jueves, 28 de marzo de 2024

Argentina vuelve a los brazos estadounidenses

Con su política entreguista, el presidente argentino Mauricio Macri entrega una estratégica parte de su territorio a Estados Unidos...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 05/07/2016
2 comentarios

El presidente argentino Mauricio Macri aspira a convertirse en el nuevo Álvaro Uribe de Suramérica, y en un nuevo gesto de entrega y complicidad con el imperialismo, le entregó a Estados Unidos territorios estratégicos para la instalación de dos bases militares, a contrapelo de los restantes gobiernos que declararon a América Latina “zona de paz” en 2014.

Macri, quien inicia su segundo semestre al frente del gobierno, coordinó en marzo pasado con el líder de la potencia imperial, Barack Obama, la puesta en marcha de los enclaves militares en Ushuaia (en la austral provincia de Tierra del Fuego) y en la Triple Frontera (provincia de Misiones), con la pantalla de otorgarle espacios para estudios científicos, añeja táctica que esconde afanes de dominación.

Los mandatarios rubricaron también documentos sobre una apertura comercial irrestricta, “asistencia” en la Triple Frontera, coordinación de misiones militares en África, asilo a refugiados sirios, creación de Centros de Fusión de Inteligencia, cooperación de fuerzas de seguridad en el Comando Sur y en el ámbito nuclear, y la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Argentina vuelve a los brazos estadounidenses.

Además de la avaricia por apoderarse de los recursos naturales de esos territorios —agua y petróleo—, expertos coinciden en que Estados Unidos también quiere aumentar su presencia militar en América del Sur, reducida luego de que el presidente ecuatoriano Rafael Correa los expulsó y cerró la base de Manta, y la Corte Suprema de Colombia consideró inconstitucional la instalación de siete enclaves.

El Pentágono cuenta con bases reconocidas en El Salvador (Comalpa), Cuba (Guantánamo), Aruba, Curazao, Panamá, Paraguay y Puerto Rico.

Pero también están activadas lo que cataloga de quasi-bases, pues son informales y legalmente ambiguas, localizadas en Perú, Honduras, Costa Rica, y Colombia, entre otros países, a lo largo del litoral del Pacífico. Así serán las implantadas en Argentina, según el diario Página 12.

Alguien podría pensar que ese era el único “regalo” que Macri le hizo a Obama. No es así. El plan militarista es mucho más amplio.

El acuerdo presidencial genera el intercambio de oficiales y realización de ejercicios conjuntos tanto en suelo argentino como en otros países de América Latina, lo cual es considerado de suma gravedad en el escenario político regional.

Poco después de la visita de Obama a Argentina, una delegación militar voló a Washington para hacer efectiva la cooperación. En su retoma de las relaciones militares, paralizadas durante el kirchnerismo, una misión encabezada por el viceministro de Defensa, Ángel Tello, restableció contactos con el Pentágono y sostuvo reuniones con la subsecretaria adjunta de Defensa para Asuntos del Hemisferio Occidental, Rebecca Chavez.

PELIGROSA ENTREGA

La especialista argentina en temas de geopolítica, estrategia y defensa nacional, Elsa Bruzzone, denunció los propósitos de la Casa Blanca y destacó que en la Península Antártica se encuentran los mayores yacimientos de hidrocarburos de la región y hay minerales altamente estratégicos indispensables para la industria militar y la aeroespacial.

Bruzzone aseguró que la base norteamericana instalada en Triple Frontera tendrá un control completo del acuífero Guaraní, la tercera reserva mundial más grande de agua dulce, según recoge el portal argentino Contexto.

Ese acuífero posee 200 000 km2 de extensión transfronteriza, que abarca a Brasil (840 000 km²), Paraguay (72 500 km²), Uruguay (58 500 km²) y Argentina (225 000 km²).

Para el politólogo y diplomático brasileño, Alberto Moniz Bandeira, experto en las relaciones de Washington con sus vecinos del Sur americano, con esas bases en Argentina se estrecha el círculo contra las naciones latinoamericanas de gobiernos progresistas.

 “Estados Unidos —precisó— mantiene la IV Flota navegando en el Atlántico Sur, cerca de las reservas de petróleo que están debajo del presal, conjunto de formaciones rocosas ubicadas en la zona marítima de buena parte del litoral de Suramérica, con un gran potencial de generación y acumulación de petróleo”.

El premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, señaló que los acuerdos con Obama son un “caballo de Troya” para intervenir en Argentina, como ocurrió en Colombia.

Con esa posición entreguista, el gobierno de Macri sigue girando hacia una derechización absoluta, pues su política exterior aleja al país de las organizaciones integracionistas de nuevo tipo, en cuya formación participaron los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

Al contrario, la canciller argentina Susana Malcorra hizo pública la pretensión de integrarse en la Alianza para el Pacífico, una coalición de países neoliberales, con tendencia a convertirse en una coalición económica y militar.

Nadie se cree en Misiones que la presencia de soldados del Comando Sur y de la Agencia de Seguridad Nacional (NASA) se debe a que —como han dicho— estén “observando” la posible ubicación de radares que contribuirían supuestamente a “combatir el narcotráfico y el terrorismo internacional”. En su momento, el exmandatario George W. Bush refirió que en algún momento bombardearía esa zona donde —argumentaba— se entrenaban milicianos palestinos.

La base de Misiones, según el diputado de esa provincia Daniel Di Stéfano, se instalaría en Puerto Iguazú, en la frontera con Brasil, mientras que la de Ushuaia se situaría a pocas millas de la base de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en las Malvinas.

En su interés por darle poder al militarismo, Macri decretó el pasado 31 de mayo otorgarle plenos poderes a los jefes de cada una de las armas, en detrimento del ministro de Defensa. Una medida adoptada contra los deseos del pueblo argentino, que solicita el establecimiento de límites al poder militar, brazo ejecutor del terrorismo de Estado durante la pasada dictadura (1976-1983).

Ese “es un paso muy peligroso para Argentina, pues devuelve el poder a los militares, quienes podrán actuar por su cuenta, sin que el gabinete intervenga”, opinó para el semanario mexicano Proceso Luz  Palmás Zaldúa, coordinadora del equipo Memoria, Verdad y Justicia del Centro de Estudios Legales y Sociales.

Diferentes organismos de derechos humanos, entre ellos Abuelas de Plaza de Mayo y Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, repudiaron el decreto presidencial. Los cambios “se dan con el objetivo de reconfigurar el poder de las Fuerzas Armadas y llevarlas nuevamente, en el corto plazo, a tareas de seguridad interior, prohibidas por la ley y la Constitución”, señala un comunicado de las luchadoras.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista

Se han publicado 2 comentarios


Andy
 5/7/16 23:03

Los tentaculos de Obama y el Pentagon...Se estiran no solo al Cono Sur de las Americas...comomla region del Pacifico Norte...en los ultimos 10 anos con instalaciones militaries en Darwin, Townsville (Australia)...incluyendo "las estaciones de "Pine Gap"...estavsemana se conducen ever icio de las fuerzas areas de 28 praises...incluyendo "NATO" y armadas de Indonesia, India...etc...tal Como lots ejercicios militaries que USA conducen annual entre en las cost as de Chile...

 

manolo
 5/7/16 11:21

EXPRESION DEL GRAN "EGO ARGENTINO" QUE NO SON OTRA COSA QUE CUCARACHAS, ELLOS LO ELIGIERON, ELLOS LO SUFRIRAN.

LA FALTA DE PANTALONES DE LOS GOBERNANTES "POPULARES" DA LUGAR A ESTO, AHORA OTRA VEINTENA DE AÑOS PARA VOLVER A LO MISMO, DENTRO DE POCO TENDRAN OTRO "PLAN CONDOR" Y ESTE: SERA MERECIDO???

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