y tragedias familiares, pues algunas involucran a niños alcanzados por proyectiles.

La violencia política está muy presente. El pasado 9 de julio un seguidor de Bolsonaro llamado Jorge Guaranho invadió la fiesta de cumpleaños del líder del PT, Marcelo Arruda, en Foz de Iguazú, Paraná, y lo mató a tiros. Este hecho llevó a legisladores opositores a solicitar al TSE la prohibición de los instrumentos de muerte.

El estudio del Observatorio de la Violencia Política y Electoral, una publicación del Grupo de Investigación Electoral de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), indicó que fueron 214 los casos de políticos amenazados a muerte entre enero y junio, contra 169 en el primer semestre del año pasado.

Las agresiones fueron otro tipo de ataque común, con 42 casos. Homicidios aparece como el tercero de violencia más registrada, con 40 incidentes.

El levantamiento también constató 27 atentados, una agresión a familiares y dos secuestros de parientes.

Desde principios de este año, los políticos que más sufrieron fueron los concejales, víctimas de 95 acciones intimidatorias. Además,  19 alcaldes, 14 diputados estaduales, cuatro parlamentarios federales, cuatro senadores, cuatro vicealcaldes y cuatro candidatos a presidente de la República fueron blanco de algún tipo de embestida.

Recientemente, la analista política y profesora de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo Rosemary Segurado explicó que las intimidaciones forman parte de una estrategia mayor para diseminar el miedo.

Según Segurado, los civiles se encuentren más armados que las fuerzas de seguridad, haciendo cada vez más complicado el control en los territorios.

Más de 156 000 de brasileños, la mayoría mujeres, están habilitados para votar en la próxima consulta, en la que se espera el PT salga victorioso.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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